Sahara Sahel Como Zona de Interes Para Espana y La UE

SIMPOSIO II

SAHARA−SÁHEL COMO ZONA DE INTERÉS PARA ESPAÑA Y LA UNIÓN EUROPEA

PRESIDENTE: GB. D. José Luís Cuasante García VOCALES: D. José Manuel Albares Bueno

GB. D. Luís Antonio Ruiz De Gordoa Pérez de Leceta D. Jose Hornero Gomez D. Jesús López- Medel Bascones D. Felipe Carrera Montalvo

CESEDEN EALEDE XXXIII CURSO DEFENSA NACIONAL

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ÍNDICE

1.El CONTEXTO DEL SAHEL: DESESTABILIZACIÓN Y DESAFÍOS 5 2.FACTORES TRANSVERSALES DE INESTABILIDAD EN EL SAHEL 6

A. Pobreza y subdesarrollo 7

B. Grupos fundamentalistas 7

C. Movimientos terroristas 7

D. Los Tuaregs y grupos árabes no yihadistas 7

E. Crimen organizado, tráficos ilícitos y migración 8

F. Estados frágiles y gobernabilidad 9

3.MALI: EL NÚCLEO CENTRAL DE LA CRISIS 9

A. Análisis de factores a tener en cuenta ante un posible Uso de la Fuerza 9

1.Factor Humano 9

2.Factor Físico 10

3.Factor Militar 10

4.Factor Enemigo 10

5. Conclusiones 11

B. Operación SERVAL 12

1.Antecedentes 12

2.Decisión Política 12

3. Desarrollo de las Operaciones. (Ver mapa 5) 13

4. Contribución Española 14

5. Futuro 15

4.EFECTOS EN LA REGIÓN 15

Anexos

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1. El CONTEXTO DEL SAHEL: DESESTABILIZACIÓN Y DESAFÍOS El Sahel, una de las regiones más pobres del mundo, es la franja geográfica situada inmediatamente al sur del Sahara. El Sahel recorre África desde el Atlántico al Cuerno oriental, en el límite entre el Magreb y el África subsahariana. Con cuatro millones de km², esta región está formada por Senegal, Mauritania, Burkina Faso, Mali, Níger, Chad, Sudán y Eritrea. Limita con Argelia por el norte (región de Kidal), y con Guinea Conakry y Nigeria por el Sur (Ver Mapa 1). No obstante, Mauritania, Mali y Níger concentran, en estos momentos, la mayor parte de los retos de la zona. Sin embargo, debemos tener en cuenta la capacidad de este conflicto para expandirse a otros países de la zona como Burkina Fasso, Senegal, Chad y Nigeria, donde actúa al grupo terrorista islamista Boko Haram en contacto con Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI). (ver Mapa 1). La región ha sido escenario de conflictos en los últimos años y cuenta con varios Estados frágiles. Tiene asimismo gran potencial económico -dadas sus posibles reservas de petróleo, gas, uranio y oro- y es un escenario político de primer orden, tanto por ser la zona de contacto entre el mundo árabe y el África negra como por el desafío que supone el terrorismo de AQMI y otros grupos como el Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental (MUYAO), los Defensores de la Fe (Ansar Dine) y Boko Haram. Es importante subrayar que no existe un organismo de integración regional que agrupe a todos los Estados que conforman el Sahel, dificultando, por tanto, la interlocución y las acciones comunes en la región. Algunos de los países que la componen pertenecen a la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados del África Occidental), otros son miembros del CEN-SAD (Comunidad de Estados del Sahel Sahariano), otros pertenecen a la UA (Unión Africana), confluyendo en consecuencia diferentes intereses que no facilitan el surgimiento de visiones comunes. Por tanto, esta zona se enfrenta a grandes retos y desafíos. Principalmente, en el sur de Mauritania y Argelia y en el norte de Malí y Níger (ver Mapa 2). Estos cuatro países, conocidos como “pays du champ”, intentan hacer frente a los problemas existentes en su territorio, a los que tratan de responden con una mayor concertación y con la ayuda de los países occidentales (ver Mapa 2). Las amenazas sobre ellos se concretan en la triple confluencia del terrorismo radical integrista, antes mencionado; la reorganización de los distintos clanes Tuareg, fuertemente armados e incómodos muchos de ellos con la presencia de elementos del Estado en sus zonas de influencia y, finalmente, los tráficos ilícitos de todo tipo (principalmente armas, drogas y personas) surgidos ante la necesidad de financiación de los grupos terroristas. En este contexto, hay que tener en cuenta las consecuencias de la reciente revolución libia y la desaparición de Gadafi para el Sahel. En especial, destacan el retorno de mercenarios y soldados y el creciente tráfico de armas de guerra, parte de las cuales han acabado en manos de AQMI o de grupos Tuareg. Así, el

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conflicto libio no ha creado nuevas amenazas, pero sí ha aumentado la dimensión de las ya existentes. Por tanto, en el Sahel existe un problema tanto de seguridad como de desarrollo, cada vez más susceptible de expandirse a otros países como Burkina Faso, Senegal, Chad o especialmente Nigeria, donde actúa al grupo terrorista islamista Boko Haram, en contacto con AQMI. Un contexto de gran desestabilización caracterizado por el subdesarrollo, la desertización, los problemas étnicos y la porosidad de las fronteras, entre otros elementos, ha facilitado la aparición de cuatro amenazas concretas en la región del Sahel:

- El terrorismo radical integrista, encabezado por AQMI y también por MUYAO, y reforzado a nivel de bases entre las poblaciones locales por los postulados igualmente salafistas de Ansar Dine

- La proliferación de los tráficos ilícitos referidos anteriormente, que sirven de financiación a los diferentes grupos que actúan en la zona y que se han visto favorecidos además, y entre otras cosas, por la guerra en Libia.

- El resurgimiento de la rebelión Tuareg, especialmente tras el retorno de mercenarios desde Libia.

- Una crisis humanitaria, caracterizada por una grave crisis alimentaria y agravada por el desplazamiento masivo de personas como consecuencia de la crisis política que vive Mali.

La pobreza y el subdesarrollo del Sahel, la desertización, la dificultad de controlar las fronteras, la mala distribución de las rentas procedentes de la explotación de recursos (uranio y petróleo), la corrupción, la escasa integración de las poblaciones nómadas (como los Tuareg) y la falta de capacidad de los Estados para controlar sus vastos territorios, han permitido el desarrollo de un conjunto de serias amenazas para la estabilidad regional y la seguridad internacional. Además, la inestabilidad va en aumento en la región, especialmente en el Norte de Malí, habiéndose incrementado tanto la frecuencia como la violencia de los ataques a ciudadanos occidentales por parte de AQMI, como demuestran los recientes secuestros y el asesinato de ciudadanos europeos (varios españoles han sido secuestrados en la zona). El conflicto en Mali, además, ha agravado la situación humanitaria en la región: el número de desplazados internos asciende, según la Comisión de Movimientos de Población, a 229.000 personas, y el de refugiados en países limítrofes se sitúa alrededor de 144.000 según ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados). Los cuatro pays du champ tratan de responder a los problemas existentes en su territorio con una mayor concertación y con la ayuda de los países occidentales.

2. FACTORES TRANSVERSALES DE INESTABILIDAD EN EL SAHEL En la actualidad, la región representa un desafío para la acción exterior española, puesto que en ella convergen diversos retos a los que España, junto con otros Estados de la Unión Europea y de la Comunidad Internacional, ha decidido prestar especial atención dentro de su política africana. La Unión Europea se dotó, en ese sentido, de una Estrategia para el Sahel y ha diseñado las misiones EUTM Mali (Misión de Adiestramiento de la Unión

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Europea en Mali), EUCAP Sahel-Niger (Misión de la Unión Europea que mejorará las capacidades de las Fuerzas de Seguridad de Niger en su lucha contra el terrorismo y el crimen organizado) para ayudar a los países de la región a hacer frente a los retos de seguridad con el fin de contribuir a la mejora de la estabilidad política, la seguridad, la gobernabilidad y la cohesión social en Niger y en todo el Sahel. Por su parte, Naciones Unidas ha creado AFISMA/MISMA (Misión Internacional Africana de Apoyo a Mali) para ayudar a Mali a enfrentarse a los desafíos de seguridad más acuciantes en el Norte de Mali. Además, de los problemas de la seguridad, pobreza, desertización, corrupción, la ausencia de un control efectivo de las fronteras, las minorías étnicas y la escasa capacidad de los Estados para controlar sus territorios, han hecho de esta región una de las más inestables de África. La pobreza, junto con la tradición nómada en la zona, ha fomentado el contrabando como forma natural de intercambios económicos. Todo ello se ha traducido en los tráficos antes mencionados, incluyendo secuestros en los últimos años. A. Pobreza y subdesarrollo El binomio pobreza-subdesarrollo se hace especialmente patente en la región saheliana. La renta per cápita de la zona está en torno a los 700 dólares, la sequía es endémica en la región y la amenaza de la hambruna constante (sólo en Níger llegó a afectar a ocho millones de personas en 2010). B. Grupos fundamentalistas A diferencia de los países del Magreb, los Estados del Sahel no han sido tradicionalmente lugares de proliferación del islamismo radical ni de concentración de grupos terroristas autóctonos. Esto se debe, principalmente, al predominio en la zona del Islam sufí, de carácter moderado. Sin embargo, tras la ola de democratización de los años 90, ciertos grupos de procedencia extranjera, como los wahhabitas saudíes y nigerianos o los predicadores venidos de Pakistán, encontraron en la vasta, despoblada y descontrolada región desértica del Sahel una zona idónea para asentarse. La amenaza de la radicalización violenta apareció por primera vez y, desde entonces, no ha hecho más que crecer. C. Movimientos terroristas La inseguridad, el subdesarrollo y la falta del control estatal sobre el vasto territorio facilitan tremendamente la actividad de grupos como AQMI, MUYAO o Ansar Dine. Entre sus principales objetivos en la zona están los símbolos gubernamentales así como cualquier interés occidental. Dada la gran capacidad de movilidad de este grupo no es descartable que pueda extender sus bases más allá de la zona donde actualmente se concentra, especialmente, en estos momentos en que la presión militar se incrementa en la zona de Mauritania-Malí-Niger. D. Los Tuaregs y grupos árabes no yihadistas El problema Tuareg sigue siendo una fuente de inestabilidad en la región que resta valiosas fuerzas a los gobiernos en su lucha contra AQMI. Los Tuareg, nómadas del desierto, se afincan en las extensas zonas fronterizas, de muy baja

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densidad de población, entre Mauritania, Argelia, Malí y Níger. Estas zonas han sido mal administradas y dejadas de lado históricamente por sus Gobiernos centrales, lo que ha suscitado que las poblaciones locales, entre las que figuran los Tuareg, denuncien un reparto desigual de la riqueza y, en ocasiones, una desatención social. La rebelión Tuareg, que explotó en el norte de Malí, pero que fue rápidamente dominada por los movimientos terroristas, tiene como objetivo la emancipación política y no ha de confundirse con el creciente papel de AQMI en la región, aunque en ocasiones ambos fenómenos se hayan entremezclado. El fortalecimiento del Estado de derecho y una mayor descentralización del poder político son pasos fundamentales a la hora de dotar a las débiles autoridades locales de los instrumentos necesarios para combatir la corrupción crónica y el subdesarrollo. Por irónico que pueda parecer, los pueblos tuareg no sólo no han jugado el papel que los grupos terroristas de liderazgo árabe les han pretendido adjudicar en Malí –pasivo, de carne de cañón para respaldar su “gran juego” con Occidente-, sino que, además, han contribuido, sin saberlo, a los intereses de otros colectivos árabes del Sahel occidental, que son tremendamente refractarios a la influencia del yihadismo terrorista. En efecto, en grupos como la confederación de los Berabiches, de fuerte implantación en el norte de Malí y, sobre todo, en Mauritania, perviven valores a veces diametralmente opuestos a los que se propagan desde las páginas web de AQMI y que dificultan enormemente, aunque no lo impiden enteramente, el establecimiento de alianzas con los terroristas. La combinación no buscada de esos dos grupos sociales opuestos al yihadismo “modernizador” árabe, los tuaregs y los árabes “tradicionalistas”, explicaría, junto por supuesto a otros factores, que entre una población de millón y medio de personas que antes del conflicto vivía en el norte de Malí, solo unos pocos apoyen activamente, con las armas, a los grupos terroristas de alcance global. E. Crimen organizado, tráficos ilícitos y migración El control muy deficiente de las fronteras sahelianas y la falta de implantación del Estado facilitan los tráficos ilegales de todo tipo y los flujos incontrolados de personas tanto entre países de la región como hacia el continente europeo. La zona está conociendo estos días un recrudecimiento importante de actividad criminal organizada. Esta criminalidad genera beneficios ilícitos (tráficos de armas, drogas, personas y productos de consumo) sin los cuales las redes terroristas serían incapaces de funcionar. Las rutas transaharianas son cada vez más importantes para el tráfico de droga proveniente de América Latina. La falta de alternativas económicas para las poblaciones locales favorece la participación de éstas en los tráficos. Malí y Níger aseguran haber interceptado cantidades récord de cocaína en el desierto. Los beneficios obtenidos de la droga permiten financiar la compra de armas ligeras, otro de los grandes factores que subyacen a la violencia y la inseguridad en la zona saheliana. Por último, los países del Sahel son países de tránsito dentro de los circuitos programados de la inmigración irregular y su condición de países inestables ha propiciado la fusión de dos ejes que se atraen y alimentan mutualmente. Por un lado, el eje del terrorismo radical integrista, liderado por AQMI, y, por otro, el eje del crimen organizado y los tráficos ilícitos de drogas, armas y personas que azota a toda la región de África Occidental y que genera ingentes sumas de dinero ilegal.

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F. Estados frágiles y gobernabilidad En la región, existen necesidades imperantes en el terreno de la formación, del fortalecimiento de las capacidades estatales, de material, de comunicaciones y de inteligencia. Por otra parte, los sectores judicial y penitenciario siguen necesitando de un gran refuerzo de capacidad.

3. MALI: EL NÚCLEO CENTRAL DE LA CRISIS

En este contexto, Mali y, más concretamente el Norte del país, se ha convertido en el núcleo central de la inestabilidad en la región, siendo el lugar donde se concentran de forma más intensa las amenazas descritas. Así, en el Norte de Mali, tras la rebelión Tuareg iniciada en enero, se asistió a un control creciente ejercido por distintos grupos terroristas como Ansar Dine, AQMI y MUYAO. Estos grupos, con su autoridad, llegaron a sustituir al Estado proveyendo de servicios básicos a las poblaciones locales, lo que les facilitó el proselitismo y la aplicación de la sharia en sus términos más radicales. Las acciones de estos grupos, especialmente el secuestro en octubre de 2011 de prioritarios de estos grupos, así como la porosidad de las fronteras de los países del Sahel, lo que implica la existencia de un problema común a todos los países de la región para el que es necesario encontrar una solución común. Esta situación en el Norte de Mali se vio agravada por el Golpe de Estado del 22 de marzo 2012. La existencia de unas instituciones malienses fuertes y comprometidas con los valores democráticos es necesaria para recuperar la integridad territorial de la República de Mali y desarrollar el país. Asimismo, se ha podido constatar que los países vecinos, con especial mención a los magrebíes, han mantenido posturas a menudo divergentes sobre el cómo y cuándo reaccionar a la explosión yihadista, lo que ha podido restar “punch” político a la reacción internacional ante la crisis. Las distintas condiciones y retos políticos, geográficos y étnicos de cada país han desempeñado un papel decisivo en esa falta de unidad magrebí y saheliana ante el problema maliense. Sin embargo, esas diferencias de fondo no les ha impedido mantener una postura muy prudente entre ellos mismos, tal vez porque su principal objetivo era el de evitar generar tensiones añadidas entre unos y otros, más allá de la crisis maliense. Asimismo, incluso los países más renuentes han contribuido de diversas maneras a la acción internacional una vez comprobado el verdadero alcance del avance yihadista y, probablemente, advertido el error de cálculo inicial en cuanto a la dirección estratégica adoptada por alguno de los grupos armados. A. Análisis de factores a tener en cuenta ante un posible Uso de la Fuerza 1. Factor Humano

Mali tiene una población de unos 15 millones de habitantes que se concentran en su mayoría en el Sur del país. Sólo en la capital, Bamako, habitan 1,8 millones. El 48% de la población tiene menos de 15 años, el 49% entre 15 y 64 años, y solo el 3% tiene más de 65 años. Pertenecen a cuatro etnias mayoritarias: tuaregs, árabes, songhais y fulanis, que están entremezcladas, y entre el 5 y el 10% son nómadas. El 90% de la población es de religión musulmana (sunies), el 5% son cristianos y el resto animistas.

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Los combates han producido un gran número de desplazados, unos 250000, hacia Gao y Bamako.

2. Factor Físico

Mali tiene una extensión de aproximadamente dos veces la de España. La mayor parte del país está ocupado por el desierto del Sahara, y solo en la zona Sur se encuentra la Sabana. En su subsuelo hay minas de oro, uranio y posibles reservas de petróleo en el Norte. Su paisaje es de grandes espacios abiertos, con unas fronteras imposible de ser controladas, salvo por medios aéreos no tripulados. La mayor posibilidad de refugio se da en las zonas montañosas macizo de los Ifoghas, en la frontera con Argelia donde se han dado los combates más serios.

3. Factor Militar

El Ejercito de Mali, tenía unos 7200 hombres antes de la rebelión tuareg y las fuerzas paramilitares (Gendarmería, Guardia Republicana, Guardia Nacional y Policía) unos 4800, que no estan en condiciones de combatir a ninguna fuerza organizada. Tiene una gran carencia de material, hay una falta de mantenimiento endémica del existente, la moral es muy baja y el nivel de instrucción es muy bajo. Además hay divisiones en el seno de las Fuerzas Armadas. La misión EUTM Mali tiene un reto muy importante en la reestructuración del Ejército y el adiestramiento de las unidades malienses para que puedan mantener el control y la integridad de su país.

4. Factor Enemigo

Se han identificado hasta seis grupos armados diferentes en el Norte de Mali (Ver Mapa 3) • MNLA (Movimiento Nacional de Liberación de Azawad / National

Movement for the Liberation of Azawad) Es el movimiento separatista Tuareg que quiere un estado independiente en el Norte de Mali denominado Azawad. Sus aspiraciones datan de la rebelión Tuareg de 1963.

• FLNA (Frente Nacional de Liberación de Azawad / National Front for the Liberation of Azawad) Grupo arabe aliado del MNLA que lucha por la autodeterminación del Norte de Mali. No pide la implantación de la sharia.

• Ganda Koy (Masters of the Earth) Es una milicia de autoprotección de la etnia Songhai que data de la segunda rebelión Tuareg de 1990. Ha luchado con el ejercito de Mali contra los Tuaregs. Sospechoso de haber cometido masacres contra el pueblo Tuareg.

• Ganda Izo Es una milicia Fulani formada en 2008 similar a Ganda Koy para la lucha contra los Tuareg.

• AQIM (Al Qaeda del Magreb Islámico / Al-Qaeda in the Islamic Maghreb)

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Es un grupo salafista radical formado en su mayor parte por argelinos y mauritanos que ha estado presente en el Norte de Mali desde 2003, y que ha secuestrado a mas de 50 rehenes europeos y canadienses en los últimos diez años, consiguiendo un beneficio económico superior a 100 M$. Su objetivo es la expansión del Islam en toda la zona del MAGREB.

• Ansar-al-Dine (Defensores de la fe) Es un grupo de Tuaregs locales y árabes Berabiche que junto con otros grupos étnicos quieren la implantación de la sharia en Mali y en el resto del mundo musulman. Sus componentes son de la zona de los Ifoghas y de la zona de Tombuctu. Aunque ha negado lazos con al-Qaeda, es de facto su socio anfitrión en la zona.

• MUYAO / MUJAO (Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental / Movement for Unity and Jihad in West Africa) Es el grupo islámico más opaco de los ligados a al-Qaeda en el Norte de Mali formado mayormente por argelinos, mauritanos, nigerianos y senegaleses (unos 500 hombre aproximadamente). Aunque supuestamente es una escisión de AQIM, en la práctica combate junto a este grupo contra enemigos mutuos. Desea la imposición de la sharia en todo el mundo. Tiene lazos con los señores de la guerra del Norte de Mali. El armamento de estos grupos es armamento ligero AK,s, ametralladoras sobre vehículos Toyota y RPG,s. Tienen algunos vehículos blindados arrebatados al ejercito de Mali, y algunos grupos cuentan con Manpads SA7. El ataque terrorista a la planta In Amenas en Argelia ha mostrado que no se trata solo de grupos radicales locales sino que alguno de estos grupos forman parte de una hidra internacional que se reproduce allá donde encuentra las condiciones para ello (ver Mapa 4).

5. Conclusiones - Hay importantes intereses comerciales en la zona, en especial por parte de

Francia. - Hay que diferenciar dos problemas, uno interno étnico y otro externo radical

islamista. - ¿Interés internacional por evitar un nuevo santuario de al-Qaeda o interés

económico de Francia? - ¿Es alcanzable el objetivo de que el ejercito de Mali sea autosuficiente

contra los grupos en armasen el Norte de Mali? - ¿Se ha evitado un efecto dominó en el Sahel? Mauritania es el eslabón

más débil. - Sahelistan NO es Afganistán:

° Orografía (desierto) es más fácil de vigilar y atacar con drones armados. ° Muchos espacios vacíos (desierto) implica una maximización de obtención de inteligencia en oasis y zonas habitadas. Fácil de vigilar. ° Tuareg diferentes a Pashtun/Taliban. ° Menores distancias de Europa

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B. Operación SERVAL La Operación Serval es una operación militar todavía en curso, que se inició en enero de 2013 por Francia y el gobierno de Malí a petición de éste, en el norte del país con el apoyo de varios países africanos y occidentales, bajo el amparo de la ONU y con el objetivo de frenar el avance de rebeldes islamistas ligados a Al Qaeda y que desde 2012 gobiernan de facto el norte del país. El número de militares franceses desplegados es de unos 3700 hombres, de los cuales 2500 están en Mali. 1. Antecedentes

En 2012 el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (organización independentista mayoritariamente tuareg) se alzó en rebelión contra el gobierno central de Mali, con el apoyo de grupos islamistas como Ansar Dine, Aprovechando la inestabilidad producida en Mali como consecuencia del golpe de estado de 2012, los rebeldes avanzaron por el norte del país hasta tomar la ciudad de Tombuctú el 1 de abril de 2012. Sin embargo, pronto afloraron tensiones entre los rebeldes tuareg y los islamistas. En julio de 2012 los rebeldes tuareg habían sido progresivamente desplazados y el resultado fue la creación de un mini-estado fundamentalista islámico en el norte del país. En septiembre de 2012 Mali solicitó ayuda militar a la ONU y el 20 de diciembre el Consejo de Seguridad autorizó el envío de una fuerza militar conjunta africana.

2. Decisión Política

Cuando un dirigente de un país democrático decide el Uso de la Fuerza, es normalmente porque el empleo de las otras herramientas a su disposición (Diplomacia, Info Ops y Medidas Económicas) no ha dado resultado. En este caso, al tratarse el adversario de actores no estatales, era muy difícil que alguna de esas medidas o la combinación de las mismas pudiera haber tenido éxito. Por otro lado, cuando un país se ve abocado al uso de la fuerza es porque sus intereses vitales están en juego. En este punto, cabe preguntarse si Francia, como antigua potencia colonial en la zona ha actuado por responsabilidad histórica o para proteger sus intereses económicos no solamente en Mali sino también en Níger (cuarto productor mundial de uranio). Llama la atención que en el caso de la República Centroafricana, Francia ha decidido no intervenir. En defensa de la acción militar unilateral de Francia cabe mencionar la dejación por parte de Europa. A pesar de que los destinos de Europa y del continente africano están indisolublemente unidos (las rutas de la droga, de la inmigración clandestina y de todos los tráficos inimaginables pasan por el Sahel), a nadie parecía importarle que Mali cayera en manos de los yihadistas. Un factor crítico en el empleo de la fuerza es el apartado de costes, máxime cuando la crisis económica golpea a todos los países europeos, si bien a unos más que a otros. Francia tuvo en 2012 un déficit de 116 billones de Euros, y está en proceso de redacción un nuevo Libro Blanco de la Defensa que prevé

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una reducción drástica del presupuesto de defensa. Como dato a tener en cuenta, la contribución francesa a las operaciones en Libia (operación Harmattan) que duró unos 6 meses costó oficialmente 350 M€. La duración de la misión se verá muy condicionada por su sostenibilidad económica. Destacar que, según algunas informaciones, en los primeros días de enero de 2013, cuando se gestaba la operación militar, la consigna era “no soldados sobre el terreno”. Sin embargo, el asesoramiento militar hizo cambiar este parámetro. Sin fuerzas francesas sobre el terreno realizando el control del territorio y el control de la población, es muy dudoso que se hubieran podido alcanzar resultados decisivos en tan poco espacio de tiempo. Aunque las fuerzas empleadas en la operación Serval son exclusivamente francesas, Francia no ha descuidado la legitimidad de la operación mediante la formación de alianzas. Desde la gestación de la operación contó con el apoyo tanto de Estados Unidos, que eligió un apoyo discreto en las áreas de inteligencia, apoyo logístico y transporte aéreo, como del Reino Unido.

3. Desarrollo de las Operaciones. (Ver mapa 5) El despliegue francés en Mali comenzó el 11 de enero con tropas para defender las localidades controladas por el gobierno, incluyendo la capital Bamako y el aeropuerto de Sevare que era fundamental para el desarrollo de las operaciones. Ese mismo día helicópteros Gazelle armados con cañones de 20mm atacaron una columna rebelde en las proximidades de la localidad de Sevare, sufriendo la primera baja. El 12 de enero el ejército maliense lanzó un ataque contra la ciudad de Konna y finalmente consiguió tomarla tras intensos combates el 18 de enero. La fuerza aérea de Francia, bombardeó el 13 de enero por primera vez importantes posiciones islamistas en el norte del país, en Gao y en Kidal, en el corazón de los territorios donde actúan los grupos yihadistas. El 15 de enero el Presidente de Francia declaró que había un total de 750 soldados franceses desplegados en Mali y que se proyectaba el despliegue de 2500. Ese día fuerzas especiales francesas entraron en la localidad de Markala, declarándola segura el día 19. La localidad de Markala sobre el puente del río Níger, era importante para apoyar la movilización en Mali y preservar la principal ruta que lleva a la capital. El 16 de enero las fuerzas especiales francesas junto a tropas malienses y el apoyo de aviones de la fuerza aérea francesa, se enfrentaron en Diabaly (oeste), a los combatientes islamistas vinculados a Al Qaeda. El 21 de enero Diabaly fue recuperada por las Fuerza Armadas de Mali. El 20 de enero se incorporaron a la operación contingentes de Togo y Nigeria. El día 22 de enero, fuerzas del Chad comenzaron su avance desde la capital de Niger (Niamey) hacia Ouallam, localidad al sur de la frontera con Mali. El 25 de enero fuerzas francesas y malienses tomaron la localidad de Hombori. Asimismo, fuerzas francesas bombardearon a los islamistas en los alrededores de Gao. El 26 de enero tropas malienses y francesas tomaron el aeropuerto de Gao que venía siendo bombardeado por aviones franceses ya que era un importante bastión islamista. El 27 de enero esta localidad fue tomada por las tropas francesas.

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El 27 de enero las fuerzas malienses y francesas lograron recuperar la ciudad de Tombuctú tras la huida de los islamistas para evitar los ataques aéreos. El día 30 de enero, las fuerzas malienses y francesas entraron en la ciudad de Kidal, sin encontrar resistencia. Esta era la última localidad de importancia que quedaba en manos de los islamistas. A pesar de la captura de todas las localidades de importancia, el 5 de febrero hubo combates con los islamistas en las afueras de Gao. El 8 de febrero tropas francesas y chadianas ocuparon la ciudad de Tessalit, junto a la frontera con Argelia, último aeródromo aún no controlado por el gobierno de Mali. Ese mismo día se produjo en Gao el primer ataque suicida resultando un soldado maliense herido. El 10 de febrero los islamistas atacaron Gao, lo que provocó que las fuerzas francesas y malienses se propusieran asegurar el área de Bourem. La noche del 16 al 17 de febrero, las fuerzas francesas y malienses tomaron el bastión rebelde de Buorem, donde se habían concentrado tras ser expulsados de Gao, Tombuctú y Kidal (ver Mapa 5). El costo económico de la operación se ha elevado en otros 70 millones de euros, de los que sólo 50 corresponden a la contratación de transporte aéreo, de 5 a 10 millones de euros al carburante de aeronaves y 5 millones de euros a la munición empleada (menos de 200 bombas de aviación por el momento), entre otras partidas. En los primeros 40 días de operaciones se gastaron 100 millones de euros y se ha calculado el gasto de 200 millones para los primeros cuatro meses de operaciones. El Presidente francés Hollande ha anunciado que en abril de 2013 comenzará el repliegue escalonado de los soldados franceses, en julio solo quedarán 2000 y a final de año 1000. Hasta el momento el Ejército francés ha sufrido 5 bajas mortales.

4. Contribución Española

La Directiva de Defensa Nacional (DDN) 2012 menciona específicamente al Sahel como uno de los focos de la inestabilidad mediterránea que no debe descuidarse. Sin embargo, cuando Francia dio el paso al frente mientras Europa miraba hacia otro lado, la solidaridad de los países europeos, y entre ellos España, puede calificarse de tibia. Tal vez no hemos sido demasiado coherentes. Al final, y tras no pocos tiras y aflojas, y la decepción de Francia, la misión europea fue lanzada el 18 de febrero con un mandato inicial de 18 meses y bautizada EUTM Mali, con dos pilares esenciales. En primer lugar, la misión contribuirá a la reestructuración del Ejercito maliense bajo una autoridad civil y a asesorar al Estado Mayor en cuestiones que van desde el mando y control a la logística, recursos humanos y respeto del derecho humanitario y los derechos humanos. El segundo pilar de la misión es contribuir a formar a cuatro de los ocho batallones del Ejército maliense para ayudarle a largo plazo. La misión estará formada en total por unos 500 efectivos de más de una veintena de países. La misión espera comenzar las tareas de entrenamiento del primer batallón el 2 de abril, y los militares europeos tendrán derecho a la autodefensa en todo momento, pero no participarán en operaciones de combate junto a las fuerzas malienses y francesas.

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España ha seguido desde el principio con el mayor detenimiento y atención la situación de Malí. La cuestión ha ocupado las agendas de las más altas autoridades en sus viajes a la zona y ha generado conversaciones regulares con los aliados y socios. No en vano, su punto más occidental se encuentra a menos de 1.000 kilómetros del territorio español más cercano y es país vecino de Mauritania, estado con el que se colabora de manera muy fluida puesto que constituye una auténtica prioridad estratégica regional para España en materia de seguridad y defensa. Posteriormente, se ha contribuido a la operación SERVAL con autorizaciones de tránsito y sobrevuelo, así como con un avión de transporte estratégico. Paralelamente, España se comprometió en la misión EUTM Mali con 56 militares, que incluyen 35 para la sección de protección del campamento de Koulikoro, 15 instructores de operaciones especiales y 6 más en el Cuartel General de la Misión en Bamako

5. Futuro

La fase de las operaciones principales parece estar concluyendo en Mali, y pronto empezara la fase más difícil, la de estabilización, donde los grupos islamistas, ahora confundidos con la población de los núcleos urbanos intentarán desestabilizar la situación. Francia ha anunciado su intención de comenzar el repliegue de sus fuerzas en abril, sin embargo una retirada prematura puede propiciar un vacío de control que pudiera ser aprovechado por los grupos islamistas. A medio plazo, el único camino viable será una misión con fuerzas africanas bajo los auspicios de la ONU. Mientras tanto Europa parece no querer despertar y enfrentar los verdaderos retos que presenta el Sahel. Sigue focalizada en las capacidades civiles para la reconstrucción, sin darse cuenta que antes de la reconstrucción es necesario asegurar el control del territorio y de la población mediante las operaciones militares.

4. EFECTOS EN LA REGIÓN

En el Sahel existe un problema tanto de seguridad como de desarrollo cada vez más susceptible de extenderse a países como Níger, Mauritania y Nigeria, donde actúa al grupo terrorista islamista Boko Haram, en contacto con AQMI y MUYAO. En este sentido, la crisis en Mali presenta el riesgo potencial de poder extenderse al conjunto de la región, especialmente a aquellas zonas en las que la situación en el Norte de Mali puede generar una mayor inestabilidad (como Níger, Mauritania, Argelia, el norte de Burkina Fasso, Nigeria, Senegal o Chad). Asimismo, la situación del Norte de Mali está repercutiendo en África Occidental a través de otros factores, como el desplazamiento masivo de miles de refugiados que huyen del Norte hacia otros países de la región (como Níger, Burkina Faso y Mauritania) en un contexto de grave crisis alimentaria, o el aumento de secuestros de ciudadanos occidentales en toda la región. Pero el peor de los efectos que la situación actual está generando en el Sahel es el deterioro de la seguridad. En concreto, este deterioro de la seguridad es especialmente perceptible para las poblaciones locales, que han visto alterados sus modos de vida basados en la ganadería trashumante y en el comercio,

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surgiendo otros actores con los que estas poblaciones tienen que competir o a las que tienen que adaptarse o someterse y otros bienes objeto de comercio como son las drogas y las armas. Junto a ello el deterioro de la seguridad afecta también a los extranjeros que visitan la región, incluidos aquellos que son parte de los equipos de las ONGs que operan en la zona promoviendo el desarrollo de la misma. Estos extranjeros, principalmente los occidentales, se han convertido en objetivos prioritarios de los secuestros y de los ataques terroristas tanto por motivaciones económicas (el cobro del rescate), como ideológicas (la expulsión del extranjero no islámico). La Comunidad Internacional intenta en estos momentos ayudar a los países del Sahel a lograr el desarrollo global de la región por un lado, y asegurar la estabilidad de la misma. Sin reducción de la pobreza y mejora de las condiciones de vida no es posible lograr una estabilidad duradera del Sahel. A su vez, sin estabilidad, no es posible que se den las condiciones necesarias para el desarrollo. Una estrategia que fomente ambos factores es lo que garantiza además la seguridad a largo plazo. De esta manera, nos enfrentamos a una situación que, debido a factores como la porosidad de las fronteras o las condiciones geográficas, afectan a toda la región, independientemente de su concentración actual en una determinada zona como el Norte de Mali. Por este motivo, y ante el alto riesgo de que las amenazas descritas se extiendan a otros puntos de África Occidental, la Comunidad Internacional a través de la ONU, la CEDEAO y la UA (Unión Africana) está llevando a cabo una acción coordinada que dé respuesta a un problema común a varios países pero con elementos que afectan al desarrollo y a la seguridad de buena parte de la comunidad internacional. Para ello, la respuesta a la situación en el Sahel requiere en primer lugar, una buena apropiación por parte de las autoridades malienses, principales afectadas por la actual coyuntura sin las que no es posible tomar decisiones. Asimismo, es necesaria una buena apropiación de los otros “pays du champ” (Argelia, Mauritania y Níger), cuya población se ve afectada directamente por los elementos de subdesarrollo e inseguridad que caracterizan a la región del Sahel. A ello se une la necesidad de liderazgo de las organizaciones regionales (fundamentalmente la CEDEAO y la UA), con capacidad de conseguir una interlocución y una concertación básicas a la hora de intentar buscar soluciones a la situación en el Sahel. Y, siguiendo con una apropiación a través de círculos concéntricos, es elemental la existencia del refrendo por parte de las Naciones Unidas a través de una estrategia integral que tenga un enfoque comprehensivo, evite duplicidades y sirva para atajar los problemas de seguridad y desarrollo que afectan al Sahel. Así ha quedado plasmado en las distintas resoluciones del Consejo de Seguridad sobre Mali.

SIMPOSIO II


ANEXOS

1. El CONTEXTO DEL SAHEL: DESESTABILIZACIÓN Y DESAFÍOS

Mapa 1

Mapa 2

2. MALI: EL NÚCLEO CENTRAL DE LA CRISIS

A. Análisis de factores a tener en cuenta ante un posible Uso de la Fuerza

1. Factor Enemigo Mapa 3

Mapa 4

DIVI

A

ANSA

MU

M

FASEUTM

B. Operación SERVAL 3. Desarrollo de las Operaciones.

Mapa 5

Sahara Sahel Como Zona de Interes Para Espana y La UE

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