Fundamentos para una Antropohistoriografía Biológico-Cultural

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  • 8/14/2019 Fundamentos para una Antropohistoriografa Biolgico-Cultural

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    Escuela Nacional de Antropologa e Historia

    INAH SEP

    ENAH

    Fundamentos para una etnohistoria delas culturas Matrztica y Patriarcal

    T e s i s

    que para optar por el ttulo de

    Licenciado en Etnohistoria

    P r e s e n t a

    Ignacio Muoz Cristi

    Director de tesis: Dr. Jos Luis Gonzlez Martnez

    Mxico, D.F. Octubre 2004

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    Fundamentos para una etnohistoria delas culturas matrztica y patriarcal

    Ignacio Muoz Cristi

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    Fundamentos para una

    AntropohistoriografaBiolgico-Cultural.

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    A Marta Cristi y Sergio Muoz,sin el amor y el apoyo de los

    cuales este texto sera imposible.

    Y a Mara Vzquez,compaera intemporal

    en la luz y en la sombra.

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    Agradecimientos:

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    Si se es consciente de la multifactica interconectividad del mundo, tambin se esconsciente de que nunca se acaba de dar las gracias. Ciertamente estoy agradecido contodos los amigos y amigas con quienes he compartido algo pues todos tienen que ver dealgn modo con la redaccin de este trabajo de titulacin, y a la vez, ciertamente no los

    puedo incluir a todos aqu, pero s en mi corazn.Quiero partir agradeciendo a los amigos y compaeros que me prestaron su atencin ysu palabra para conversar tantas veces sobre los fundamentos de la Biologa Sistmica yla Antropologa Natural; en especial a mi amigo el latinoamericanista Martn GranilloRodrguez, quien se embarc conmigo en la aventura de entender a fondo el

    pensamiento de Maturana desde el comienzo cuando ramos compaeros en la ENAH.Tambin a mi amigo Juan Pablo Abitia, hombre de teatro y cine, con quien di vueltas enla reflexin y la celebracin incontables veces. A mis amigos y camaradas de la ENAH,el etnlogo Jos Aguilera, el arqueologo Kemel Sade y el etnohistoriador LeonelBarrera. A Alejandro Zucker, amigo dedicado a la consultora empresarial, con quien

    pude afinar en la interaccin mi distincin entre el pensamiento de F. Flores y el de

    Maturana. A mi amiga la antroploga Roco Cceres por tantas buenas conversaciones.A mi amigo Vctor Campbell, poeta del Movimiento Ldico, con quien dimosimaginariamente la vuelta al mundo en ochenta y tantas veces, y al Movimiento Ldicomismo por ayudarme a no perder un fundamento humano tan importante como es el

    juego. Tambin agradezco al otro cofundador del Movimiento Ldico, Emiliano Silva,artista y mago, amigo que me present la obra de Maturana hace ya diez aos, aunquereconozco explcitamente que en esa poca yo no entenda ni J de la Biologa delConocer. Tambin agradezco a mi amigo Marcelo Soto por la calidad de la atencin quesiempre me prest en nuestras conversaciones sobre las consecuencias prcticas delentendimiento de la Biologa del Conocer y del Amar. Lo mismo corre para mis amigosAlejandro Lehuede y Mauricio Vera. A mi amigo Hlio Rola, neurofisilogo y artista

    plstico brasileo con quien he tenido el gusto de conversar sobre la obra de Maturanade una forma profunda y amena.A Rubn Libano, amigo y maestro del buen vivir que me inspir la fuerza de continuarmis estudios en un momento de flaqueza. A Pablo Molinet por su fraternidad y buenhumor. A Marta Jimnez por su acogedora amistad. Y a Vctor Huggo Martn y VivianCruz, por tantos buenos momentos. A mi hermano Alejandro le agradezco susinestimables ayudas en cuanto al vasto campo de la computacin se refiere.Por supuesto agradezco tambin a Mara Vzquez, mi compaera, quien adems deentregarme cotidianamente su cario y ternura, y ayudarme con la ortografa y laedicin final del texto, ha sido una de las mejores interlocutoras que he tenido. Y a suhermano Marcos Vzquez quien me ayudo con los diagramas.

    Quiero agradecer aqu tambin a cuatro de mis profesores de la ENAH; a lvaroAlcntara, profesor de teora de la Historia, quien me alert contra los pantanososconvencionalismos de la Historia, quien siempre enfatiz la reflexin y la apertura deintereses y de quien aprend que la Historia tambin se puede aprender, ensear yentender de adelante para atrs. A la maestra Pilar Chiappa, biloga y profesora de

    primatologa y evolucion en la ENAH, con quien discutimos a fondo la Biologa delConocer en nuestro PIF de Introduccin a las ciencias cognitivas que se llev a caboen el Laboratorio de Etologa, Divisin de Neurociencias, del Instituto Mexicano dePsiquiatra. Agradezco especialmente al difunto profesor Jorge Gmez Poncet, unantroplogo y etnohistoriador de la vieja escuela que siempre me escucho con intersy que en un comienzo antes de su muerte fue mi asesor de tesis. Finalmente agradezco a

    mi actual asesor, el profesor Jos Luis Gonzlez Martnez, quien me ha ayudado a llevara buen puerto este trabajo de titulacin con sus buenos consejos y buena disposicin.

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    Por otra parte, quiero agradecer a los integrantes del Instituto de Formacin Matrzticapor su apertura y apoyo en iluminar mi entendimiento sobre los fundamentos biolgicosy culturales de lo humano, en especial a su co-fundadora Ximena Dvila, y a los

    profesores Patricio Garca y Humberto Sotelo, y por supuesto, a su otro co-fundador,Don Humberto Maturana, quien ha sido un verdadero maestro y amigo para m, adems

    de mi asesor no oficial para este ensayo de titulacin, y a quien debo mi entendimientode los seres vivos y los seres humanos. El mentor con quien aprend lo delicioso quepuede ser el trabajo cientfico, ejemplo de osada especulativa y de respetuosidad alerror. Quien adems, en la praxis cotidiana, me ayud a recuperar el respeto por mmismo y por los otros, desde m mismo, permitindome recuperar en buena medida el

    bienestar y la armona del vivir desde el entendimiento y la confianza.Finalmente quiero agradecer a la Escuela Nacional de Antropologa e Historia,incluyendo a los acadmicos, administrativos y estudiantes, pues de ella he recibidohasta lo indecible; me alejo de sus aulas siendo otro. Y todo lo que recib fue en formagratuita pues esta es una de las ltimas instituciones de educacin superior en AmricaLatina que no cobra por entregar formacin acadmica, y esto incluso en el caso de losextranjeros, como es el mo. En verdad, hago extensiva mi gratitud a Mxico, que meacogi como a uno de sus hijos, y es para m una segunda Matria.

    ndice:

    1. Introduccin: La Antropologa Natural y la Historia delconocimiento del conocimiento de Humberto Maturana

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    2. Marco terico:Filosofa Natural y Determinismo Estructural

    3. Ensayo primero: Biologa Ontolgico Constitutiva Autopoiesis: o lo que surgi y se conserv desde hace

    3.500 millones de aos cuando surgi lo vivo en la tierra. Biologa del Conocer: cuando todo hacer es un conocer y todo

    conocer un hacer. Evolucin por Deriva Natural: competencia o coexistencia? Aprendizaje: Una consecuencia necesaria de la deriva ontognica. Fenomenologa de las emociones:la otra pauta que conecta. El Fenmeno Social: Las complejidades de la agrupacin o la

    simpleza de la aceptacin?

    Comunicacin: Como coordinacin conductual consensual en lasinteracciones recurrentes entre seres vivos.

    Historia natural del lenguaje:Una complicacin recursiva de la coordinacin conductualconsensual.

    1. Ensayo segundo: La consideracin de la naturalezabiolgico-cultural de la existencia humana.

    A modo de introduccin y recapitulacin. Hominizacin: El amanecer de lo humano como dinmica sistmica

    de conservacin del fenotipo ontognico. La Ontologa del Conversar. Ontologa de la Cultura : Redes cerradas de conversaciones o

    coordinacin conductual aprendida? La Matriz Biolgica de la Existencia Humana:El bienestar, el

    sufrimiento, lo teraputico y el cambio cultural.

    1. Ensayo tercero:Antropologa Natural e Historia cultural. Matrices histrico culturales de la existencia humana:Cultura

    matrztica y cultura patriarcal: o de diosas, lobos, democracias yguerras.

    Naturalizacin epistemolgico-ontolgica de la antropologa: Locientfico de la ciencia. La pregunta por la pregunta antropolgica.Y la respuesta desde la MBExH.

    1. Ensayo cuarto: La historia cultural de muy larga duracin:Neomatrztica, utopas y sistema social mundial

    Historia, historiografa y Etnohistoria: Algunas consideracionesnaturalistas bsicas. El fenmeno histrico y la naturaleza del tiempo.Unidad de las ciencias sociales. Determinismo Estructural,

    coherencias operativas histricas y la largusima duracin.

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    Mito, imaginario y utopa: Cultura oral y escrita. Pensar sistmico-analgico y pensar lineal-causal.

    Historia cultural de la muy larga duracin: Periodizacin y matricesrelacionales. Un criterio, dos Eras y un eterno retorno.

    Una tercera Era? Consideraciones sobre una futura sociedad

    mundial democrtica: Problemas, reincidencias en la historia, cambiocultural y neomatrztica.

    Introduccin:

    La Antropologa Natural y la Historiadel conocimiento del conocimiento de Humberto Maturana

    Introduccin a la introduccin

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    Como todo cientfico social de hoy en da sabe, un texto cuyas propuestas sonvalidables consensualmente, est escrito en ciertas circunstancias histricas, y stas

    participan en la constitucin del fondo experiencial desde donde se propone lo que sepropone. El texto que el lector tiene en sus manos es uno presentado para obtener elttulo de licenciatura, esto presenta por lo menos una condicin ineludible en la que se

    encuentra todo tesista de licenciatura, la de establecer un punto de partida para s mismoen un largo viaje. Cuando uno termina una licenciatura, pienso yo, queda abierto a laexperiencia de conocer honestamente, la sensacin de saber menos que antes, porque loque ahora se sabe sobre el saber es que hay un mundo de conversaciones acadmicas yde investigacin que parece no tener fin, y dentro del cual en la especialidad de uno, seespera no que uno haya aprendido dnde est todo lo que necesita saber, sino cmo hayque orientarse para conocer lo que sea que llegue a requerir ser conocido. Una miradasistmica, simple red de coordenadas para navegar en la larga e impresentida historiade las explicaciones.Hay un dominio en que mis objetivos al escribir este texto se relacionan con miidentidad y responsabilidad como estudiante universitario, lo cual refleja mi deseo deaportar algo en la generacin continua del mundo que vivimos. Este dominio es el de micompromiso de asumir, explorar y exponer las consecuencias de aceptar unarevolucionaria invitacin a una odisea epistemolgico-ontolgica que fue presentada ala antropologa en 19691 al encontrarse por primera vez con la explicacin biolgica delconocer, propuesta presentada por un bilogo terico chileno, en un congreso deantropologa cuyo tema era el conocer como fenmeno humano, realizada en Chicagoaquel ao, evento en el cual, en ltimo trmino, no se acept la invitacin a conocer elconocer en los trminos propuestos, aunque s caus cierto revuelo. Invitacin que yo,apenas un estudiante pasante de licenciatura, acepto 35 aos despus de extendida (de laque ms adelante expondr su carcter) pues me parece una opcin clave para encararel momento histrico que vivimos, el cual est signado, por encontrarnos en unaencrucijada bastante peligrosa que surge, por un lado, del haber llegado a un nivel decapacidad destructiva y desnaturalizadora capaz de aniquilar no slo la especie humanasino la biosfera, y por el otro, por nuestra conciencia pblica de esta situacin comociudadanos ms o menos mundializados.En Mxico hay una larga y firme tradicin de conciencia tica estudiantil, de donde sinduda me he nutrido en el sentido de verme inspirado, como tambin lo he hecho de lainfluencia de su larga tradicin historiogrfico-antropolgica.Dos aspectos que considero medulares y que han dejado su huella en este trabajo: encuanto a la tradicin cientfica y acadmica de Mxico, me refiero concretamente ahaber heredado una forma de mirar, un espritu, ms que teoras concretas: la esquivaAntropologa Mexicana es un ro con tan gran cantidad de fuentes que aunque no selo pueda asir y entramar en una gran red coherente de teoras, por cierto que se puede

    vivenciar y es trabajo de una vida leer todo lo que hay y conocer los rumbos de susespecialistas, lo cual, pienso yo, es una ventaja epistemolgica en relacin al estarapegado a una red demasiado rgida de principios explicativos cualesquiera. Con unacierta disposicin a soltar certidumbres puede permitirle a un estudiante observar envivo, por ejemplo en la ENAH, aquello que llaman el conflicto posmoderno.De este caudal cognitivo de Mxico pienso haber rescatado durante mi aprendizaje, elentendimiento entrelazador de lo histrico y lo antropolgico como un mismo gran

    proceso estructural de las mltiples formas de ver lo humano en sus distinciones a travs

    1 Como sealo un poco ms adelante, esta invitacin se refiere en cuanto a historia, a que el trabajo deHumberto Maturana sobre el origen e identidad de lo vivo y de los fenmenos cognitivos comofenmenos biolgicos, fue presentado justamente ante un congreso antropolgico, a travs de su texto del

    ao 68, Neurophysiology of cognition. Simposio sobre cognicin para la investigacin antropolgicaauspiciado por la fundacin Wenner-Green, realizado en la Universidad de Chicago en 1969.

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    del tiempo y en el tiempo. Pienso que aunque la antropologa y la historia tengan enMxico desarrollos muchas veces divergentes, han ido constituyendo un espacio deconocimiento consensual en que se sustentan mutuamente ambas en muchos mbitos. Yque quizs ste sea el aspecto identitario ms manifiesto de lo que, como mundoexperiencial, se connota cuando se habla de Antropologa Mexicana o de la

    antropologa en Mxico. Y junto a esto, y generalizando, su esfuerzo colectivo(zigzagueante muchas veces) de conservar una panormica mundial de las voces de laantropologa y un contrapunto entre recoleccin de datos y sistematizacin en grandestrabajos englobadores.2

    Adems, en la ENAH pude apreciar en vivo el hecho de que cuando comienza a habertantas ramas tericas en las ciencias sociales, con fundamentos divergentes pero que enla praxis acadmica conviven o se toleran, dejando al desnudo el conflicto posmodernoque pregunta por la objetividad de lo objetivo mientras la contradiccin epistemolgicaque resulta de la oposicin de lo objetivo a lo subjetivo reverdece en selvas decomplejidad insoluble, pude apreciar, deca, el resurgir de una cierta conciencia (ms omenos explcita) de que no tenemos acceso a una verdad trascendente y absoluta, sinoque hay muchas verdades distintas en dominios distintos. Sin embargo no es tan clara laconciencia de que el hecho de que no haya forma de afirmar una verdad trascendente notrae consigo ni el desorden ni el relativismo catico, sino que por el contrario, puedeabrir la posibilidad a una nueva manera de relacionarse en la cooperacin y el respeto alo diferente, un habitar donde el desacuerdo es un punto de inicio legtimo y donde nose justifica la negacin del distinto en la defensa de una verdad absoluta. Y justamentees la conciencia de la insostenibilidad de verdades absolutas la que trae de la mano laconciencia de que nadie puede exigir al otro que haga lo que l o ella dice so pena de sernegado bajo cualquier argumento de culpabilizacin. Lo que se ha dado en llamar el finde las ideologas tiene que ver con esto, con darse cuenta que cuando se acaba laexigencia desde la creencia en la posesin de la verdad, se acaba la negacin del otro, eincluso se acaba la tolerancia, que es una negacin suspendida temporalmente, y puedecomenzar el respeto. Lo cual no es en modo alguno trivial como distincin reveladorasobre los fundamentos de lo humano, donde comienza el respeto al otro, la otra o a lootro, comienza la legitimidad de aquello otro y se acaba la validacin de las ideologasque justifican su negacin y legitiman su control. Pienso que en las ciencias socialesestamos en un punto donde nos damos cuenta que en la historia humana las filosofassociales, polticas, teolgicas o jurdico-empresariales, que pretenden poder sealar elcurso inevitable de la historia o el verdadero orden socio-poltico desde una verdadabsoluta se han desintegrado en la operacionalidad de la praxis histrica donde sea quecomenzaba el respeto al otro. Y esta es seal de cambios que se estn dando en laactualidad en nuestra cultura patriarcal trasnacional. Como grandes han sido losmovimientos sociales en pro de todo tipo de autonomas en la segunda mitad del siglo

    XX. Pareciera que se est acabando el tiempo en que alguien nos poda decir, o msbien crea que deba decirnos, qu es lo que tenamos que hacer para que ellos nosresolviesen nuestros problemas, y sobre todo decirnos qu no hacer, en nombre dealguna verdad o bandera remuneradora. Y pareciera que se abren otros tiempos donde laresponsabilidad por los propios actos es algo casi de vida o muerte como ciudadanosque desean vivir participando de un proyecto nacional y mundial comn, continuamentea punto de desintegrarse a manos de imperialismos de toda ndole, proyecto realizadodesde la praxis del vivir la propia vida siendo responsable por la propia participacin enla continua generacin consensual de mundos propia de seres que son humanos en tantoson sociales. La mente, como veremos, es constitutivamente consensual.

    2 Ver por ejemplo: Medina, Andrs.:Recuentos y Figuraciones: Ensayos de antropologa Mexicana.UNAM-IIA. Mxico. 1998. Y Bonfil, Guillermo y otros.De eso que llaman antropologa Mexicana. Ed.Nuestro tiempo. Mxico, 1971.

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    Sobre la estructura del texto

    Este texto surge en un espacio relacional delicado, por varias razones. Por un lado en elaspecto monogrfico de mi tema, porque el texto en su mayor parte trata sobre el trabajode mi asesor no oficial, y segundo por la clase del trabajo cientfico de ste y de sus

    descubrimientos durante cuarenta aos, que rebasa en muchos sentidos las fronterasentre disciplinas cientficas, ya que propone un giro cientfico-filosfico conconsecuencias epistemolgico-ontolgicas. Me refiero a la Biologa Sistmica oBiologa Ontolgico Constitutiva del Doctor Humberto Maturana, y a la Filosofa

    Natural desarrollada junto a Ximena Dvila. En el mbito propositivo mi situacinrequiere extrema delicadeza tambin, pues estoy en una posicin epistemolgico-ontolgica en que, junto a Maturana y desde los fundamentos antropolgicos que l hatrado a mano ha sido posible formular nuevas preguntas y sus respectivas respuestas aalgunos viejos problemas de la antropologa y la historia humana distinguiendo camposde datos clsicos de una forma fundamentalmente diferente, conclusiones a las que nose podra llegar de no tomar como punto de partida los fundamentos biolgicocognitivos del fenmeno social, del lingstico, el psquico-emocional y el histrico-cultural que l ha presentado en un trabajo ininterrumpido por un amplio periodo deaos. Mis conclusiones son semillas apenas de un trabajo en el que pienso extendermelargos aos, y son presentadas aqu con mxima cautela pues considero que la magnitudde la tarea que tengo en mis manos, indudablemente no la realizara mejor un licenciadoque un doctor en antropologa, o mejor an en ciencias sociales, dado que tratarsintticamente temas multidimensionales que slo se pueden desarrollar plenamente conuna vasta erudicin, sin embargo trabajar con seriedad y buena gua me ha permitidoestablecer algunos fundamentos necesarios y suficientes que permiten proponer lo quese afirma en distintos lugares de este texto. Pero inevitablemente, dada la extensin delos temas a tratar, este trabajo pecar a veces de sinttico o hasta escueto en muchos desus ramajes para poder concentrarme en el denso tronco y races de la propuestamaturaniana.Por eso es que eleg el formato de ensayo, para permitirme la plasticidad requerida a unaempresa que es tanto una monografa sobre la Biologa Sistmica (incluido apndicecon una bibliografa casi completa de Maturana), como una reflexin que relaciona loanterior con el mbito de la antropologa y la historia a travs, no de autores o escuelassino a travs de temas y preguntas propias del campo antropolgico e historiogrfico.En tanto ensayo este es un texto de reflexin filosfica sobre la ciencia social, pero unoque surge en el intento de contextuar los hallazgos y proposiciones de Maturana en eltrasfondo de las ciencias sociales, no siempre podr echar toda la luz que pudiese serdeseable para las muy diversas corrientes y formas de pensar las ciencias sociales, sinembargo dada la potencia de la propuesta por l presentada y la pertinencia que yo veo

    tiene con respecto a la crtica situacin del sistema mundial actual es que me he atrevidoa lanzarme en un trabajo que necesariamente me sobrepasa pero que por ello mismo meha resultado muy aclarador y podr serlo tanto para los interesados en la obra cientfico-filosfica de Maturana como para los interesados en impensar las ciencias sociales,usando el trmino de Wallerstein.3

    El problema que conlleva este trabajo en trminos generales, estriba en conectar dosmbitos en la explicacin, ya que para presentar los fundamentos para una etnohistoria(o historia de los pueblos) de las culturas matrztica y patriarcal, como indica el ttulo,se requiere presentar las condiciones de posibilidad para una reformulacin del hacer

    3 Adems de repensar las ciencias sociales del siglo XIX, creo que necesitamos impensarlas debido aque muchas de sus suposiciones engaosas y constrictivas, desde mi punto de vista- estn demasiado

    arraigadas en nuestra mentalidad. Dichas suposiciones, otrora consideradas liberadoras del espritu, hoyen da son la principal barrera intelectual para analizar con algn fin til el mundo social Wallerstein, I.Impensar las ciencias sociales. Ed. Siglo XXI-UNAM. Mxico, 1998.

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    antropolgico e historiogrfico, la cual se funda tanto en una explicacin filosfica de laciencia que surge de la explicacin biolgica del conocimiento y de la descripcinontolgica del observador del Doctor Maturana, como en el entendimiento de losfundamentos de lo humano que implica la nocin Matriz Biolgica de la ExistenciaHumana (MBExH), desarrollada en conjunto con Ximena Dvila. Esta posibilidad surge

    de un giro epistemolgico con consecuencias ontolgicas que ha resultado en la posibilidad de naturalizacin del quehacer cientfico en general, a travs de laconsideracin del fundamento biolgico de la cognicin en nuestra condicin deobservadores, y de la consideracin de la abstraccin cardinal que gua implcitamentela reflexin y el hacer cientfico, el Determinismo Estructural. Adems, el profesorMaturana ha desarrollado una explicacin sobre los fundamentos biolgicos, sociales yculturales de lo humano que junto a sus explicaciones sobre el origen e identidad de lohumano y de su periodizacin de la historia de transformacin cultural de la humanidad,en el marco de una muy muy larga duracin, constituyen la primera forma de hacerantropologa considerando al observador y el Determinismo Estructural. Fundamentosde la Antropologa Natural. Se puede decir de l que es un terico de la Antropologa, yde hecho buena parte de lo que este texto presenta, la posibilidad de un nuevoentendimiento de lo humano y por ende de los fenmenos antropolgicos, esabsolutamente aportacin de Maturana, l es el fundador de la Antropologa Natural oAntropologa Ontolgico Constitutiva.4 Sin embargo, y como me fui dando cuenta conel tiempo, el desarrollo ulterior junto a Ximena Dvila de la nocin MBExH que dehecho presenta la respuesta a la pregunta antropolgica central sobre la identidad de lohumano, constituye una sistematizacin del meollo de la cuestin antropolgica sobrednde es posible lo humano, cmo surge, se realiza, conserva y diversifica, y por ende,cabe sealar a ambos como fundadores de la Antropologa Natural. Sin embargo, sta seencuentra en pleno proceso de elaboracin en cuanto a su carcter pragmtico dedisciplina , aunque no as en cuanto a su fundamento terico y epistemolgico. Es ms,he llegado a darme cuenta de que el asunto no es proponer una nueva antropologa ehistoria o una nueva ciencia social en tanto disciplina acadmica, aqu est en juegoalgo muchsimo ms general, que tiene que ver con el surgimiento de un trasfondo deentendimiento sobre lo humano que rebasa el mbito cientfico. De hecho, lo que msme costo entender con respecto a la propuesta de Maturana es que aunque estn lascondiciones de posibilidad para que algo as pasara, no se trata de un cambio de

    paradigma, no es la cuestin aqu proponer un nuevo paradigma que se salga de los postulados ortodoxos y que unifique el emergente campo de los disidentes4 Para conocer el trabajo Antropolgico de Maturana refiero a algunos de sus ya clebres textos en eltema: Maturana, H. R., The Origin of Language: A biological problem, enProblemes actuels enpsycholinguistique, C.N.R.S., Pars, 1974. Maturana, H. R., Cognitive Strategies, en Unity andDiversity of Man, Edgar Morin and Maximo Pistelli-Palmarini (eds.), Le Seuil, Pars, 1974. Maturana, H.R., Biology of Language: The epistemology of reality, enPsychology and Biology of Language andThought, G. Miller & E. Lenneberg (eds.), Academic Press, 1978. Maturana, H. R., Ontologa delConversar,Revista de Terapia Psicolgica , ao 7, no. 10, pp. 15-23, 1988. Maturana, H. R., Verden-Zller, G.,Play the neglected path, Delfn, XIII, 1989, pp. 23-52 (en alemn). Maturana, H. R.,Lenguaje y Realidad: El Origen de lo Humano, Arch. Biol. Med. Exp. 22: 77-81, 1989. Maturana, H.R., Cundo se es humano? Reflexiones sobre el artculo de C. R. Austin, Arch. Biol. Med. Exp. 23,Chile, 1990. Maturana, H. R., Neurociencia y Cognicin: Biologa de lo Psquico, en Primer Simposiosobre Cognicin, Lenguaje y Cultura. Aura Bocaz (ed.), Universidad de Chile, 1990. Maturana, H. R.,Man and Society, enAutopoiesis, Communication and Society, F. Bensler. P. M. Hejl & W. K. Koch,(eds.) Campus Verlag, Frankfurt and N.Y., 1981. Maturana, H. R., Individuo y Sociedad entre la guerray la paz. La opinin de un cientfico, enPoltica Mundial hacia el siglo XXI, ed. Universitaria, 1987. Ysobre todo, Conversaciones matrzticas y patriarcales en el libroAmor y Juego: FundamentosOlvidados de lo Humano, con Verden-Zller, G., Ed. Instituto de Terapia Cognitiva, 1993. De especialinters resulta el prefacio escrito al libro de Riane Eisler,Placer sagrado (Ed. Cuatro Vientos, 1997,

    Chile), ya que aqu Maturana expone su periodificacin de la historia humana siguiendo un criterio notecnolgico ni econmico, dividindola en dos grandes eras que se ajustan al criterio social y cultural dela matrztica y el patriarcado.

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    epistemolgicos que luchan contra la ortodoxia. El asunto central, que me lleva ms de250 pginas exponer, tiene que ver con un cambio de mirada fundamental basado en elcambio de las preguntas ms bsicas que nos han guiado a lo largo de las dos fases mslargas de nuestra historia cultural, el cambio de la pregunta por el ser a la pregunta porel hacer del observador. Y esto constituye una revolucin del pensamiento y la

    convivencia, pero no se puede plantear como un nuevo paradigma ya que hacerlo seraempantanarse en la metafsica trascendentalmente independiente del observador, propiade la pregunta por el ser, al operar apegndose a principios explicativos y a lacertidumbre en ltimo trmino implicada en la bsqueda de novedades paradigmaticas.En un comienzo mi intencin era establecer los fundamentos para una antropologa quesurgiera del entendimiento de la Biologa Sistmica, de la aceptacin del DeterminismoEstructural a travs de la consideracin cabal de la biologa del observador. Con eltiempo, ya han pasado cuatro aos, me fui dando cuenta que esos fundamentos ya loshaba puesto Maturana, y en el ltimo ao entend que la nocin MBExH constituye la

    piedra angular de la Antropologa Natural u Ontolgico Constitutiva como una forma dehacer ciencia en torno a lo humano. As que ahora pienso que mi aporte al respectoconsiste en profundizar esos fundamentos a travs de la reflexin desde el trasfondotemtico de la antropologa y la historiografa, y presentarlos ms o menos ordenados enrelacin al quehacer antropolgico de una forma que haga sentido a los antroplogos ehistoriadores, sin embargo esto es slo una manera de ordenar mi forma de pensar alrespecto de algo que no queda, y no debera quedar, encasillado en la antropologa ehistoria sino abrirse a las ciencias sociales en general, es ms como ya dije, este girocientfico-filosfico traspasa los bordes de la ciencia para entrar de lleno en el mbito dela vida diaria, de un modo que ya se ha estado dando en los ltimos aos y de formanada gratuita ni catica.Maturana ha sealado explcitamente la pertinencia antropolgica de varias de susexplicaciones, y l entiende que hace reflexin antropolgica, pero nunca habl de sustrabajos antropolgicos como Antropologa Natural o como algo diferente de suBiologa Sistmica, en este ensayo se presentan por primera vez sus explicaciones sobrelo humano como un mbito especficamente antropolgico, aunque ligado al biolgico.A la par que sintetizo los fundamentos que Maturana y Dvila han propuesto para unaAntropologa Natural, presento tambin algunos fundamentos y reflexiones para unavisin de la historia de la cultura matrztica y de la patriarcal en el marco de la historiade transformacin cultural humana, como de sealar algunos hitos y estructurasrecurrentes en tales historias y los procesos de transformacin cultural y social en ellosimplicados, y en la ltima parte presento mis reflexiones sobre la pertinencia de todoesto en el mbito de lo que algunos han llamado historia globalo anlisis del sistema-mundo, en particular con respecto a lo que parece ser el tema ms candente en la cienciasocial actual, la problemtica asociada al surgimiento o irrealizabilidad de un nuevo

    sistema-mundial no jerrquico.Lo que intenta hacer este texto en un nivel reflexivo y monogrfico, es presentar la

    perspectiva y el trabajo cientfico de Maturana sobre biologa de la cognicin, dellenguaje, y la sociedad, as como sobre evolucin, hominizacin, cambio cultural yculturalizacin, a la comunidad de la E.N.A.H. de una forma que sea asequible y

    pertinente al rubro de los antroplogos e historiadores. En este sentido este ensayo esuna invitacin a leer la obra de Maturana, pero presentando el criterio de escucha de lde tal forma de leerlo atendiendo a los fundamentos desde donde dice lo que dice.En el nivel explicativo se presenta, como dije, una va explcita para hacer Antropologa

    Natural basada en el Determinismo Estructural, en la Ontologa del Observador y en laMBExH, desde donde es posible emprender la tarea de presentar los fundamentos

    mnimos y necesarios para una etnohistoria (o historia de los pueblos) de las culturasmatrztica y patriarcal entendidas como los sistemas histrico-culturales de ms larga

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    duracin en la historia de lo humano.5 De aqu surge el problema concreto de laderivacin de deducciones pertinentes desde el corpus de explicaciones de Maturanasobre el fundamento biolgico y cultural de lo humano hacia el mbito de laAntropologa Natural para explorar, en concreto, diversos aspectos y consecuencias delentendimiento de la Matriz Biolgica de la Existencia Humana y la perspectiva de la

    historia de cambio cultural humano que implica.Este ensayo, como lo pide la ENAH, est dividido en introduccin, marco terico ycuatro captulos que son independientes pero ligados en torno al tema central, larelacin entre la Biologa sistmica (y Filosofa Natural) y la reflexin antropolgica ehistoriogrfica. Sin embargo dada la naturaleza global y sistmica de los temas aqudesarrollados, y en mi intento de mantener ante todo la claridad epistemolgica para

    poder reflejar tal unidad explicativa, los ensayos resultaron ms interconectados de loque quise en un comienzo, y por ende pseudo-capitulados, de modo que finalmente nose los puede leer en cualquier orden para darse una idea acabada de las temticas enellos tratadas.

    Sobre el Doctor Humberto Maturana Romesn

    A algunos les parecer superfluo presentar a Maturana pues sus trabajos iniciales fueroninternacionalmente reconocidos desde muy temprano; en 1959 junto a los destacadosMcCulloch, Pitts y Lettvin escribi el hoy ya clsico: What the frogs eye tells thefrogs brain publicado en Science en el tiempo de apogeo e institucionalizacin de laciberntica en el M.I.T.6 O por la publicacin en 1980 de su libro: Autopoiesis andcognition: the realization of the livingpor una editorial de los quilates de Redle en sucoleccin de Filosofa de la Ciencia, en Boston.Habr otros que jams habrn odo hablar de Maturana. Como sea, ese es otro aspectodelicado, presentar a Maturana. Para hacerlo con soltura es que hay tres partes de estelibro donde se completa una panormica total de la obra de Maturana y del desarrollo desu entendimiento; en el marco terico, el capitulo 1, 2 y 3, y en el apndice.Por ahora dir que naci en 1928 en Santiago, estudi medicina en la U. de Chile (1950-53), anatoma y neurofisiologa en el U. College de Londres (1954-56), es Doctor enBiologa por Harvard (1958) y Doctor Honoris Causa por la Universidad Libre deBruselas (1990). Ha sido galardonado con el premio Nacional de Ciencias de Chile,(1994) y el premio McCulloch de la American Society of Cibernetics (1980), entreotros. En 1972 cuando el destacado Ivan Illich en su centro CIDOC de Cuernavaca tuvooportunidad de leer el manuscrito del libro De mquinas y seres vivos. Autopoiesis, La

    organizacin de lo vivo coment muy asertivamente: Es un texto clsico. Ustedes hanlogrado poner la autonoma al centro de la ciencia.

    5 Quiero aclarar algo que ms adelante resultara evidente, el termino depatriarcado no es usado en estetexto como usualmente se lo ocupa, es decir con un sentido de dominacin masculina propia de losestudios de genero y de las posturas feministas. La cultura patriarcal es una cultura centrada en ladominacin y el sometimiento, pero en ella tanto hombres como mujeres pueden ser patriarcales comoambos pueden ser parte de una cultura matrztica. Lo que no cambia el hecho innegable de que loshombres han sido histrica y mayoritariamente los que han conducido la dominacin tanto de mujerescomo de otros hombres.6 Sin embargo para entender los orgenes de su trabajo es ms importante ver Anatomy and Phisiologyof Vision in the Frog, escrito tambin en el 59, y en coautora con los tres autores sealados, perorefiriendo el texto a un experimento dirigido por Maturana, y donde se puede ver que ya hablaba de una

    forma que no era propiamente la de la ciberntica, aunque no haba formulado an su Biologa delConocer.

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    El socilogo mexicano, Doctor J. Torres Nafarrate, quien en 1995 public una de lasantologas ms completas de la obra de Maturana en espaol,7 da cuenta de una prcticacomn aunque no pretendida, en las introducciones a los libros de este bilogo yfilsofo chileno, donde el entusiasmo se desliza sobre el texto para hacer sentir laimportancia de la obra, dando como ejemplo el caso del destacado sistemista Stafford

    Beer y de Schmidt, el editor alemn de la obra de Maturana, y aadiendo enseguida:Infiltrando una cierta malicia, tales introducciones que buscan sobreponerse a lacontingencia de apreciacin del lector se podran considerar elogios de oficio. Noobstante en el caso de prologar la obra de Maturana hay un elemento que transforma esaformalidad en una empresa con substancia: es el pensador actual que ha dado con el

    principio terico de ms radicalidad para entender un gran nmero de esferas yproblemas de la sociedad.A estas alturas de la historia del conocimiento del conocimiento se puede decir que aMaturana se le ha malentendido ms que conocido, la historia de la acogida y lasdiversas aplicaciones de aspectos de su trabajo hara un libro en s mismo, pues han sidoaplicadas en sociologa, teora jurdica, literaria y en el campo de la consultora y laterapia familiar sistmica, entre otros.8En general se puede decir que se enfrent a dostipos de reacciones. Hubo personas que dijeron que esto era realmente un salto mortal,algo revolucionario. Pero muchas personas concluyeron que esto era chocante, que no lo

    podan aceptar y se mantuvieron a una cierta distancia del asunto. An as, la acogida delas ideas de Maturana fue amplia y ascendente, manteniendo siempre la particularidadde interesar a investigadores de muy diversas disciplinas. Y del mismo modo en quedej de ser invitado a participar en reuniones de neurofisilogos, empez a ser invitadoen diversos mbitos a reuniones relacionadas con esta otra visin de los fenmenosneurofisiolgicos de la organizacin de los seres vivos. Maturana ha resultado uncientfico polmico, pero cabe notar que de una u otra forma mucha de la gente que hausado nociones de la biologa del conocer y trabajos posteriores para validar sus propios

    proyectos (ha habido congresos e incluso revistas cientficas dedicadas al tema9) no7La realidad: Objetiva o construida?, editado en conjunto por Anthropos, Universidad Iberoamericanae Iteso. A cargo del Doctor J. Torres Nafarrate.

    8 En sociologa: Niklas Luhmann, Sozial Systeme, ed. Shurkamp, Frankfurt, 1984. Bednarz, John.Autopoiesis: The Organizational Closure of Social Systems, Systems Research, Vol. 5 (1988), no. 1,pp. 57-64. Y Benseler, Frank, Peter M. Hejl, and Wolfram K. Kock (eds.),Autopoiesis, Communication,and Society: The Theory of Autopoietic Systems in the Social Sciences, Frankfurt: Campus Verlag, 1980En juridica:Law as an autopoietic system de Teubner, G. Ed. Blackwell, Oxford, 1993. Dias, R. W. M.,Autopoiesis and the Judicial Process,Rechtstheorie, Vol. 11 (1980), pp. 257-282.[Berlin: Duncker &Humblot]. En teora literaria: The noise as culturede Paulson, W. Ed. Cornell Univ. Press, Ithaca, 1988.En consultora empresarial: Understanding Computers and Cognition, Winograd y Flores, ed. AblexPublishing Corp. 1989. En el campo del periodismo: Deuze, M. Autopoiesis and journalism theory.

    Amsterdam School forCommunications Research Paper. En:http://home.pscw.uva.nl/deuze/autopoiesis.htm [1998, Nov.23]. En el campo de la terapiasistmica y de familia, la influencia de Maturana es profunda ya desde el 80. Paul Dell, L. Hofman, LinSegal y muchos otros, han escrito de todo, a vecesmalinterpretando la Biologa del Conocer. Ver nota5del ensayocuarto de este libro. Trabajos notables de Maturana en el tema son: The mind is not in thehead, J. Social and Biol. Struc., 8(4): 308-310, 1985, y El pecado original: la enfermedad mental comotrastorno epistemolgico, Mndez, P. L., Maturana, H. R.,Rev. Chil. Psicologa, 8(2): 3-4, 1987. YBringing forth pathology, Mendez, C.L., F. Coddou, Maturana, H. R..Irish J. of Psychology (issue onConstructivism). 9 (1): 144-172, 1988.

    9 Por ejemplo ver: Autopoiesis, dissipative structures, and spontaneous social orders, coord. por M.Zeleny, A. A.A.S., Selected Symposium 55, 1980. O Autopoiesis: a theory of the living organization,

    tambin de Zeleny, N. Holland, New York. O Autopoietic systems, Campus Verlag, Frankfurt, 1980, deBenseler, F. y otros. Y los nmeros especiales dedicados a la autopoiesis de:Irish Journal of Psychology,1988. De Cybernetics, 1985. Y de Internacional Journal General Systems 1992. Y la revista

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    http://home.pscw.uva.nl/deuze/autopoiesis.htmhttp://home.pscw.uva.nl/deuze/autopoiesis.htm
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    Maturana con reverencia para fundamentar lo que quiera que sea que se estproponiendo, incluso transdisciplinarmente, e independientemente de si se entiende o nola propuesta de Maturana en sus propios trminos. Por otro lado, junto a enfatizar laimportancia de lo que ha dicho Maturana se retoma alguna de las nociones explicativasque l ha propuesto (Autopoiesis, Determinismo Estructural, Deriva Natural) y se la

    extrapola a algn otro mbito. Una tercera forma ha sido aceptar las consecuencias deasumir este modo de entender a los seres vivos y al humano como observador, y desdeah hacer ciencia conservando la congruencia con el Determinismo Estructural, que eslo que ha hecho Maturana mismo, sus colaboradores y algunos pocos otros.11 Cabesealar que hay muchos casos particulares que no encajarn con esta generalizacin.Maturana siempre ha sido relacionado con la ciberntica, la teora del caos, lacomplejidad y el constructivismo, y especialmente con la ciberntica de segundo orden.Y por cierto que histricamente hay nexos, pero una cosa es hablar de lo mismo y otracosa hablar de cosas parecidas. Por ejemplo, hablar de autoorganizacin como lo hacenlos cibernticos no es hablar de autopoiesis, aunque haya quien piense as. En el mundode la ciberntica de los 60, 70 y 80 se escuch a Maturana con gran inters, mientrasque en su tierra natal era slo el loco Maturana, pero muchos, sino todos loscibernticos, creyeron escuchar en lo que deca, una prolongacin de la ciberntica, y noalgo radicalmente distinto, aunque s lo suficiente para nutrir un nuevo movimiento,como es sabido, el de la ciberntica de la ciberntica. Tambin ha habido malentendidos

    porque se lo ha asociado indiscriminadamente a las teoras del caos y la complejidad.Quizs sobre todo a travs del malamente eclctico libro de Fritjof Capra La trama dela vida.12 Como sea, en este ensayo se mostrar que el origen y desarrollo delentendimiento de lo vivo y lo humano de Maturana, surge de modo autnomo, disjuntoa cualquier otra teora, y que histricamente por cuarenta aos ha seguido desarrollando,indiferente a cualesquiera pretensiones devaluatorias o aprobatorias.Como se ver ms adelante, Maturana no da definiciones, ni ocupa principios, de hechola Ontologa del Observador aunque se basa en explicaciones cientficas, no es unateora sino una descripcin de cmo operamos como observadores, peroadems, presentando la posibilidad pragmtica de operar a partir del operar delobservador. Y es este operar, movindose en la legalidad del Determinismo Estructural,lo que permite hacer ciencia y reflexin filosfica sin apegarse a principios. Los

    principios son proposiciones explicativas que ocultan las dinmicas, los procesos queles dan origen, en tanto no se los trate como argumentos circunstanciales. Por ejemplo,la causalidad, decir que esto causa esto otro en la coherencia particular circunstancial noes el problema, es cuando uno trata los principios como verdades irrefutables y empiezaa usarlos como nociones explicativas generales cuando aparece el problema. Por estoMaturana no considera adecuado que la nocin de autopoiesis sea tratada como un

    principio, quitndole el parntesis que tanto le cost ponerle. La autopoiesis es una

    explicacin que hace referencia a las coherencias dinmicas propias, moleculares, queconstituyen al ser vivo como ser vivo.En Chile hay algunos ingenuos que lo han criticado absurdamente diciendo que l es

    bilogo, que no tiene nada que andar opinando de psicologa, antropologa, y otras cosasque no sean su tema. Para empezar, habra que aclarar que Maturana no entiende por

    biologa, como se suele pensar, procesos moleculares exclusivamente (dominio deloperar de los componentes de un sistema) sino tambin los procesos interaccionales delos seres vivos (dominio del operar como totalidad de los sistemas en el medio que los

    11 Antes se hablaba de la escuela chilena de Biologa del Conocer, pero no lo fue nunca en el sentido deuna tradicin acadmica unificada. La posibilidad de hacer escuela ya se abri al fundar Maturana yDvila su instituto, orientado a una praxis continua de reflexin e investigacin al alero de la Filosofa

    Natural.

    12 Capra, Fritjof.La trama de la Vida. Ed. Anagrama, Barcelona, 1998.

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    contiene). En sus palabras es biologa todo dominio de fenmenos en que participa porlo menos un ser vivo. Y esto no es un reduccionsmo pues se da su justo lugar a cadadominio fenomnico, justamente mostrando la relacin generativa entre distintosdominios de fenmenos, pues se parte de su identidad biolgica bsica considerando lahistoria natural de lo vivo.

    Las extensiones siempre han sido, entre ciencias, problemticas y hasta peligrosas,como en el caso de la sociobiologa de la cual estamos muy lejos. Sin embargoMaturana est en posicin de presentar las condiciones de posibilidad de algo semejantea una extensin interdisciplinaria, ya que su explicacin biolgica del observador esontolgica y tiene pertinencia en cualquier mbito del conocer. Por una coincidenciaafortunadsima, l trabajaba tanto en biologa terica (especificando la identidad de lovivo como una cierta organizacin de componentes que resultaban concatenados en un

    proceso de autoproduccin que llam autopoiesis) como en neurobiologa y esta ultima,en especial las interrogantes sobre la visin en vertebrados,13 lleva implcita la pregunta

    por la realidad y el problema filosfico del conocimiento que Maturana pudo encarar,no desde la filosofa como siempre se ha intentado, sino desde la biologa, pues al

    juntarse en la explicacin esos dos mbitos de estudio, pudo especificar la pregunta porel origen e identidad de lo vivo y la dinmica sistmico biolgica del fenmeno delconocimiento (que lo llev al problema del origen del lenguaje y al origen de lohumano) especificando tambin la participacin del observador en la generacin derealidades explicativas como ser vivo lenguajeante que se mueve trayendo a la manodistinciones (lo que de hecho nos constituye como humanos).Por ende el campo de pertinencia de su biologa del conocimiento no tiene lmites, semete en todo, incluida la fsica, que ya desde Einstein reconoca la presencia delobservador, sin embargo casi como una cifra o un ojo en la pared donde no cabanconsideraciones biolgicas. Formalmente hablando, usar como punto de partida estosfundamentos explicativos de la Biologa y la Filosofa Natural en la antropologa y lasciencias sociales, no es una extensin, no en el sentido de traspolar ciertas nociones deun campo a otro, como se suele hacer sin grandes miramientos epistemolgicos, sinoque, como Maturana mismo ha hecho para llegar a los rincones interdisciplinarios

    partiendo desde su mbito biolgico, como son los dominios de la biologa de lo socialy del lenguaje, lo que se requiere es aceptar las consecuencias de los descubrimientossobre la naturaleza de lo vivo, del observador y de aquella abstraccin de lasregularidades de la experiencia que seala la autonoma de los sistemas en general y delos sistemas vivos en particular, el Determinismo Estructural.Por ende la continuidad est fundamentalmente en el modo de pensar (Filosofa Natural)y no en principios explicativos o definiciones, como se ha entendido generalmente lanocin de autopoiesis, sacndola de su contexto explcitamente molecular para

    proponerla en el espacio social por ejemplo.

    Frente a la inquietud de responder por s mismo las cuestiones que sus descubrimientos biocognitivos suscitaron internacionalmente en campos como la sociologa y lapsicologa, Maturana sigui desarrollando estas ramas de su biologa sistmica comoson la biologa del lenguaje y del emocionar, la biologa de lo social y del origen eidentidad de lo humano. Sin embargo hay una tendencia a hablar de Maturana con unavisin esttica como si l no hubiese seguido desarrollando por s mismo lasconsecuencias filosfico-cientficas de sus primeras propuestas.Maturana es tambin, hablando con propiedad, un filsofo de la ciencia, pero uno que la

    13 Maturana, H. R., Especificidad versus ambigedad en la retina de los vertebrados, Biolgica, 31,1964, y Maturana, H. R., Uribe, G., Frenk, S., Biological theory of relativistic colour coding in theprimate retina,Arch. Biol. Med. Exp. 1: 1-30, 1968.

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    explica desde su quehacer como cientfico. Su iluminador texto Scientific andPhilosophical theories14 fue publicado en 1991 en una antologa en honor de KarlPopper. Y en su ya clsico texto de 1990: Science and Daily Life: The Ontology ofScientific Explanations, presenta una explicacin cientfica de la identidad constitutivade las explicaciones cientficas basada en sus trabajos anteriores.

    La teora del conocimiento presente en la teora de la autopoiesis surge desde dentro dela ciencia, pero frente a una pregunta cuya respuesta exige un cambio de posturafilosfica que mucho tiene que ver con el status ontolgico que se suele otorgar a larealidad.

    El surgimiento de un entendimiento, fundamentos y consecuencias

    Presentar sucintamente aqu el comienzo de la historia de cmo surgen estasexplicaciones y descubrimientos biolgicos, y de cmo se enlazan con un nuevoentendimiento de los sistemas sociales y de las condiciones de posibilidad para elsurgimiento, la realizacin y la conservacin de lo humano como forma de vidaconsensual, a la que llamar de aqu en ms la historia del conocimiento delconocimiento.Desde la Biologa Sistmica de Maturana nada es independiente del que mira. Elobservador es un sistema viviente y el entendimiento del conocimiento que logrMaturana del fenmeno del conocimiento como fenmeno biolgico, le permiti darcuenta del observador y su rol en el conocer. Uno est determinado por su experiencia ehistoria, y uno, como ser vivo y sistema cognitivo es el que genera el entorno que vive.Darse cuenta de ello permite hacerse responsable del mundo en que uno se desenvuelve.Si uno acepta esto todo el tema del conocimiento cambia de carcter y tambin el temahumano, pero esta reformulacin fue pasando de a poco, a lo largo de ms de cuarentaaos de investigacin cientfica.Maturana estaba trabajando en el estudio de la visin de colores en vertebrados desde1958. Y como neurofisilogo que trabajaba de manera tradicional, trataba de explicar elfenmeno de la visin de colores estableciendo una correlacin entre la actividad de lasclulas de la retina y los estmulos cromticos, visuales, definidos en trminostradicionales como combinaciones de longitudes de onda. Es decir, con un criteriodefinido por la fsica de la ptica. Su intento consista en mostrar cmo, a travs de laactividad neuronal de la retina, se generaban las correlaciones cromticas de estosobjetos externos, definidos en trminos de combinaciones de energa espectral. Es decirque Maturana se mova desde el criterio ortodoxo propio de un realismo ingenuo, en sus

    palabras: Cuando Jerry Lettvin y yo mismo escribamos la coleccin de artculos sobrela visin de la rana, lo hicimos con la suposicin implcita que estbamos manejandouna situacin cognitiva claramente definida: haba una realidad objetiva (absoluta),

    externa al animal, e independiente de ella (no determinada por ella) la cual poda percibirse (cognicin) y el animal poda utilizar la informacin obtenida en supercepcin para calcular un comportamiento adecuado a la situacin percibida. Estasuposicin nuestra aparece claramente en nuestro lenguaje.15

    14 Maturana, H. R., Scientific and Philosophical theories, en Die Gedankenwelt Sir Karl Poppers. Kritischer Rationalismus in Dialog, Norbert Leser, Josef Serfert & Klaus Plitzner (eds.) Carl WinterUniversitats Verlag, Heidelberg, 1991, pp. 282-374. Y Maturana, H. R., Science and Daily Life: TheOntology of Scientific Explanations, en Selforganization: portrait of a Scientific Revolution , W. Krohn,G. Kuppers (eds.), Kluwer Academic Publishers, Dordrecht, Boston, Londres, 1990.

    15 Maturana H.R., Biology of cognition, BCL Report 9.0., Biological Computer Laboratory,Department of Electrical Engineering, University of Illinois, 1970.

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    Pero al cabo de un tiempo se lleg a dar cuenta de que no lograra su objetivo, y que erael criterio fsico desde el que se parta siempre, el que generaba esta imposibilidad.Ante esto, Maturana poda hacer dos cosas. Una era suponer que no saba an losuficiente y continuar en la misma lnea de trabajo. Forma de pensar bastante usual sinduda. La segunda era suponer que esa dificultad era intrnseca al problema. En este

    ltimo caso tena que desvalorizar al objeto, porque se vea impelido a aceptar queexista otro modo de generar el espacio cromtico en la explicacin cientfica que norequera apoyarse en el mundo objeto: en este caso la composicin espectral, comoreferencia. Lo que a l se le ocurri fue correlacionar la actividad de la retina en elanimal estudiado, no con niveles de fotones que estimularan la retina, sino con elnombre que uno le da a la experiencia cromtica, o sea: correlacionar el sistemanervioso con el sistema nervioso. Comenzando a usar la nocin de circularidad. Esta erauna operacin en la que daba cuenta del operar del observador al especificar su

    participacin en eso que intentaba conocer, que era el conocer mismo y para lo cual seocupaba como herramienta el conocer, asumiendo el propio papel, como observador, enla generacin del conocimiento. Me di cuenta en mis investigaciones que mi propsitocentral en el estudio de la visin del color no puede ser el estudio del mapa de un mundolleno de color en el sistema nervioso sino ms bien debera ser la comprensin de la

    participacin de la retina (o el sistema nervioso) en la generacin del espacio del colordel observador.16 Tan pronto como hizo eso (1966), pudo demostrar cmo se generabatodo el espacio cromtico, en trminos de las distinciones cromticas. Sin referencia a lafsica de la luz. Al hacerlo se encontr, sin embargo, simultneamente poniendo un

    parntesis a la objetividad. A partir de aqu poda hacer dos cosas: atreverse a hacerlo,en cuyo caso estaba produciendo un cambio fundamental de orden filosfico al cambiarsu postura epistemolgica. De vivir en un mundo en el cual su tarea era explicar cmocaptaba eso porque eso estaba all afuera a pasar, en tal caso, a vivir en un mundo en elcual lo que suceda era algo totalmente distinto porque el operar del sistema nervioso se

    planteara en trminos de correlaciones internas, operando cerrado sobre s mismo en elsentido de ser una red homeosttica de cambios de actividad electroqumica que generanuevos cambios de la misma actividad, un sistema al que no le entra ni sale nada. Locual pona patas para arriba toda lo que l mismo saba sobre la percepcin en trminosde representaciones internas incorporadas de un medio externo.Lo que pas en ese momento es que como Maturana vena desde 1960 preguntndose

    paralelamente por la identidad de lo vivo tratando de hablar de los seres vivos comosistemas en trmino de unidades autorreferidas (independientes, discretas) hablando delser vivo como unidad tratando de caracterizar al ser vivo como unidad sin utilizar unlenguaje propositivo, teleonmico o funcional, (porque a l le pareca que ese lenguajeera necesariamente relacionante y oscureca la dinmica que defina al sistema comounidad) lo que pas es que a lo largo de ese proceso se encontr con que poda lograr su

    objetivo hablando de los seres vivos como sistemas circulares en trminos de produccin de sus componentes. Que los seres vivos fueran sistemas circulares deproduccin de componentes en el sentido de que todos los componentes producidosparticipaban en la produccin de todos los componentes que constituan y distinguan alsistema, al ser vivo como unidad, permita cerrar explicativamente al sistema vivo.cerrarlo sobre s mismo y darle una autonoma en funcin de su cierre, que eracomparable con lo que al mismo tiempo estaba haciendo con el sistema nervioso almostrar que se poda generar el espacio cromtico correlacionando la actividad de laretina con la determinacin cromtica, lo que cerraba explicativamente al sistemanervioso y le daba autonoma en su operar con independencia del objeto (todo esto loveremos en detalle ms adelante y no es necesario que el lector sea un especialista).

    16Ibidem.

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    Fue la coincidencia de estas dos cosas lo que lo llev a atreverse a dar el saltoepistemolgico y filosfico pudiendo decir: (...) bueno no me puedo apoyar en elmundo objeto. Y por supuesto, eso es un salto filosfico. Desde esa perspectiva seencontr haciendo ciencia como lo hara un filsofo. Tena que negar todo lo dems,

    porque lo dems se fundaba en el mundo objeto. Entonces se vio llevado a la tarea de

    rescribir toda la biologa. En sus palabras: Y no puedo decir que me guste como tarearescribir toda la biologa, pero me encontr en el proceso de hacerlo y esto me llev allenguaje, al problema de la evolucin, de la conciencia, del aprendizaje, es decir, aabsolutamente todo.17 Y tambin a rescribir la filosofa de la ciencia ya que esto lollev a reflexionar sobre los criterios de validacin de las afirmaciones cientficas y adescubrir que el criterio de validacin de las afirmaciones cientficas no requiere elsupuesto de un mundo objetivo.Sus primeros trabajos en Biologa del Conocer, en trminos generales tratan acerca de larelacin entre conocimiento y accin. Todo conocer es hacer y todo hacer es conocer.Segn Maturana el conocimiento es siempre una adscripcin que hace un observador aotro o un organismo, cuando ve que este opera efectivamente en un dominio particular,el que est especificado por el criterio del observador sobre qu es lo efectivo en esedominio. Para l, el conocimiento, como la mente, no estn en el cerebro, aun cuando serequiere cerebro para que la mente exista. Quien mejor lo explica es l mismo:Conocimiento es conducta aceptada por un observador en un dominio particular que lo ella especifica. Como resultado de esto, necesariamente hay tantos dominioscognoscitivos diferentes como criterios diferentes que el observador puede usar paraaceptar una conducta como adecuada. Tambin como resultado de esto, cada criterioque un observador puede usar para aceptar como adecuada la conducta de otroorganismo con el cual l interacta, especifica un dominio cognoscitivo en el dominiode sus interacciones. Finalmente se sigue de todo esto que cada dominio de realidad,que como dominio explicativo de la praxis del vivir del observador constituye undominio de acciones adecuadas para l, es un dominio cognitivo.18

    Sus trabajos tambin indagan sobre las consecuencias que tiene para nuestracomprensin del fenmeno biolgico que connotamos cuando hablamos de cognicin,el reconocimiento de nuestra inhabilidad constitutiva para distinguir en la experienciamisma entre lo que llamamos en la vida diaria ilusin y percepcin.Igualmente, todo ser humano tiene dos tipos de experiencias fundamentales: la mentiray el error. Y todos sabemos cundo mentimos, pero no cuando nos equivocamos.Porque el error es siempre a posteriori. Pasa lo mismo con las ilusiones. Cuando uno vacaminando en la calle y saluda a alguien que crey conocer y luego se da cuenta de queno era la persona conocida. Lo central es que uno se da cuenta del error despus,atendiendo a otras dimensiones distintas de aqulla desde la cual reconoci a la personay vivi la experiencia de encontrarse con ella. Como Maturana ha sealado, esas

    experiencias constituyen el fundamento del darse cuenta de que uno no puede hacerreferencia a una realidad independiente de uno. Uno no puede distinguir en laexperiencia entre ilusin y percepcin porque tal distincin es a posteriori. Lo que nocambia el hecho de que an podemos ponernos de acuerdo. De algn modo todossabemos cotidianamente que el mundo en el que vivimos es un mundo de acuerdos deacciones. Y que cada vez que el otro no sabe algo, uno se lo puede ensear, generandoun acuerdo de acciones. El problema no est en la convivencia o en los acuerdos, ni enel darse cuenta de que no podemos hacer referencias a una realidad independiente, por

    17 Maturana, H. R., en Autopoiesis: Ncleo duro y cinturn protector hace muchsimo tiempo,entrevista por V. Bronstein y A. Piscitelli, 1997.

    18 Maturana, H. R.,La objetividad, un argumento para obligar, Ed. Dolmen, Col. Ensayo, 1997.

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    el contrario, el problema est en la creencia de que podemos hacer esa referencia; en elapego a ella a travs de creer que uno puede dominar a los otros reclamando para s el

    privilegio de saber cmo son las cosas en s. Maturana ha mostrado que como sereshumanos no podemos afirmar que nuestros argumentos racionales y que nuestrasacciones son vlidas porque estn apoyadas por alguna conexin con una realidad o

    verdad trascendental independiente. Mostrando que no podemos hacer esto porque nohay manera operacional a travs de la cual nosotros los seres humanos podamos hacer,en tanto seres vivos, ninguna distincin o referencia a algo que suponemos existe dealgn modo independientemente de lo que hacemos. Esto lo seal ya desde 1968, en lacitada conferencia, al decir: Todo lo dicho es dicho por un observador a otro que puedeser uno mismo. Desde su enfoque biolgico se considera la legitimidad operacionalconstitutiva de todos los modos de vida en los sistemas vivos, incluso si algunos deellos no nos parecen deseables al observarlos desde la perspectiva de nuestras

    preferencias. Tambin ha mostrado las condiciones biolgicas bajo las cuales losfenmenos sociales surgen y tienen lugar, afirmando que lo social se constituye enrelaciones que conllevan las acciones de aceptacin del otro como un legtimo otro encoexistencia con uno. Cada vez que los miembros de un conjunto de seres vivosconstituyen con su conducta una red de interacciones que opera para ellos como unmedio en el que ellos se realizan como seres vivos, y en el que ellos por lo tantoconservan su organizacin y adaptacin y existen en una coderiva contingente a su

    participacin en dicha red de interacciones, tenemos un sistema social.19Y esta descripcin de la organizacin de lo social es necesaria y suficiente paracaracterizar un sistema social, pues un observador puede ver que un sistema particulardefinido por esa organizacin genera todos los fenmenos propios de un sistema socialen un marco conductual especificado por el tipo de seres vivos que lo integran.El destacado socilogo alemn Niklas Luhmann es uno de los pensadores que se hanapoyado en la Biologa del Conocer de Maturana pero para proponer algoabsolutamente distinto en el plano de lo social, l usa la nocin de autopoiesisextrapolndola a los sistemas sociales en trminos de comunicacin.20 Sin embargo,como Maturana ha sealado, su teora de los sistemas sociales separa lo humano y lodeja como parte del entorno, y el sistema que distingue Luhmann como sistema social,no genera los fenmenos que en la vida diaria connotamos con la palabra social.Pero para poder decidir si las sociedades son sistemas autopoiticos, se debera poderespecificar un procedimiento de distincin de las sociedades en unidades compuestas yenseguida mostrar que esas unidades estn caracterizadas por la organizacinautopoitica.Es decir, estn compuestas por ciertos componentes producidos en las interacciones deellas en la constitucin de ese sistema como sistema compuesto, o sea como sistemaautopoitico. Ahora bien, cuando se le ha preguntado a Maturana si las sociedades son

    sistemas autopoiticos, su respuesta siempre ha sido que no.Las sociedades no estn definidas en trminos de produccin. l lo explica de otramanera, definindolo en trminos de interacciones entre seres vivos, de tal manera queel conjunto de los participantes parte del medio en que estos seres vivos se realizancomo seres vivos y que ellos, a su vez, constituyen con sus conductas un tal sistema, elcual es indistinguible de un sistema social y tal sistema no es un sistema autopoitico,

    porque no est definido en trminos de una red cerrada de produccin de componentes,con las caractersticas de un sistema autopoitico.

    19 Maturana, H. R., Biologa del fenmeno social, Delfn V., 1985, pp. 6-14. Original en alemn, hayversin espaola en la antologa de Torres Nafarrate antes citada.

    20 Luhmann, N., Sistemas sociales. Lineamientos para una teora general, edicin a cargo de J. TorresNafarrate, Mxico, 1991. Ed. Alianza, UIA. Mxico, 1991.

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    Adems como veremos, las ltimas investigaciones y explicaciones de Maturana sobreel origen de lo humano, el devenir de la historia de transformacin humana vista en elmarco de sus propuestas de redes culturales matrzticas y patriarcales, y lasmetaconceptualizaciones sobre su propio trabajo junto a Ximena Dvila, aunado a lacreacin de la nocin MBExH, han abierto una nueva veta de descubrimientos sobre los

    fundamentos de una nueva forma de entender lo humano, y la biologa sistmica deMaturana, mostrando dnde es posible lo humano, dnde surge, en qu circunstanciasse realiza y conserva como especie. Y por ende, en cules no. Lo cual constituye elmeollo de la pregunta antropolgica.

    Con respecto a la Antropologa

    Uno de los problemas difciles que ha tenido siempre la antropologa para laidentificacin de un sistema social es que se carece de un criterio de distincin que nos

    permita determinar cul es dicha organizacin independientemente de proposicionesteleolgicas o funcionales. Una buena parte de la historia poltica, econmica y culturalde la humanidad, desde el surgimiento del patriarcado, tiene que ver con el dilema deconsiderar el ser social y el ser individual como condiciones contradictorias deexistencia. Especialmente en los ltimos doscientos aos en occidente, distintas teoras

    polticas y econmicas fundadas en diferentes ideologas de lo humano han enfatizadoun aspecto u otro de esa dualidad, ya para reclamar una subordinacin de los interesesindividuales a los intereses colectivos, o al revs, enajenando al ser humano de la unidadsistmica de su experiencia cotidiana.El tema de la operacin de distincin ha generado malentendidos por lo menos de dosformas, una porque Francisco Varela, su discpulo y posteriormente su colaborador porun tiempo, usaba el trmino en forma diferente.21 Y dos, porque ha habido otros autorescomo Spencer Brawn en su Law of the form (1973)22 que hablaron de la operacin dedistincin, siempre desde fundamentos explicativos diferentes, pero se los relacionabacon Maturana por el ambiente de la ciberntica.23

    Para Maturana hay dos clases de criterios de distincin que usamos como observadores.Es cierto que un criterio de distincin es lo que separa a una unidad de un fondo, perouno puede especificar la separacin de la unidad del fondo de dos maneras. Para l, un

    21 En el libro que hablara sobre la diversificacin y acogida de las ideas de Maturana, habra sin dudaun captulo dedicado a aclarar los malentendidos que se han suscitado en torno a las pretensiones tericasy autorales de su discpulo, Francisco Varela, quien no siempre ha sido respetuoso de los derechos deautor. Al final del texto, en el apndice # 2, incluyo un par de citas y comentarios aclaratorios al respecto.

    22 Spencer Brown, G.:Laws of form, Reimpresin. N.Y., 197923 La historia de relacin de Maturana con grandes pensadores de la ciberntica, como McCulloch yHeinz Von Foerster y Gregory Bateson, ha trado a mano tambin muchos malentendidos. Como se ver,la influencia del pensamiento maturaniano en la ciberntica de segundo orden y en los constructivismoses grande, pero eso no hace de Maturana un ciberntico o un constructivista, y esto lo ha dicho l mismopblicamente muchas veces. El constructivismo es una corriente epistemolgica, la Biologa delconocimiento es eso, una explicacin biolgica de cmo operamos los seres vivos en tanto sistemascognitivos. Adems Maturana a desarrollado en 40 aos una serie de otras explicaciones sobre ellenguaje, lo social, lo cultural, lo humano, etc. La diferencia central entre la postura de Maturana y de losconstructivistas, an los ms radicales, es que Maturana no se pregunta por la realidad, no pregunta por laconstruccin de la realidad pues esta no existe en si misma, sino que pregunta por las coherencias de laexperiencia del observador, pregunta por la experiencia de la cognicin, ya que preguntar por la realidadcomo un en si es un sinsentido sin respuesta, y los constructivistas hablan de construir realidades pero no

    dan cuenta del mecanismo a travs del cual supuestamente surge la realidad, en mi opinin lo hacen solode forma metafrica o indirecta al hablar de la socializacin.

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    sistema puede ser distinguido por la operacin que el observador hace al separarlo de unfondo, pero tambin puede ser distinguido por la especificacin de la organizacin delsistema distinguido, tal que en su operar resulte una unidad separable del fondo. Eso eslo que pasa, por ejemplo, con los sistemas sociales cuando se los quiere explicarcientficamente.

    Y Maturana piensa que la dificultad para distinguir a los sistemas sociales de la primeramanera cuando el observador los separa de un fondo est en que tal operacin exigepoder afirmar que all hay un sistema que uno separa. Y eso, desde su punto de vista, elde la objetividad entre parntesis, tiene el problema de sacarle el parntesis a laobjetividad, de poner a la objetividad como fundamento de validacin de lo que unodice.En el otro caso, la especificacin de una organizacin como unidad compuesta, o seaconsiderando el dominio del operar de sus componentes, resulta en que tan pronto comoesa organizacin se realiza, se constituye la unidad compuesta correspondiente; es laorganizacin la que especifica la operacin de distincin. Y eso s que se puede hacer enel sentido en que uno puede especificar una organizacin que genera un sistema que unodescubre, o que ya sabe que existe en el momento en que propone esa organizacin quegenera los mismos fenmenos que el sistema social. Como ejemplo tenemos lo ya dichohace un instante. Si un sistema constituido por seres vivos con sus interacciones ydefinido en la recurrencia de sus interacciones, es el medio en que estos se realizancomo seres vivos, y ese sistema es indistinguible de los fenmenos que genera de lossistemas que nosotros diramos en la experiencia cotidiana que son sistemas sociales,como la familia, el club, la comunidad, etc., nos hallamos entonces frente a un sistemasocial. Desde la explicacin de la biologa del fenmeno social, Maturana muestra cmonuestra naturaleza de seres humanos individuales es social y la de seres humanossociales es individual. La diversidad etnolgica de la humanidad nos muestra muchasinstancias en las que poder notar que la contradiccin entre individuo y colectivo no esuna condicin ontolgica dada, sino una ilusin descriptiva. Hay, o por lo menos se handado, como se mostrar a lo largo de este ensayo, sistemas sociales cuyos miembrosviven en armona los intereses aparentemente contradictorios de la sociedad y de losindividuos que la componen.Por su puesto que existen criterios de distincin adicionales que nos permiten separar loque la familia y el club tienen en comn de lo que tienen de distinto. stos seransistemas sociales pero seran distintos sistemas sociales, o sea los distintos sistemassociales seran distintos en las clases, o conjuntos o configuraciones de interaccionesque los constituyen. De esa manera, un club, una familia, u otro club, pueden sersistemas distintos porque estn constituidos por distintas redes de relaciones ointeracciones entre los seres vivos en su realizacin como seres vivos en la constitucindel sistema.

    Maturana est haciendo un planteamiento que es contrario a lo tradicional, ya que lo quese suele hacer no involucra tener a la objetividad entre parntesis. El realismotradicional plantea que los sistemas sociales existen y que la funcin de la ciencia sociales reconocerlos en funcin del tipo de relaciones que se dan entre las personas sincaracterizarlos, o creyendo que uno caracteriza al sistema social en trminos de lasrelaciones que se dan entre los componentes: de produccin, de propiedad, etc...Y la disputa es saber efectivamente cul de estos tipos de relaciones son los que dehecho lo caracterizan. Lo que l dice es que el planteamiento anterior est equivocado.Es cierto que las relaciones mencionadas diferencian sistemas sociales, pero lo que haceque el sistema social sea lo que es no es eso. Si se acepta lo que l ha propuesto hay querescribir todo.

    Por qu Maturana no retoma los problemas y las soluciones de Weber, Durkheim, ytantos otros? Porque en la medida en que se da cuenta de que su planteamiento es

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    radicalmente distinto, los encuentros con dichos autores (y con cualesquiera otros) no pueden ser ms que coincidencias. Y en este caso, no tiene sentido profundizarcoincidencias. l tuvo que irse enfrentando con los distintos temas y profundizarlos enla medida en que los fue encontrando desde esta nueva perspectiva.Cuando uno genera una teora que tiene un sistema de fundamentos y validacin

    distintos, es simplemente radicalmente distinta a otra que hace referencia a sistemas defenmenos diferentes. El que una sea ms vlida o menos vlida que la otra depende deuna distincin en un metadominio. Si una teora es efectiva en un dominio fenomnico,es efectiva en ese dominio fenomnico y la otra es efectiva en otro dominio fenomnico.Ahora, si yo quiero hacerlas vlidas en el mismo dominio fenomnico, yo tengo quedecidir desde un metadominio si, o una de ellas niega a la otra, por lo tanto la otra nosirve, o que en verdad se aplican a dominios fenomnicos distintos y que entonces noson excluyentes. Sin embargo habr otro dominio fenomnico para el cual se quiera unametateora que d respuesta a cosas que ninguna de estas dos son capaces de hacer.Por mi lado, lo que digo en este ensayo desde mi entendimiento, est sustentado sobre laexperiencia de conocer varias de las muy diversas escuelas en historia y antropologa,como cualquier estudiante de Etnohistoria, pero aqu no se usan como apoyo ofundamentos, sino como trasfondo experiencial, fuentes posibles de operaciones dedistincin, cuando es el caso. As mismo, cuando mencione algn autor lo har en estesentido, digamos, superficial. Sera una enorme y notable tarea escribir un texto tericoque mostrara el saber consensual de la historia de la Antropologa y la Historiografa enuna conversacin reflexiva con la Biologa Sistmica y la Antropologa Natural, tareade gigantes que aqu no emprenderemos.

    Conclusiones

    La Antropologa Natural, que tiene como fundamento a la Biologa OntolgicoConstitutiva, recalca la importancia de ser conscientes del mundo que estamos creandoy de estar conscientes de que lo estamos creando as. No hay por qu vivir como sifuramos arrastrados por una corriente. Podemos entender al ser humano, cmohacemos lo que hacemos como humanos, cmo generamos mundos en el vivir. Cmo sees y cmo se est en la vida en tanto ser humano. A esto mismo nos han invitado Dvilay Maturana, desde la mirada reflexiva que expande el entendimiento, la miradasistmica de la MBExH.La Antropologa Natural es un mbito reflexivo y explicativo que en su ncleo primariotiene que ver fundamentalmente con lo que se conserva de la historia humana en el

    presente, desde una mirada a las emociones y una reflexin sobre ellas en tantodirectoras del vivir animal en general y del humano en particular. Mirada que permitever cmo todos los dominios del vivir humano se organizan en torno a esa dimensin

    bsica: el vivir en sociedades, lenguajeando y conversando, en redes culturales. En elfondo es la mirada de la MBExH aplicaa a las ciencias humanas, y es una mirada almundo y al cosmos, desde la perspectiva autorreferida de lo humano, que ampla elentendimiento y orienta a una conducta espontneamente responsable y tica, pues nosabre un mbito de confianza sobre lo que es ser humano. Ello nos permite entender,como veremos en este texto, que somos una clase particular de seres vivos,taxonmicamente: Homo Sapiens Amans. Y esto no como un ideal humanitario ni comoun valor. Tiene que ver con nuestra naturaleza biolgica: espontneamente, todosqueremos ser y estar en el bienestar y eso tiene que ver con la armona del vivir uno conlos otros en la aceptacin mutua realizando nuestro ambiente social. Sin sociedad nohay humanidad, y no hay oposicin entre individuo y colectivo salvo donde el

    patriarcado la realiza y justifica ideolgicamente. Y el cmo somos como animalesdependientes de la aceptacin mutua propia de nuestra biologa de seres amorosos, tiene

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    que ver ciertamente con cmo somos como observadores que traen mundos a la manoen la operacin de distincin.Como ha dicho tantas veces Maturana, la agresin, la envidia, la competencia, nogeneran bienestar. Slo el amor genera bienestar. Y slo en el amor es posibleestablecer la recurrencia de interacciones que permitieron el surgimiento del lenguaje.

    Que nadie vea esto, es por nuestra cultura patriarcal, por las consecuencias del juego dedominacin y control que genera desconfianza y resentimiento. Hay ceguera frente alotro. Y frente a s mismo. Y surge de cmo uno no ve al otro porque uno no aprendi amoverse por completo desde el respeto por s mismo y por el otro en la convivencia, porhaber vivido en la exigencia y la obediencia como las formas usuales de comportarse.Al conocer cmo conocemos y conocer cmo amamos uno puede aceptar esa nueva

    perspectiva y observar cmo se va expandiendo a toda la praxis del vivir propio,resultando en un autntico proceso de transformacin ontolgica donde cambia tanto eluniverso como el observador, y que en determinado momento pasan a existir en launidad explicativa del operar del observador que no separa lo observado del observadory transforma as el universo en un multiverso de mltiples cosmos autorreferidos. Locual es un viaje de retorno, culturalmente hablando. Y esta es la quintaesencia de lainvitacin que ha hecho Maturana y que tuvo como primer pblico despus de lasneurociencias, a la antropologa, cuyos representantes sin embargo no escucharon, hastala fecha, la misma invitacin. Maturana se ha referido a esta invitacin en los siguientestrminos: El conocimiento no obliga, es el conocimiento del conocimiento el queobliga, nos obliga a tomar una permanente actitud de vigilia contra la tentacin de lacerteza, a reconocer que nuestras certidumbres no son pruebas de verdad, como si elmundo que cada uno ve fuera el mundo y no un mundo que traemos a la mano conotros. Nos obliga porque al saber que sabemos no podemos negar que sabemos.Por esto, todo lo que hemos dicho aqu, este saber que sabemos, conlleva una tica quees inescapable y que no podemos soslayar. En esta tica, lo central es que un verdaderohacerse cargo de la estructura biolgica y social del ser humano equivale a poner a lareflexin de que ste es capaz y que le distingue, en el centro.24Cuando uno conoce la Biologa del Conocer y la Biologa del Amar, queda atrapado enla invitacin honesta que hace Maturana, pero que como l dice, no es una invitacininocente, y de hecho cuando uno acepta este especial darse cuenta de cmo es que unose da cuenta, y se comprende que uno es siempre generador de la realidad que vive yque uno siempre la va trayendo a mano con otros de tal forma que lo nico que unotiene es el mundo que trae a la mano con los otros, y se est en condiciones de darsecuenta de que el mundo o los mundos ms bien, son mucho ms plsticos de lo que unocree, lo que a uno le pasa es propiamente una transformacin ontolgica. Desde laepistemologa de ver el mundo as, a la ontologa de la existencia viviendoconscientemente en la Biologa del Amar desde la escucha entre parntesis.

    Al igual que el entendimiento de la MBExH, la Antropologa Natural podra posibilitarhacer ms fcil la vida cotidiana. Pero no tanto por los conocimientos especficos que elestudioso o el lego puedan adquirir, sino porque se podrn dar cuenta de que no se

    puede pretender ser dueo de la verdad, lo cual nos quita una pesada carga en lasrelaciones humanas al entender que los distintos conocimientos se validan de distintamanera. Maturana ha mostrado que todas las ideologas, teoras y religiones parten de

    premisas de que son aceptadas a priori por el que las sostiene desde sus preferencias, noporque sean necesarias o verdaderas en s mismas. Y si uno sabe esto no puede sentirsedueo de la verdad, se libera de las exigencias y descubre que no tiene nada que exigirleal otro ni a si mismo. Tampoco se entra al caos, porque la vida no es catica sino

    pletrica de ritmos, y se descubre que la armona del vivir se hace en la convivencia, en

    la aceptacin del otro.24 Maturana, H. R., Varela, F.,El rbol del conocimiento, Ed. Universitaria, Chile, 1984.

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    Marco terico

    Quizs una de las razones por las que se tiende a evitar tocar las bases de nuestroconocer es que nos da una sensacin vertiginosa por la circularidad de lo queresulta ser utilizar el instrumento de anlisis para analizar el instrumento deanlisis: es como si pretendisemos que un ojo se viese a s mismo.H. Maturana y F. Varela

    Observador: Cualquier ser humano que, al operar en lenguaje con otros seres humanos, participacon stos en la constitucin de un dominio de acciones coordinadas como un dominio de distinciones,

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    y puede, de este modo, generar descripciones y descripciones de descripciones. En suma, yo y todos losque leen este artculo.Humberto Maturana

    A modo de introduccin

    La explicacin biolgica del conocer presentada por Maturana surge en una poca enque ya eran clebres los estudios de la autorreferencia, y los circuitos explicativoscirculares como las paradojas, especialmente en el mbito de la ciberntica. Quienesnunca han sabido de estos estudios y leen a Maturana, suelen quedar con la sensacin deque lo que dice slo son tautologas, es decir argumentos que se apoyan en lasconsecuencias de los argumentos siendo que las consecuencias estn validadas desde lavalidez de los argumentos. Y desde cierta perspectiva (la de la pregunta por el ser de lasentidades) tienen razn, pero lo que muestra Maturana a travs de su explicacin

    biolgica del conocer, es justamente que en tanto todo constructo explicativo se proponedesde premisas a-racionales, presentadas desde la emocin, todo constructo explicativoes tautolgico, en tanto que como observadores no tenemos acceso a una realidadindependiente del observador.Efectivamente el modo de hablar de Maturana es circular, pero esto tiene que ver con lanecesidad que tuvo de inventar una nueva forma de hablar para referirse a los procesosde la cognicin desde la perspectiva que incluye al observador en la explicacin, ya quetodo lo que dijera de ella en tanto fenmeno biolgico lo involucraba a l, en tantoobservador y en tanto ser vivo que es un sistema cognitivo. El lenguaje circular es ellenguaje autorreferido de un ser vivo lenguajeante que quiere explicar el conocerusando, inevitablemente, el conocer como herramienta para explicar el conocer, y asabiendas de que ya se est en la cognicin antes de preguntarse por ella, que es algo enlo que simplemente se descubre que le ocurre. Para explicar esto, Maturana tuvo quegenerar adems varias nociones nuevas que a veces resultan difciles para el lector nofamiliarizado, por ejemplo la palabra autopoiesis que define la identidad de lo vivo;ella ha simplificado enormemente la tarea de hablar acerca de la organizacin de losseres vivos sin caer en la trampa, siempre profunda, de no decir nada nuevo debido aque el lenguaje no lo permite. No podemos escapar estando inmersos en una tradicinsino a travs de un lenguaje adecuado con el que podamos orientarnos de mododiferente y, quizs, generar una nueva tradicin a partir de una nueva perspectiva. 25Como de hecho, y luego de ms de 30 aos, ha empezado a ocurrir.

    Como veremos, ms que preguntarse por el ser de las entidades, nociones (como larealidad), y objetos distinguidos, debemos preguntarnos por el operar del observador siqueremos ver de dnde surgen nuestras habilidades cognoscitivas al no darlas porhecho, si no, como le pas a todos los que entraron al problema del conocimiento desdela ptica filosfica tradicional, que en sus dos extremos se mueve en torno a aceptar orechazar la realidad, seremos atrapados invariablemente en la vertiginosa paradojaepistemolgica que trae a la mano la circularidad de fenmenos autorreferentes como loson los del estudio del conocimiento del conocimiento. Como seal, para conocercmo se conoce, se requiere usar como instrumento para explicar, aquello mismo queva a ser explicado. El cuadro de M.C. Escher, Manos que dibujan, evoca, desde lagrfica, este tipo de circularidad donde el vrtigo resulta de que uno no puede ver los

    25 Ver: Dvila X. y Maturana H. R., La Biologa del Tao y el Camino del AmarRevista Philosophica,N 26 de Editorial Universitaria, 2004. (Escrito en el 2002)

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    fundamentos que constituyen los procesos generativos implicados, en el caso de Escher,el mutuo dibujarse de esas manos es indicio de que son su mutuo origen pero a la vezresalta el problema de quin empez.

    La Filosofa Natural

    Mostrar los descubrimientos de Maturana y el desarrollo de su entendimiento

    empezando por la Filosofa Natural, es comenzar por el final. Por eso es bueno tener enmente que este no es un marco terico, o al menos no uno comn y corriente ya quesurge de la investigacin cientfica y no al revs, como suele ser el caso. De hecho, enun sentido estricto, la Filosofa Natural no es un marco terico, sino un meta marcogenerador de marcos tericos. Y en verdad, es muy sencilla de entender, pero paracaptar la magnitud de su alcance se requiere conocer los fundamentos de donde surge,los cuales sern presentados en los dos primeros ensayos.La Filosofa Natural es formalmente formulada como tal en el 2002, por Ximena Dvilay Humberto Maturana. Y as como est ligada al mbito laboral de la generacin deredes de conversaciones para la transformacin cultural propia de Ximena Dvila, loest a la biologa del conocer y del amar de Maturana, y por ende, sus antecedentescientficos se remontan a los comienzos del trabajo explicativo de ste (1960-1965).Maturana hizo un ltimo encuadre de su entendimiento en el ao 2002 al declararseFilsofo Natural. l distingua antes, en sus ensayos sobre ciencia y filosofa, dos clases

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    pre-presocratica se viva un lenguaje del devenir donde los objetos y fenmenos tenansentido desde las relaciones e interacciones en que surgan. Por ejemplo, en vez dehablar de el ser de la valenta, se narraban las acciones de algn valiente hroe paraexplicar la nocin. Ahora bien, la conciencia de la indistinguibilidad, o por lo menos la

    presencia de la ilusin, el darse cuenta de que uno no sabe si lo que est viviendo ahora

    va a resultar una ilusin o no, que es una conciencia muy antigua, eso lleva, si no setiene cmo explicarlo desde el hacer del observador, a meterse en el tema, la mirada delser. Y cuando Maturana entra en 1960 en esta problemtica, es afortunado porque lestaba metido en el mismo proceso que le permite explicar el hacer, el hacer delobservador. Muchas personas se cruzaron con esta pregunta antes que l pero no

    pudieron contestarla. Esta pregunta es posible ahora porque el pensar occidental desdeel pensar cientfico ha dado origen a una libertad reflexiva que permite la pregunta porel hacer del observador