Feng shui para enamorar

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Feng Shui para enamorar 1



INDICE

1.- Introducción: el amor y el Feng Shui………………………………………………......3 2.- Algunos conceptos preliminares……………………………………..……….............4 -el Chi -el yin y el yang -los cinco elementos -las relaciones elementales -el número kua -direcciones favorables y desfavorables 3.- Plano de la vivienda y orientaciones……………………………………………….…21 4.- Aplicar el Bagua………………………………………………...................................24 5.- Primer secreto: la dirección favorable al amor………………………………………27 6.- Segundo secreto: el suroeste de la casa…………………………………………….38 7.- Tercer secreto: el dormitorio……………………………………………....................44 8.- Cuarto secreto: la flor de melocotón……………………………………………........53 9.- Problemas Feng Shui………………………………………………...........................55 10.- La parte espiritual del Feng Shui………………………………………………........62



I

EL AMOR Y EL FENG SHUI

Todos sabemos que el amor se encuentra entre las aspiraciones clásicas del ser humano, lo mismo hace siglos que en la actualidad. De hecho, en muchas sociedades el éxito y la felicidad no se conciben como algo completo si no van de la mano de una relación de pareja satisfactoria. Y aunque en la China tradicional el amor romántico, tal como lo entendemos ahora, no era, desde luego, ni una prioridad ni siquiera una necesidad, el Feng Shui también tiene algo que aportar a la ardua tarea de buscar la pareja ideal... y a la natural ambición de conservarla. En este libro analizaremos cada una de las acciones de Feng Shui que uno puede acometer con la esperanza de armonizar las energías de su hogar para que éste se convierta en el lugar perfecto donde anide una nueva relación... o bien donde restablecer la armonía en una relación que hace aguas. Para conseguirlo abordaremos cuatro frentes esenciales en asuntos del corazón: 1.- Mimar el nien yen o dirección favorable al amor 2.- Mimar el suroeste de la casa, la zona del amor 3.- Mimar el dormitorio 4.- Encontrar la flor de melocotón Pero antes de entrar de lleno en materia amorosa será necesario conocer y comprender unos cuantos conceptos básicos que todo estudiante o aficionado al Feng Shui debe dominar: 1.- El Chi 2.- El yin y el yang 3.- Los cinco elementos 4.- Las relaciones entre los elementos 5.- El número kua y las direcciones favorables y desfavorables 6.- El mapa Bagua Con estas herramientas bien engrasadas estaremos preparados para mirar nuestra casa con otros ojos, para detectar los problemas que nos impiden alcanzar nuestras metas y para crear el escenario perfecto para nuestra vida ideal. Cuando hayamos recorrido todo este camino deberemos hacer un alto y mirarnos hacia adentro, a nosotros mismos. Es la parte espiritual del Feng Shui y de cualquier medio que uno utilice para su propio crecimiento personal. El Feng Shui se encargará de armonizar las energías de su entorno para que sean un apoyo constante y un alimento nutritivo para sus ambiciones, pero será usted quien tenga que dirigir la batuta. De ahí la importancia del último capítulo.



II

ALGUNOS CONCEPTOS PRELIMINARES EL CHI El Chi es el impulso que mueve el mundo, que mueve a las personas y a la naturaleza. Todo lo que está vivo está lleno de Chi, pero también las cosas inanimadas tienen Chi. Es un concepto oriental que no existe en Occidente. Si tuviéramos que establecer un paralelismo simple, podríamos comparar el Chi con la energía, ese elemento intangible, invisible, que está en continuo movimiento, que se halla en todas partes y que tiene diferentes cualidades. El Feng Shui trata de localizar esas energías, detectar su cualidad y armonizarlas para conseguir que vivamos en un entorno armonioso.

En Occidente estamos acostumbrados a diferenciar entre los seres vivos y los objetos inanimados. Para conocer y comprender el Chi y sus cualidades deberemos apartar esta idea de nuestra mente. Todo vive, de alguna manera. Una obra de arte, por ejemplo, no es más que un trozo de papel manchado con pigmentos. Aparentemente no tiene vida ni energía. Sin embargo, sí está dotado de Chi. Tanto que puede transformar nuestro estado de ánimo cuando lo contemplamos: puede ponernos melancólicos, sentimentales, alegres, soñadores o puede arrancarnos una mueca de desagrado. Eso depende del Chi de esa obra de arte en concreto. Lo mismo puede aplicarse a la ropa, a los muebles, a las fotos, a una casa, a las joyas, al color de las paredes, a las piedras, al paisaje… cualquier cosa tiene Chi y debemos aprender a percibirlo y a armonizarlo.

Cómo se mueve el Chi Feng Shui en chino significa viento y agua, una referencia al tipo de movimiento que realiza el Chi a nuestro alrededor. Como el viento y el agua, el Chi se desplaza en movimientos curvos, serpenteantes, sinuosos... aunque a veces se precipite de forma violenta —del mismo modo destructivo en que lo hacen el agua y el viento—, provocando energías negativas, o bien puede que se quede estancado —como el agua que se pudre o el aire que se agota—, causando igualmente problemas.



Nuestra tarea será pues conseguir un Chi armonioso y lleno de vitalidad en nuestro hogar y para ello estudiaremos la disposición y la forma de los muebles, la estructura de la vivienda, los colores, los materiales, el orden, la higiene y las sensaciones que todo ello producen, desde lo más obvio hasta lo más sutil. Las ocho direcciones

Después utilizaremos un baremo que tiene en cuenta las ocho direcciones principales y secundarias que marca la brújula —norte, sur, este, oeste, noreste, noroeste, sureste y suroeste—, relacionándolas simbólicamente con ocho áreas fundamentales en la vida de todo ser humano: la carrera profesional, la fama, la familia y la salud, la creatividad, el conocimiento,

los "padrinos", el dinero y el amor. Físicamente, en cada una de las ocho direcciones de la brújula reina un tipo de energía diferente, con sus propias cualidades y necesidades. Nuestra tarea consistirá en potenciar esa energía y eliminar las influencias que puedan resultar perjudiciales. A priori parece algo complicado, pero no lo es. ¿Nuestras herramientas? Una brújula, el sentido común, el conocimiento de la teoría de los cinco elementos y un buen arsenal de símbolos universales. Combinando todo ello lograremos que la vibración energética de cada rincón de nuestra casa sea la idónea y, con ello, nuestra propia vida vibrará al ritmo que deseemos, atrayendo también lo que deseamos. En este gráfico se desglosan las ocho direcciones de la brújula y su correspondencia en cuanto a área de la vida que rige, el número que la representa y el tipo de energía (yin o yang, un concepto que aprenderemos más adelante) que conviene estimular en esa zona.

Salta a la vista que falta adjudicar un área de la vida al número 5, que se reserva

Número Dirección Área de la vida Energía 1 norte carrera profesional yin

2 suroeste amor, matrimonio y relaciones yin

3 este salud, familia, padres y antepasados yang

4 sureste riqueza yin

5 centro yin / yang

6 noroeste viajes, mentores y protectores yang

7 oeste hijos, proyectos y creatividad yin

8 noreste cultura, saber, estudios y educación yang

9 sur fama, reputación y prestigio yang



para la zona central de cualquier espacio, a la que no se asigna ninguna parcela concreta de la vida. Viene a representar el centro neurálgico, el corazón de una casa y de una familia y hay que cuidarlo especialmente. En la casa tradicional china (y en muchas otras culturas antiguas), el centro de la vivienda estaba ocupado por un patio que quedaba vacío, como un valioso almacén de poderosa energía Chi que iba alimentando el hogar y a la familia.



EL YIN Y EL YANG La mayoría de ustedes habrán oído alguna vez hablar del yin y el yang y habrán visto el símbolo que lo representa infinidad de veces. Es, nuevamente, un concepto típicamente oriental. La clave de su significado está en el equilibrio y el movimiento.

En el símbolo hay dos mitades del mismo tamaño. Una es blanca y está manchada con un punto negro. Representa el yang, la energía masculina, luminosa, fuerte, alta, activa, brillante, grande, lisa, vertical, recta, angular, dura, geométrica y caliente. Tiene asociados el Sol, la primavera y el verano, el día, el exterior, la madurez, el movimiento, el dragón, lo lleno, el cielo, los números impares, lo ascendente, el calor, la dureza, las montañas, las casas y la vigilia.

A su lado, la zona negra manchada con un punto blanco. Es el yin, la energía femenina, oscura, pequeña, horizontal, curva, redondeada, suave, floral, débil, baja, pasiva y fría. Sus elementos asociados son la Luna, el otoño y el invierno, la noche, el interior, el frío, la juventud, los números pares, lo descendente, la quietud, lo vacío, la tierra, los valles, la blandura, los jardines, el agua quieta y el sueño. Como ya se imaginan, la una no puede vivir sin la otra y prácticamente no hay nada yang puro o yin puro, sino que conviven ambas con ligeros rasgos de la otra, tal como muestra el símbolo. Es también una característica propia del yin y el yang el continuo movimiento, pues uno se transforma constantemente en el otro y viceversa. La simple observación de la naturaleza —tal como hicieron los filósofos chinos durante siglos— nos da muchas pautas. La noche se convierte en día, que volverá a ser noche; las cuatro estaciones del año se suceden eternamente; la marea sube y vuelve a bajar; las fases de la Luna se repiten una y otra vez… En nuestro trabajo Feng Shui deberemos tener en cuenta ambos tipos de energía para combinarlos en casa procurando siempre alcanzar el equilibrio, aunque unas habitaciones requieren más energía yang y otras, más yin, según el uso que vayamos a darles. No será igual, por ejemplo, tratar la energía de una cocina que la de un dormitorio o un despacho.



LOS CINCO ELEMENTOS Conviene conocer a fondo los cinco elementos que, según la tradición china, existen en la naturaleza y aportan su propia energía allí donde se encuentran. Una vez estudiadas las características de cada uno de ellos, sabremos localizar enseguida dónde están presentes en nuestra casa y si entre ellos se establecen relaciones armoniosas o, por el contrario, están emitiendo vibraciones de conflicto. FUEGO

El fuego representa el verano, el calor y la luz intensa. Es un tipo de energía explosiva, dinámica, representada por un triángulo —la forma de una llama— o bien un cono o una pirámide. Sus colores son rojo, rosa, naranja intenso o amarillo fuerte, que provocan arranques de felicidad, de actividad, de mucha energía (a veces demasiada). Un icono típico que representa el fuego sería, pues, una pirámide roja.

Pertenecen al elemento fuego las luces, lámparas, velas, la cocina (horno, microondas y quemadores), la chimenea y las estufas, los animales, las personas (todo aquello que tiene sangre) y todas las imágenes que los retratan, así como cuadros que representan el sol, el amanecer, un volcán, la guerra, la sangre y las típicas estampas veraniegas, llenas de luz y actividad, etc. También son fuego los objetos fabricados con materiales de procedencia animal: cuero, lana, carey, pelo, piel, huesos, plumas, seda… En dosis altas (todas las paredes de una habitación, por ejemplo, en rojo) puede generar tendencia a la violencia, nerviosismo, insomnio o agresividad. Recurriremos a potenciar la energía del fuego cuando necesitemos ‘coger la sartén por el mango‘, fomentar el liderazgo, emprender nuevas actividades o cuando nos sintamos especialmente apáticos, para despertar simbólicamente. El número del fuego es el 9 y su dirección, el sur, donde más calienta el sol y más brilla la luz del día. TIERRA

La tierra es una energía aposentada, firme, plana, sólida, confiada, muy pegada a la realidad. Su forma es el cuadrado (también el cubo) y sus colores, los terrosos, desde el amarillo al teja pasando por los ocres, marrones o pardos. Un exceso de tierra en la decoración crea ambientes serios, pesados, conservadores, como detenidos en el tiempo, petrificados. Su ausencia, por el

contrario, puede crear sensación de caos, de falta de referencias. Simboliza el alimento, el apoyo, la seguridad.



Son elementos tierra la cerámica, el vidrio, la arena, la arcilla, el ladrillo, los azulejos, cementos y piedras, el mármol, el granito… los objetos de forma cuadrada o cúbica y de aspecto pesado, así como los cuadros o fotos que representan desiertos, arena, montañas, campos de cultivo, paredes, los mapas y también el globo terráqueo. Recurriremos a la energía de la tierra cuando necesitemos pisar la realidad, ganar estabilidad y orden. Sus números son el 2, el 5 y el 8 y sus direcciones: el suroeste, el centro y el noreste. METAL

El metal es una energía vibrante, espiral, que se representa con un círculo. Simboliza el otoño, la concentración y la fuerza. Hay un doble filo en el metal. En su lado áureo representa la riqueza (el oro, las monedas), pero también las armas se fabrican con metal. Demasiado metal provoca rigidez, incapacidad para comprometerse. Su ausencia, en cambio, puede generar confusión y retrasos, así como falta de concentración. Representan la energía del metal los objetos metálicos (realizados con hierro, latón, cobre, aluminio, acero, oro, plata, bronce…), el color blanco, el gris, el plateado y el dorado. Las

formas que le corresponden son redondas, espirales, las esferas, los arcos y objetos como las monedas, los relojes y los aparatos electrónicos (ordenadores, radios, televisores, estéreos, despertadores…) Hay que recurrir a la energía del metal cuando necesitamos concentración y capacidad para analizar al detalle una situación (resulta perfecto para la investigación y la ciencia). Sus números son el 6 y el 7 y sus direcciones, el oeste y noroeste. AGUA

El agua es una energía ondulante, sinuosa, por lo que se representa con unas ondas. Su color es el azul, el negro, algunas clases de verde pantanoso y los púrpuras oscuros. Simboliza el invierno, el arte, la belleza, todo lo etéreo. En su cara amable nutre y alimenta; por el otro lado, destruye y arrasa. En la decoración, un exceso de agua puede provocar sentimientos de dispersión y favorece los despistes. Su falta, en cambio, causa estrés y esterilidad mental.



Encontramos el elemento agua en cualquier objeto acuático (peceras, fuentes, bebederos para pájaros, piscinas, bañeras, fregaderos, frigoríficos, lavavajillas, lavadoras…), en cuadros o fotos donde se ve el mar, ríos, estanques, fuentes, cascadas o lagos; así como en objetos de color azul o negro y en los espejos. También representan el agua los objetos o representaciones relacionadas con el mundo de la náutica y la marinería, como los barcos, anclas, faros, redes, salvavidas, peces, gaviotas, conchas, nudos marineros, estrellas de mar… Potenciaremos el elemento agua si necesitamos mejorar la espiritualidad, la inspiración, la flexibilidad, la capacidad de fluir. Su número es el uno y su dirección, el norte. Simbólicamente, demasiada agua provoca pérdidas económicas (como una violenta riada que lo arrasa todo a su paso). MADERA

La madera representa la primavera, el crecimiento hacia arriba, su forma representativa es el rectángulo vertical (que simboliza el tronco de un árbol). Es una energía que fomenta el crecimiento, la creatividad, la flexibilidad y la expansión, por eso es conveniente en las habitaciones de los niños, donde se potenciará así el crecimiento.

Son de elemento madera todas las maderas, el papel, el cartón, las plantas, las flores (también artificiales), las fibras de origen vegetal (mimbre, coco, yute…), el color verde y el marrón (el color de los árboles), las columnas (por su forma de tronco) y los cuadros o fotos de paisajes y jardines; las telas procedentes de materia vegetal (algodón, lino…), las cortinas, las toallas, ropa de cama, las rayas verticales y los estampados florales. Recurriremos a ella cuando sea necesario crecer, mejorar, fomentar la creatividad y la intuición. Demasiada madera puede aplastar. Recordemos cómo nos sentimos al entrar en una de esas clásicas bibliotecas británicas de paredes forradas de caoba, llenas de librerías repletas de libros (también son madera) y sillones marrones sobre gruesas alfombras: la impresión que nos da es de seriedad, silencio, tradición y rigidez. Los números del elemento madera son el 3 y el 4 y sus direcciones, el este, por donde nace el sol y empieza a crecer cada día; y el sureste.



LAS RELACIONES ELEMENTALES Para conseguir manipular la energía de nuestras habitaciones, lugares de trabajo, jardines y casas, contamos con una herramienta fundamental: las relaciones que se establecen entre los cinco elementos presentes en la naturaleza, que son fáciles de entender (y memorizar) aplicando el más elemental sentido común. El ciclo productivo Veamos. Hay dos ciclos fundamentales en las relaciones entre los elementos. Está el ciclo productivo, de índole positiva, en el que cada uno de los elementos

genera (alimenta) al siguiente, tal como sucede en la naturaleza. Sigamos el esquema que vemos a la izquierda en el sentido de las agujas del reloj. Así, el fuego produce tierra (las cenizas); la tierra produce metal (las minas o yacimientos subterráneos); el metal produce agua (se refiere al estado líquido que alcanzan los metales en la fundición); el agua produce madera (la lluvia permite el crecimiento de todo lo vegetal); y la madera produce fuego (en una hoguera). Y de nuevo comienza el ciclo.

El ciclo destructivo Pero, como todo en la vida, también hay unas relaciones destructivas —de índole negativa— entre los elementos. Sigamos en el esquema siguiente las flechas de color violeta, que forman una estrella de cinco puntas. Así, el fuego destruye al metal (en la forja se necesita fuego para doblegar a los metales); el metal destruye la

madera (el hacha derriba los árboles); la madera domina la tierra (con empalizadas que evitan desprendimientos); la tierra domina el agua (construyendo paredes se contiene el agua); y el agua destruye el fuego (lo apaga). Comprender, recordar y tener en cuenta estas sencillas relaciones entre los elementos será fundamental en nuestros trabajos para adecuar nuestra casa a la energía más favorable en cada rincón. Tengamos en mente una cuestión importantísima: si en cualquier estancia de nuestra casa existen relaciones positivas entre los elementos, la energía fluirá allí en



clave beneficiosa, potenciando el área de la vida que está simbólicamente representada en ese lugar; mientras que si establecemos relaciones destructivas, la energía generada será perniciosa y acabará afectando a nuestro estado de ánimo y al desarrollo de nuestra vida. Una mirada escrupulosa y atenta a los interiores de nuestra vivienda nos dará la clave para saber si en este momento tenemos establecido algún ciclo destructivo que debamos recomponer. Por ejemplo, una

habitación situada en el sur, donde vive el fuego, completamente decorada en azul, que representa el agua (el agua destruye al fuego). El ciclo agotador Existe, no obstante, un tercer ciclo elemental más sutil que nos servirá de ayuda en algunos casos concretos, como veremos más adelante. Es muy sencillo y tan fácil de recordar como los dos anteriores. Se trata del ciclo agotador de los cinco elementos. Es, simplemente, el mismo ciclo constructivo pero en orden inverso, es decir, leído en contra de las agujas del reloj. La lectura es la siguiente: el fuego agota a

la madera (la quema); la madera agota al agua (los árboles y plantas absorben grandes cantidades de humedad); el agua agota al metal (lo enfría en la forja); el metal agota a la tierra (las minas horadan el subsuelo); y la tierra agota al fuego (echamos tierra sobre una hoguera para terminar de apagarla).



EL NÚMERO KUA El número kua de cada cual se extrae del año de nacimiento, siendo diferente en mujeres y hombres. Es importante conocerlo y recordarlo (tome nota) para establecer cuáles serán las direcciones más propicias para usted. Para calcularlo hay que realizar una sencilla operación aritmética: 1.- sume los cuatro dígitos de su año de nacimiento y tenga en cuenta que el año chino no coincide exactamente con el occidental, es decir, no comienza de forma fija cada 1 de enero: si nació en enero o primeros días de febrero, reste un año (consulte las tablas más adelante para saber en qué fecha comenzó su año de nacimiento en el calendario chino) 2.- si el resultado de la suma es mayor de 10, vuelva a sumar los dos dígitos hasta alcanzar una sola cifra 3.- si es varón, tendrá que restar de 11 el número resultante -si es mujer, sume 4 a la cifra resultante 4.- el número resultante deberá tener una sola cifra; hay que sumar los dígitos hasta que salga así Ejemplo: varón nacido el 17 de marzo de 1978. Se suman 1+9+7+8= 25; se vuelve a sumar 2+5=7; se resta 11-7=4; el 4 será su número kua Ejemplo: mujer nacida el 20 de abril de 1978. Se suman 1+9+7+8=25; se vuelve a sumar 2+5=7; se suma 4+7=11; volvemos a sumar 1+1=2; el 2 será su número kua. Ojo, si el número resultante es el 5, deberá convertirlo en 2 para un hombre y en 8 si se trata de una mujer. Hay que tener en cuenta, a partir de aquí, que algunos números kua pertenecen al llamado grupo del Este y los otros, al llamado grupo del Oeste. Es algo importante para conocer cuáles son nuestras direcciones más favorables. Veamos:

GRUPO DEL ESTE NÚMEROS KUA 1 - 3 - 4 - 9 direcciones favorables norte - sur - este - sureste

direcciones desfavorables oeste - suroeste - noroeste - noreste

GRUPO DEL OESTE NÚMEROS KUA 2 - 6 - 7 - 8

direcciones favorables oeste - suroeste - noroeste - noreste

direcciones desfavorables norte - sur - este - sureste



Tendremos en cuenta el número kua personal a la hora de orientar el cabecero de la cama, la silla donde comemos, el sillón del escritorio donde arreglamos los papeles y el sofá donde vemos la televisión. Es decir, ahí donde pasemos largas horas y, por tanto, donde más influya la energía que recibimos.

AÑO COMENZÓ SIGNO ELEMENTO TIPO 1900 31 de enero RATA metal yang

1901 19 de febrero BUEY metal yin

1902 8 de febrero TIGRE agua yang

1903 29 de enero CONEJO agua yin

1904 16 de febrero DRAGÓN madera yang

1905 4 de febrero SERPIENTE madera yin

1906 25 de enero CABALLO fuego yang

1907 13 de febrero CABRA fuego yin

1908 2 de febrero MONO tierra yang

1909 22 de enero GALLO tierra yin

1910 10 de febrero PERRO metal yang

1911 30 de enero CERDO metal yin

AÑO COMENZÓ SIGNO ELEMENTO TIPO

1912 18 de febrero RATA agua yang

1913 6 de febrero BUEY agua yin

1914 26 de enero TIGRE madera yang

1915 14 de febrero CONEJO madera yin

1916 3 de febrero DRAGÓN fuego yang

1917 23 de enero SERPIENTE fuego yin

1918 11 de febrero CABALLO tierra yang

1919 1 de febrero CABRA tierra yin

1920 20 de febrero MONO metal yang

1921 8 de febrero GALLO metal yin

1922 28 de enero PERRO agua yang

1923 16 de febrero CERDO agua yin




1924 5 de febrero RATA madera yang

1925 25 de enero BUEY madera yin

1926 13 de febrero TIGRE fuego yang

1927 2 de febrero CONEJO fuego yin

1928 23 de enero DRAGÓN tierra yang

1929 10 de febrero SERPIENTE tierra yin

1930 30 de enero CABALLO metal yang

1931 17 de febrero CABRA metal yin

1932 6 de febrero MONO agua yang

1933 26 de enero GALLO agua yin

1934 14 de febrero PERRO madera yang

1935 4 de febrero CERDO madera yin


1936 24 de enero RATA fuego yang

1937 11 de enero BUEY fuego yin

1938 31 de enero TIGRE tierra yang

1939 19 de febrero CONEJO tierra yin

1940 8 de febrero DRAGÓN metal yang

1941 27 de enero SERPIENTE metal yin

1942 15 de febrero CABALLO agua yang

1943 5 de febrero CABRA agua yin

1944 25 de enero MONO madera yang

1945 13 de febrero GALLO madera yin

1946 2 de febrero PERRO fuego yang

1947 22 de enero CERDO fuego yin




1948 10 de febrero RATA tierra yang

1949 29 de enero BUEY tierra yin

1950 17 de febrero TIGRE metal yang

1951 6 de febrero CONEJO metal yin

1952 27 de enero DRAGÓN agua yang

1953 14 de febrero SERPIENTE agua yin

1954 3 de febrero CABALLO madera yang

1955 24 de enero CABRA madera yin

1956 12 de febrero MONO fuego yang

1957 31 de enero GALLO fuego yin

1958 18 de febrero PERRO tierra yang

1959 8 de febrero CERDO tierra yin


1960 28 de enero RATA metal yang

1961 15 de febrero BUEY metal yin

1962 5 de febrero TIGRE agua yang

1963 25 de enero CONEJO agua yin

1964 13 de febrero DRAGÓN madera yang

1965 2 de febrero SERPIENTE madera yin

1966 21 de enero CABALLO fuego yang

1967 9 de febrero CABRA fuego yin

1968 30 de enero MONO tierra yang

1969 17 de febrero GALLO tierra yin

1970 6 de febrero PERRO metal yang

1971 27 de enero CERDO metal yin




1972 16 de enero RATA agua yang

1973 3 de febrero BUEY agua yin

1974 23 de enero TIGRE madera yang

1975 11 de febrero CONEJO madera yin

1976 31 de enero DRAGÓN fuego yang

1977 18 de febrero SERPIENTE fuego yin

1978 7 de febrero CABALLO tierra yang

1979 28 de enero CABRA tierra yin

1980 16 de febrero MONO metal yang

1981 5 de febrero GALLO metal yin

1982 25 de enero PERRO agua yang

1983 13 de febrero CERDO agua yin


1984 2 de febrero RATA madera yang

1985 20 de febrero BUEY madera yin

1986 9 de febrero TIGRE fuego yang

1987 29 de enero CONEJO fuego yin

1988 17 de febrero DRAGÓN tierra yang

1989 6 de febrero SERPIENTE tierra yin

1990 27 de enero CABALLO metal yang

1991 15 de febrero CABRA metal yin

1992 4 de febrero MONO agua yang

1993 23 de enero GALLO agua yin

1994 10 de febrero PERRO madera yang

1995 31 de enero CERDO madera yin




1996 19 de febrero RATA fuego yang

1997 8 de febrero BUEY fuego yin

1998 28 de enero TIGRE tierra yang

1999 6 de febrero CONEJO tierra yin

2000 28 de enero DRAGÓN metal yang

2001 24 de enero SERPIENTE metal yin

2002 12 de febrero CABALLO agua yang

2003 1 de febrero CABRA agua yin

2004 22 de enero MONO madera yang

2005 9 de febrero GALLO madera yin

2006 29 de enero PERRO fuego yang

2007 18 de febrero CERDO fuego yin


2008 7 de febrero RATA tierra yang

2009 26 de enero BUEY tierra yin

2010 14 de febrero TIGRE metal yang

2011 3 de febrero CONEJO metal yin

2012 23 de enero DRAGÓN agua yang

2013 10 de febrero SERPIENTE agua yin

2014 31 de enero CABALLO madera yang

2015 19 de febrero CABRA madera yin

2016 9 de febrero MONO fuego yang

2017 28 de enero GALLO fuego yin

2018 16 de febrero PERRO tierra yang

2019 5 de febrero CERDO tierra yin



DIRECCIONES FAVORABLES Y DESFAVORABLES Como hemos visto antes, cada uno de nosotros pertenecemos al grupo del Este o al grupo del Oeste en base al número kua que se extrae de nuestra fecha de nacimiento (siendo diferente para hombres y mujeres). Cada uno de los grupos tiene unas direcciones favorables y otras perjudiciales, siendo incompatibles los dos grupos. La tradición china establece como las cuatro direcciones favorables las de la riqueza (sheng chi), la salud (tien yi), el amor (nien yen) y el crecimiento personal (fu wei). Las cuatro zonas desfavorables se conocen con las expresiones metafóricas chinas que corresponden a mala suerte (ho hai), cinco fantasmas (wu kwei), seis asesinos (lui shar) y pérdida total (chueg ming). Como en este libro nos centramos en la búsqueda del amor, en principio tomaremos como referencia nuestro propio kua para calcular dónde se encuentra nuestro nien yen, la dirección favorable al amor. En las tablas que presentamos a continuación podrá descubrir cómo le afectan las ocho direcciones de la brújula en función de su número personal, que aparece en el centro, en grande y en azul. Las direcciones favorables se representan en verde y las negativas, en rojo (como en un semáforo).



Antes de empezar a trabajar con estos datos tendremos que dibujar el plano de nuestra vivienda y, sobre él, trazaremos las ocho direcciones. Este trabajo, fundamental, lo abordamos en el siguiente capítulo.



III

PLANO DE LA VIVIENDA Y ORIENTACIÓN Estudiados estos primeros conocimientos previos básicos del Feng Shui, ya podremos ponernos manos a la obra para averiguar cómo es nuestra casa y qué soluciones podemos aplicar para atenuar los problemas y fortalecer las zonas positivas. En esta ocasión nos centraremos exclusivamente en la cuestión amorosa, por lo que dejaremos el resto de zonas de interés en la vida humana a otras obras.

Antes que nada dibujaremos un plano de nuestra vivienda. La forma más sencilla de hacerlo es dibujar primero un croquis aproximado de la forma de cada habitación, señalando puertas, ventanas, armarios, salientes y entrantes o cualquier elemento estructural, como las columnas. Con una cinta métrica y un lápiz, iremos tomando las medidas de cada pared, anotándolas sobre el croquis que previamente

hemos dibujado. Esta tarea resulta mucho más sencilla si contamos con la ayuda de algún amigo o familiar. Con todas las medidas bien tomadas, trasladaremos el croquis a un plano a escala (convirtiendo, por ejemplo, los metros en centímetros), dibujándolo ya con una regla. Esto nos dará una visión perfectamente clara de cuál es la planta de la casa vista desde el cielo. Veamos un ejemplo.



Una vez elaborado este primer plano tenemos que dividir la superficie total de la casa en nueve cuadrículas iguales. Se consigue dividiendo el largo de cada una de las cuatro paredes entre tres. Según sea la forma del piso estas cuadrículas serán cuadradas o bien, rectangulares. Encontraremos un plano como éste.

Cuando hemos conseguido este plano la tarea consiste en localizar, con una brújula, cómo esta orientada cada una de las habitaciones de la casa, es decir, cuál de las ocho direcciones principales o secundarias ocupa cada estancia. Esto será crucial para comprender la energía reinante en cada zona. Habrá que tener en cuenta que algunas habitaciones grandes ocuparán más de una cuadrícula, mientras las más pequeñas quizá compartan cuadrícula con otras estancias. La forma más fiable de localizar las ocho direcciones consiste en colocarse en el centro de la vivienda con la brújula en la mano. Hay que hacer coincidir el Norte con la aguja magnetizada. Según sea su brújula, este punto estará coloreado en rojo o bien en negro. En la brújula del ejemplo, a la izquierda, el norte se localiza haciendo

coincidir el extremo rojo de la agua con la señal roja en forma de flecha. Una vez establecidas las ocho direcciones sobre el plano de nuestra vivienda tendremos que prestar atención a varios frentes: primero, el nien yen o dirección favorable al amor, que dependerá del número kua de la persona interesada; segundo, el dormitorio de esta persona; tercero, la zona de la casa orientada al



suroeste (dirección de las relaciones); y, por último, la "flor de melocotón", que obtendremos a partir de nuestro año de nacimiento.



IV

APLICAR EL MAPA BAGUA Una vez elaborado el plano y dividido éste en sus nueve casillas con las orientaciones debidamente asignadas, tendremos que relacionar cada una de estas ocho direcciones con sus correspondencias: número, elemento regente, colores, materiales, formas y atmósferas. Lo que tratamos de hacer es adecuar la energía de cada una de nuestras habitaciones a la energía que la propia naturaleza coloca allí, para de esta forma fluir al mismo ritmo que marca la naturaleza, creando armonía y energía positiva.

La herramienta clásica del Feng Shui para abordar estas tareas es el mapa Bagua, una especie de regla octogonal dividida en ocho partes iguales llenas de información. El mapa Bagua original chino tiene dos aspectos que a los occidentales nos resultan complicados: primero, el sur está situado siempre en la zona superior (al contrario de lo que marcan los mapas occidentales, donde es el norte el que está arriba) y segundo, su forma octogonal. Suele venir, además, acompañado por ideogramas chinos y trigramas del libro de las mutaciones ‘I Ching‘. Algo así como esta ilustración.

Así que para simplificar la tarea nosotros situaremos el norte en su sitio (occidental) y haremos el mapa rectangular para que sea más fácil aplicarlo al plano de cualquier vivienda convencional. Simplificaremos al máximo los aspectos “demasiado chinos”. Veremos que cada una de las ocho direcciones principales y secundarias de la brújula está asociada a un montón de conceptos. Lo importante aquí es saber que cada una de las ocho direcciones está regida por un elemento y éste tiene unas características propias que conviene potenciar para que la energía que se respire en esa zona concreta de nuestra casa sea armoniosa y no contradictoria, apagada o deprimente. Si transformamos el octógono original en un rectángulo, obtendremos una figura como ésta de abajo, con nueve casillas (las ocho direcciones más el centro) con la que corresponde al norte en el extremo superior, como marcan los mapas occidentales. Cada una de ellas tiene asociadas varias cuestiones que conviene tener en cuenta: área de la vida que rige simbólicamente; elemento regente; colores adecuados; miembro de la familia al que representa; objetos simbólicos; trigrama del ‘I Ching‘, número regente y animal celestial (sólo hay cuatro: norte, sur, este y oeste).



Para averiguar qué clase de energía rige en cada esquina de nuestra casa colocaremos esta cuadrícula dividida en nueve espacios idénticos sobre el plano de la vivienda. Si la casa es rectangular y alargada tendremos que "estirar" la cuadrícula, pero cuidando siempre de que las nueve casillas sigan siendo iguales. Lo más sencillo es dividir en nueve partes iguales el plano de la casa y situar con la brújula dónde está el norte. Con esos datos, el resto sale solo. Si falta algún rincón porque la forma de la casa es irregular, lo dejaremos estar (por el momento). Los colores en el gráfico nos indican qué energía rige en cada zona: gris para el metal; azul para el agua; amarillo para la tierra; rojo para el fuego y verde para la madera.

NOROESTE NORTE NORESTE viajes, mentores y mecenas gran metal blanco-oro-plata-gris círculo padre objetos metálicos trigrama Chien número 6

carrera profesional agua negro-azul ondas hijo mediano acuario-peces-fuente trigrama Kan número 1 animal: tortuga

cultura y educación pequeña tierra beige cuadrado hijo menor cerámica-cristal-piedra trigrama Ken número 8

OESTE CENTRO ESTE creatividad e hijos pequeño metal blanco-oro-plata-gris círculo hija menor objetos metálicos trigrama Tui número 7 animal celestial: tigre

corazón del hogar tierra beige-amarillo cuadrado cerámica-cristal-piedra número 5 animal: serpiente

salud y familia gran madera verde-marrón rectángulo hijo mayor árboles trigrama Chen número 3 animal celestial: dragón

SUROESTE SUR SURESTE amor y matrimonio gran tierra beige-amarillo-terrosos cuadrado madre montaña-globo terráqueo trigrama Kun número 2

fama y prestigio fuego rojo-naranja triángulo hija mediana luces-velas trigrama Li número 9 animal celestial: fénix

riqueza y prosperidad pequeña madera verde rectángulo hija mayor plantas-flores trigrama Sun número 4



Para ocuparnos de los asuntos sentimentales nos centraremos primero en la dirección que ocupe nuestro dormitorio. Tomemos una buena brújula y veamos hacia qué dirección apunta el dormitorio. En el piso del ejemplo, vemos que es una habitación orientada en su mayor parte hacia el oeste, con una zona grande localizada en el noroeste y una más pequeña en el suroeste y en el centro. Comprobaremos, además, en qué zona de la casa se encuentra la dirección suroeste, que como vemos en el croquis, corresponde al área del amor y el matrimonio. En el caso del ejemplo, el suroeste ocupa una parte del salón y una pequeña zona del dormitorio principal. Nuestro trabajo Feng Shui para mejorar nuestra vida amorosa consistirá sobre todo en potenciar estas dos zonas, aunque más adelante veremos que hay más cosas que podemos hacer para lograr nuestro objetivo: localizar nuestra dirección nien yen a través del número kua y encontrar nuestra flor de melocotón.



V

PRIMER SECRETO: NIEN YEN, LA DIRECCION FAVORABLE AL AMOR Vamos a abordar ahora específicamente las tareas para fortalecer y mejorar nuestra vida amorosa. Para empezar, recordemos cuál era nuestro número kua. Teniendo presente el plano de nuestra casa con las direcciones de la brújula anotadas sobre él, fijémonos qué áreas de la vivienda nos son favorables por su orientación y cuáles desfavorables. ¿Está nuestro dormitorio en un área que nos

perjudica? ¿Comemos habitualmente en una zona nefasta? ¿El sofá donde pasamos horas viendo la tele ocupa un lugar negativo? ¿Qué hay en nuestra dirección del amor o nien yen? ¿Tenemos la casa repleta de obras de arte u objetos que transmiten idea de soledad o de tristeza (como en esta imagen de un dibujo de Picasso)? ¿Es una casa completamente femenina o, al contrario, netamente masculina? Debemos estructurar y decorar nuestra casa teniendo en mente la idea de pareja, haciendo sitio a esa persona que algún día compartirá nuestra vida. Las tareas que

nos llevan más horas, como dormir, trabajar o descansar en casa deben realizarse en zonas propicias o al menos mirando en dirección a una de nuestras orientaciones favorables. Si nuestro objetivo inmediato y más importante es encontrar el amor, deberemos esforzarnos por hacer la mayor cantidad de cosas orientados en dirección a nuestro nien yen: trabajar, comer, dormir... Comprobemos también si nuestra cama está orientada hacia alguna de nuestras orientaciones benéficas. Si podemos elegir la pared contra la que colocar el cabecero de la cama, pongámoslo en nuestra dirección del amor: compruebe cuál es en el siguiente gráfico. Si no es posible, encuentre cuál es el rincón de la estancia orientado hacia su nien yen y coloque allí algún objeto de temática amorosa, como puede ser un cuadro en el que vemos a una pareja en actitud romántica, una escultura que represente a una pareja de enamorados, un corazón... o bien objetos a pares, como dos velas, dos cuadros, dos cajas, dos alfombras... cualquier símbolo que emita energía romántica. La habitación que más suerte nos puede acarrear en el ámbito sentimental viene designada por la orientación nien yen. Busque en su hogar dónde está esta zona. También hay que estimular esta área en el caso de malas relaciones con los hijos y con la familia en general (incluso con los vecinos). Muchas veces es una pareja que nos apoye y nos comprenda lo que anhelamos, pero también el amor puede hacerse extensible al universo de la familia, las amistades y hasta de los compañeros de trabajo con quienes compartimos tantas horas. En definitiva, unas buenas relaciones humanas serán siempre bienvenidas a nuestra vida. Intentemos pues mejorar este sector de nuestra vida siempre que estemos



buscando pareja o deseemos profundizar y reforzar nuestra relación actual. Si fuera posible, sería perfecto ubicar nuestro dormitorio en esta zona de la casa o, al menos, que la puerta del dormitorio "mire" en nuestra dirección nien yen.

Problemas con la dirección nien yen Es probable que nuestra vida amorosa sea frustrante si en el nien yen de nuestra casa tenemos el cuarto de baño, un trastero, una escalera o, peor aún, si en la planta de nuestra vivienda falta la esquina nien yen. En cualquiera de estos casos, todavía puede hacerse algo por mejorar la situación. La mejor idea es olvidarse de potenciar el nien yen —bien porque "cae" en un lugar negativo o bien porque, sencillamente, no existe— y buscar la dirección nien yen dentro de nuestro dormitorio o de nuestro salón. Una vez localizado ese rincón, que dependerá del número kua, conviene situar allí un objeto simbólico que nos hable de amor y felicidad en pareja (cuadro, escultura, fotografía o bien dos objetos formando pareja). Mirarse a uno mismo Antes de comenzar las curas Feng Shui en este sentido deberíamos mirarnos un poco hacia adentro. Si estamos amargados, tristes, dolidos o agresivos será difícil fomentar el amor a nuestro alrededor y despertar sentimientos de pasión o ternura en las personas que se nos acerquen, simplemente porque la energía que emitimos es negativa. Hay aquí un necesario trabajo interior para mejorar nuestra propia energía antes de lanzarnos a la búsqueda de la pareja ideal. Fijémonos en cuáles son las cualidades que nos atraen en las personas. Si nos llama la atención una mirada limpia, una sonrisa abierta, la generosidad, la inteligencia o el sentido del humor, es probable que al resto del mundo le gusten también esas actitudes en nosotros. Cultivémoslas, como mínimo saldremos ganando nosotros mismos porque mejorará enormemente nuestro estado de ánimo y nuestra energía.

Ejemplo práctico para localizar el nien yen Imaginemos que el apartamento del ejemplo está habitado por una joven llamada Carla nacida el 22 de junio de 1980. Con estos datos resultará fácil

KUA AMOR 1 sur

2 noroeste

3 sureste

4 este

6 suroeste

7 noreste

8 oeste

9 norte



obtener su número kua. Bastará con sumar 1+9+8+0=18, resumir a una sola cifra este resultado (1+8=9) y después sumar 4 a la cifra resultante (porque es una mujer), es decir, al 9. Obtenemos así el 13, que volveremos a sumar para conseguir una cifra de un solo dígito: 1+3=4. El kua de esta muchacha es el 4, por lo que pertenece al grupo del Este. Miremos ahora el pequeño gráfico que hay unas líneas más arriba. Comprobamos que al kua 4 le corresponde el Este como dirección del amor. En el apartamento de Carla, el Este se encuentra en la cocina, así que habrá que potenciar esta zona si queremos favorecer el mundo amoroso de la dueña de la casa. Naturalmente, resulta imposible situar allí el dormitorio, así que tendremos que limitarnos a convertir esa cocina en un santuario del amor. ¿Cómo hacerlo? En principio puede proponerse pasar más tiempo allí, realizando tareas que le permitan "mirar" hacia el Este (leer, reunirse con amigos, tomarse un café, estudiar o descansar). Pero también debe mimar especialmente esta zona de la casa. Será imprescindible mirar cada elemento de la estancia con ojos Feng Shui. ¿Qué significa esto? Que hay que localizar posibles problemas —para detectar los problemas Feng Shui más importantes, remítase al capítulo 9 de este libro—, solucionarlos y, a la vez, preocuparse porque la habitación esté siempre limpia, ordenada, bien iluminada y hermosa. Que reine allí el equilibrio y la armonía. Cuidemos también la energía de esta zona. Bastará comprobar qué energía rige en ese lugar. En el caso del ejemplo, la zona nien yen o del amor se encuentra en el Este de la casa, por lo que habrá que sintonizar allí la energía regente en esta orientación, que es la madera, como aprendimos en los primeros capítulos (para asegurarse, conviene repasar el mapa Bagua). Recordemos que uno de los instrumentos más importantes con que contamos en nuestra tarea Feng Shui es el ciclo creativo de los cinco elementos. Si echamos un vistazo a este ciclo —repasemos el tema en el capítulo 2 de este libro—, veremos que la madera es alimentada por el agua, así que algunas pinceladas del elemento agua también serán bienvenidas aquí. Miremos ahora el ciclo destructivo de los elementos. Nos dice que a la madera la destruye el metal, por lo que será necesario evitar el predominio de este elemento en el Este. Cómo encontrar su propio nien yen En las páginas siguientes encontraremos varios gráficos que nos facilitarán la tarea de saber cómo actuar dependiendo de la orientación nien yen que corresponda a nuestro número kua. Hay un gráfico para cada uno de los números kua. Busque el suyo. Encontrará tres recomendaciones. La primera se refiere al elemento regente en el área, que debe potenciarse colocando objetos, colores, materiales y formas acordes con la energía del lugar. El segundo se refiere al elemento "madre", es decir, al que precede al regente en el ciclo creativo de los cinco elementos. También este elemento debe ser potenciado, porque "alimentará" energéticamente al regente, creando armonía. Por último aparece el elemento destructivo de la zona. Debemos evitar los objetos, colores, materiales y formas de este elemento destructivo, para evitar crear relaciones negativas entre los elementos en una zona tan delicada como es la del amor.



KUA 1 NIEN YEN: SUR ELEMENTO FUEGO Potenciar el fuego colores rojo-naranja-amarillo brillante

mucha luz velas-chimenea cuadros de animales o personas triángulos materiales de procedencia animal el número 9

Potenciar la madera colores verde-marrón plantas, flores rectángulos cuadros con flores o bosques rayas verticales madera-papel-cartón los números 3 y el 4

Evitar el agua colores azul-negro peceras-fuentes-acuarios objetos de origen marino cuadros con paisajes de mar, lagos o ríos formas onduladas el número 1

KUA 2 NIEN YEN: NOROESTE ELEMENTO METAL

Potenciar el metal colores blanco-oro-plata-gris objetos metálicos relojes-aparatos electrónicos campanas-monedas círculos-espirales los números 6 y 7

Potenciar la tierra colores beige-ocre-terrosos cuadros de paisajes de montaña cerámica-cristal-piedra-ladrillo objetos pesados y grandes cuadrados los números 2, 5 y 8

Evitar el fuego colores rojo-naranja-amarillo brillante mucha luz velas-chimenea cuadros de animales o personas triángulos materiales de procedencia animal el número 9



KUA 3 NIEN YEN: SURESTE ELEMENTO MADERA

Potenciar la madera colores verde-marrón plantas, flores rectángulos cuadros de flores o bosques rayas verticales madera-papel-cartón los números 3 y el 4

Potenciar el agua colores azul-negro peceras-fuentes-acuarios objetos de origen marino cuadros con paisajes de mar, lagos o ríos formas onduladas el número 1

Evitar el metal colores blanco-oro-plata-gris objetos metálicos relojes-aparatos electrónicos campanas-monedas círculos-espirales los números 6 y 7

KUA 4 NIEN YEN: ESTE ELEMENTO MADERA

Potenciar la madera colores verde-marrón plantas, flores rectángulos cuadros de flores o bosques rayas verticales madera-papel-cartón los números 3 y el 4


Evitar el metal colores blanco-oro-plata-gris objetos metálicos relojes-aparatos electrónicos campanas-monedas círculos-espirales los números 6 y 7



KUA 6 NIEN YEN: SUROESTE ELEMENTO TIERRA


Potenciar el fuego color rojo-naranja-amarillo fuerte mucha luz lámparas velas-chimenea cuadros de animales o personas triángulos materiales de procedencia animal

Evitar la madera colores verde-marrón plantas, flores rectángulos cuadros de flores o bosques rayas verticales madera-papel-cartón

KUA 7 NIEN YEN: NORESTE ELEMENTO TIERRA


Potenciar el fuego colores rojo-naranja-amarillo brillante mucha luz velas-chimenea cuadros de animales o personas triángulos materiales de procedencia animal

Evitar la madera colores verde-marrón plantas, flores rectángulos cuadros de flores o bosques rayas verticales madera-papel-cartón



KUA 8 NIEN YEN: OESTE ELEMENTO METAL



Evitar el fuego colores rojo-naranja-amarillo brillante mucha luz velas-chimenea cuadros de animales o personas triángulos materiales de procedencia animal el número 9

KUA 9 NIEN YEN: NORTE ELEMENTO AGUA



Evitar la tierra colores beige-ocre-terrosos cuadros de paisajes de montaña cerámica-cristal-piedra-ladrillo objetos pesados y grandes cuadrados los números 2, 5 y 8



Recorramos ahora la habitación que ocupa nuestra zona nien yen en nuestra casa. Detectemos objetos, colores, formas o materiales que favorecen la energía adecuada al lugar y, al mismo tiempo, los que la perjudican. En un primer momento sacaremos de la estancia todo aquello que propicie un conflicto energético. Por ejemplo, en el caso del apartamento de Carla, la dirección nien yen de la muchacha es el Este, donde se encuentra la cocina. Los muebles de la cocina son de madera, lo cual favorece al elemento regente en el Este (la madera); la presencia del fregadero, la lavadora y la nevera también contribuyen a alimentar la energía de la madera, porque son de agua, que es el elemento "madre", es decir, el que nutre a la madera en el ciclo creativo de los cinco elementos. Sin embargo, en toda cocina hay intrínsecamente cierto protagonismo del elemento fuego, por la presencia de los fogones, el horno y el microondas. Como resulta imposible eliminar estos objetos de la cocina, trataremos de suavizar su influencia agotando la energía que los inspira: el fuego. ¿Cómo conseguimos esto? Con el ciclo agotador de los cinco elementos. Si echamos un vistazo a este ciclo —página 12— veremos que el fuego se agota con madera, un elemento suficientemente presente en la cocina, que aún podríamos potenciar más pintando, por ejemplo, las paredes de verde, o bien coordinando los textiles —manteles, servilletas, trapos de cocina, cortinas...— en materiales vegetales (algodón o lino), en colores verdes o con rayas verticales o estampados florales. La presencia de plantas o flores allí también hará el mismo efecto: reducir la influencia negativa (en este caso) del fuego. Nos preocuparemos también de trasladar a otro lugar cualquier objeto de adorno, cuadro, figura etcétera que pertenezca al elemento fuego: cosas de color rojo o naranja, objetos realizados con materiales procedentes de animales, retratos de personas o animales, candelabros, velas... Recordemos ahora qué objetos podemos utilizar para potenciar los diferentes elementos y, al mismo tiempo, cuáles deberemos evitar según sea la recomendación.

ELEMENTO OBJETOS QUE LO REPRESENTAN FUEGO velas, candelabros, lámparas, incienso

chimenea, estufas, radiadores cosas rojas, naranjas o amarillo brillante cuero, marfil, lana, seda, hueso, piel, plumas las aves de corral: gallos, gallinas, pavos los caballos las mascotas cosas triangulares, pirámides o conos retratos de personas o animales cuadros que representen el amanecer o el atardecer el Sol, los volcanes, las hogueras escenas veraniegas con mucho sol, calor y actividad cocina (fogones), horno, microondas



ELEMENTO OBJETOS QUE LO REPRESENTAN

TIERRA objetos de cerámica, piedra o escayola paredes alicatadas o de ladrillo, suelos embaldosados mármol, granito, pizarra, cristal cosas cuadradas objetos pesados y grandes paisajes que representan campos de cultivo o montañas paisajes de arena, desiertos, playas el globo terráqueo, los mapas cosas de colores terrosos, amarillos, ocres, beige las vajillas, la porcelana, el vidrio jardines japoneses de arena cuarzo o piedras preciosas


METAL monedas, campanas, móviles metálicos figuras de bronce o hierro objetos de latón, cobre, plata u oro (o dorados) relojes aparatos electrónicos (ordenador, tv, radio...) espirales o círculos marcos metálicos telas metalizadas muebles de forja instrumentos musicales de metal cajas de metal cabeceros de cama de hierro o latón accesorios de baño metálicos cosas de color blanco, gris, plata u oro



Aplicando estos consejos habremos conseguido armonizar la energía reinante en el área de nuestra casa que ocupa el nien yen, con lo que el Chi se fortalecerá allí ayudándonos a mejorar nuestra vida de pareja.

El papel del arte Conviene recordar aquí el importante papel de los símbolos a la hora de crear distintas energías a nuestro alrededor. Y uno de los elementos más poderosos que

tenemos para jugar con la parte simbólica de nuestro cerebro es el arte. Si en la zona nien yen de nuestra casa resulta difícil o imposible hacer grandes cambios —el color de las paredes, los materiales de construcción o decoración...—, siempre podremos recurrir al arte. Colocaremos en esa zona de la casa una obra de arte que nos recuerde día a día, cada vez que pasemos por allí, que el amor es uno de nuestros objetivos.


AGUA acuarios, fuentes, peceras tortugas, peces, criaturas marinas, coral estampados con formas onduladas cosas de color azul o negro cuadros que representan el mar, lagos, cascadas, estanques, fuentes o ríos objetos realizados con conchas maquetas de barcos y faros objetos relacionados con el mar: nudos marineros, redes, caracolas, timones, anclas...


MADERA muebles de madera alfombras de fibras vegetales objetos rectangulares rayas verticales colores verdes y marrones plantas, flores (incluso artificiales) telas de origen vegetal (algodón, lino...) estampados de flores cuadros que representan jardines, selvas, flores o bosques objetos de papel y de cartón libros columnas lápices, pinceles



Para ello es crucial elegir la obra adecuada. Y deberá atenerse a dos premisas imprescindibles: primera, que el color, estilo y material de la obra de arte se adecue al elemento regente de la zona en cuestión —no vayamos a crear relaciones destructivas entre los elementos— y, segundo, que resulte una obra positiva, de energía alegre, romántica si se quiere. Hay que evitar cuadros o esculturas que nos hablen de soledad, de dolor, de tristeza o de drama. Si lo que buscamos en la vida es una relación de pareja satisfactoria tendremos que colocar cuadros que nos remitan a esa idea: parejas felices, besos, abrazos, ternura y complicidad.



VI

SEGUNDO SECRETO: EL SUROESTE DE LA CASA

Una vez reforzada el área nien yen de nuestra casa acometeremos las tareas Feng Shui para reforzar el segundo frente relacionado con el amor: el suroeste de la casa. Con el plano en la mano y las ocho direcciones apuntadas, busquemos el área suroeste de nuestra casa y de nuestra habitación. Es la zona dedicada al amor en

el mapa Bagua porque es la zona más yin de todas, la de la energía pura de la tierra, de la madre tierra, un símbolo de feminidad. Observemos cómo se encuentra. ¿Hay un cuarto de baño? ¿Un trastero lleno de porquería? ¿Una habitación repleta de cosas que deberíamos haber tirado hace tiempo? ¿Un pasillo lóbrego? ¿Un rincón oscuro y desordenado? Si la zona suroeste de nuestra casa se encuentra en un estado deplorable, es más que

probable que nuestras relaciones afectivas se encuentren también así. En cambio, un rincón suroeste en perfectas condiciones y que resulta agradable, acogedor y luminoso, seguramente será el reflejo de una vida amorosa equilibrada y feliz. Si nuestra zona suroeste de la casa se halla aceptablemente bien y, en cambio, nuestra vida sentimental es un desastre, ha llegado el momento de buscar posibles problemas menos aparentes. Quizá la zona está correctamente decorada y cuidada, pero con elementos poco propicios en esta orientación. Veamos. Ésta es una zona tierra (siempre, independientemente del número kua de cada cual), así que podemos trabajar con este elemento o con el fuego (es el elemento que genera la tierra en el ciclo productivo) para revitalizar el área. Asimismo, recordemos que debemos evitar un exceso de energía de madera en la habitación que ocupa la zona suroeste de la vivienda y también en el rincón suroeste de las principales estancias de la casa (salón y dormitorio, sobre todo). Descubriremos cuáles son estos rincones utilizando la brújula en cada una de las habitaciones principales. Hay algunas cuestiones sutiles que pueden habérsenos pasado por alto. Por ejemplo, la presencia de flores y plantas en el suroeste suponen una potente presencia de energía de madera (viva, además) en esa dirección, a la que perjudica y, por tanto, también perjudica nuestras aspiraciones de una vida en pareja satisfactoria y feliz. Traslademos las plantas y las flores a otra zona de la casa, preferiblemente al este o al sureste. Quizá la presencia de madera sea aún más sutil. ¿El suelo está entarimado? ¿Hay telas floreadas? ¿Objetos de color verde o marrón? ¿Las paredes están forradas de madera o pintadas de verde o



marrón? ¿Tal vez están empapeladas con un bonito papel de rayas verticales? ¿Hay textiles de procedencia vegetal, como mantas de algodón, alfombras de yute...? Afinemos el olfato Feng Shui para detectar cualquier exceso de energía de madera que haya podido pasar desapercibido. Como siempre, hay varias cosas que podemos hacer para mejorar la energía en el suroeste de nuestra casa —o de nuestro dormitorio o salón, si tenemos problemas en el suroeste de la vivienda o bien éste no existe—, como armonizar las energías, recurrir a los símbolos y cuidar el entorno. Utilizar aquí el número 2 como reclamo para el amor puede ser auspicioso. Así que situemos figuras por partida doble y cualquier referencia que nos lleve a pensar en un amor feliz y lleno de ternura (cuadros, esculturas, fotografías…) Una luz encendida aquí también potenciará la suerte del amor (las lámparas, velas o iluminación en general pertenecen al elemento fuego, que resulta positivo aquí), pero no exageremos, pues ésta es la zona dedicada a la mujer y eso significa que la atmósfera deberá ser siempre de predominio yin. ¿Qué significa todo esto? Que debemos ser sutiles, suaves, ligeros. Si queremos mantener una luz siempre encendida aquí, perfecto, pero que sea de poca potencia, que no deslumbre. Una acogedora penumbra será siempre mejor que una explosión de luz blanca (puramente yang). Huyamos de todo lo excesivo, brillante o superactivo. Se consideran asimismo favorables elementos como una figura de Buda o representaciones de ángeles que puedan ayudarnos en los planos espirituales en nuestra búsqueda del amor (si cree en ello). La energía adecuada en el suroeste: la tierra Observemos la habitación de nuestra casa orientada al suroeste, cualquiera que sea. Analicemos el elemento predominante en ella. Recordemos que el elemento que rige el suroeste es la tierra y aquí debe haber abundancia de esta energía. Será perfecto un suelo embaldosado, las paredes de ladrillo, de azulejo o pintadas en colores ocres o amarillos.

Otras herramientas para potenciar esta zona son la iluminación (recordemos que las luces son elementos de fuego y en el ciclo productivo de los cinco elementos el fuego genera la tierra), el equilibrio y los objetos realizados con materiales procedentes de la tierra: cerámica (se fabrica con arcilla), piedra y cristal (se fabrica con arena), cosas cuadradas e imágenes que nos hablen de la tierra (desiertos, montañas, campos de cultivo…).

Colocar dos esferas de cristal transparente (mejor si son de cuarzo natural) en el suroeste potencia las buenas relaciones de la matriarca de la familia y de las mujeres de la casa. Un simple cristal de cuarzo rosa, que activa la energía de la


Feng Shui para enamorar

tierra, será un excelente aliado en la suerte amorosa de las mujeres. El suroeste es la zona de la tierra grande, es decir, de la tierra como madre de toda la vida en el planeta. Por eso situar aquí imágenes de la Tierra (como planeta) también es positivo, así como globos terráqueos. Siguiendo el ciclo productivo de los elementos y puesto que el elemento que genera la tierra es el fuego, también será positivo situar aquí algunas referencias al fuego, como los colores rojos (si es un dormitorio prefiera el rosa o el salmón), objetos elaborados con material de origen animal (cuero, lana, seda…), las formas triangulares, una chimenea, una buena lámpara y las velas. Un ambiente cálido será estupendo aquí, aunque sin la explosión yang (fuerte, potente) de la energía pura del fuego.

Si coincide que en el suroeste de la vivienda se encuentra nuestro dormitorio y lo que queremos es animar la vida sexual de la pareja, no dudemos en aliarnos con el elemento fuego: elijamos ropa de cama de color rojo, naranja o rosa, coloquemos velas cerca de la cama —cuidando siempre la seguridad— y pintemos el símbolo de la doble felicidad (en la ilustración) en la pantalla de nuestra lamparita de noche. En el ciclo destructivo vemos que la tierra (elemento

regente en el suroeste) es controlada por la madera, así que evitemos excesivas referencias a la madera en el suroeste de nuestra casa: muebles de madera, telas de rayas, colores verdes y marrones, plantas, flores, papel, cartón o textiles de origen vegetal, como el algodón o el lino. En el caso de que la decoración de esta estancia en su casa se base precisamente en el mobiliario de madera, puede plantearse la opción de pintar algunos muebles —de amarillo o de rosa resultaría perfecto para introducir el elemento tierra— para limar la energía de madera o bien compensar el desequilibrio introduciendo un poco de energía fuego, que es la que consume a la madera (recuerde el ciclo agotador de los elementos, en el sentido contrario al ciclo productivo). Los símbolos en la zona del amor

Busquemos los objetos decorativos de la habitación suroeste de nuestra casa. Si hallamos cosas multiplicadas por tres (por ejemplo tres figuras de adorno, tres cuadros juntos …) quitemos una. En el amor —recuerde que el suroeste rige el amor y el matrimonio— tres son multitud y cualquier elemento en número de tres simboliza la infidelidad, así que dejemos los objetos de dos en dos. Como zona del amor, cualquier combinación que venga en parejas será positiva. Aprovechemos pues para colocar aquí dos figuras, dos cuadros o cualquier detalle que sea de dos en dos (dos cojines sobre la cama, dos alfombras gemelas, dos cajas sobre una cómoda, dos lamparitas…) El dos



es el número que rige esta área de la vivienda y creará una energía propicia. Un buen ejemplo es la tradición china de regalar en las bodas una pareja de peces, que simbolizan la unión feliz. Es un símbolo que solía tallarse en las mesas para tenerlo siempre presente.

Otras imágenes chinas tradicionales para potenciar el amor son la pareja mitológica formada por el fénix y el dragón, que aparecen pintados en esta caja y que representan la naturaleza yang y la naturaleza yin, que se complementan perfectamente, como una pareja ideal; el símbolo de la doble felicidad (que aparece en la ilustración de la página anterior) y el nudo místico, que se dice que “ata” un amor duradero y feliz a través de un trazo múltiple del signo del infinito. Si nos interesa potenciar nuestra relación de pareja y en el caso de que las imágenes típicas chinas nos resulten del todo extrañas o extravagantes, siempre podemos recurrir a iconos occidentales que simbolicen el amor: una reproducción del célebre cuadro ‘El Beso’ de Klimt, por ejemplo, será una buena opción, así como cualquier figura, fotografía o pintura que represente a una pareja enamorada o un corazón. Es también un buen lugar para poner una fotografía en la que se les vea a usted y a su pareja (si la tiene) con aspecto sonriente y feliz. Aunque conviene recordar que los símbolos que queramos introducir en esta parte de la casa deberán adecuarse a los elementos propicios (tierra y fuego). Recuerde que al suroeste le corresponde el elemento tierra, por lo que serán propicios la tierra (cerámica, escayola, piedra, ladrillo, el color amarillo y ocre, lo cuadrado...) y también el fuego (las velas, la chimenea, el color rojo y naranja, lo triangular, la luz, los materiales de origen animal...), mientras deberemos evitar el exceso de madera. Téngalo en cuenta a la hora de elegir los símbolos que utilice. La tradición clásica china dispone de todo un arsenal de símbolos para potenciar la búsqueda de la felicidad a través del matrimonio. Los patos mandarines . Deben colocarse en pareja (siempre), pero no ponga estas figuras si son de madera, porque en el ciclo destructivo de los cinco elementos la madera destruye a la tierra y éste es el elemento regente en el suroeste, la zona del amor. Debe elegirlos de cerámica o de cristal. Si no encuentra ninguna figura que represente a los patos mandarines, por ser éste un símbolo típicamente chino, puede recurrir a otras aves más occidentales, como pueden ser los pavos reales y



los periquitos. La doble felicidad . Otro símbolo es el de la doble felicidad, un ideograma chino que significa “felicidad” colocado por partida doble. Suele utilizarse como ornamentación en las bodas chinas y los trajes de novia (allí son rojos) lo llevan bordados. Pueden encontrarse cuadros muy hermosos con este símbolo. La idea procede de una vieja leyenda china de la dinastía Tang en la que se cuenta que un joven consiguió completar un poema de forma muy hermosa. La historia habla de la felicidad que produce la pareja, del sentimiento de felicidad que circula en sentido de ida y vuelta, es decir, de uno hacia el otro y de éste hacia el uno. En la página 40 vemos un ejemplo de este símbolo que muchas veces viene asociado a dos de los grandes iconos de la simbología china: el dragón y el fénix. Puede copiarlo y reproducirlo donde quiera: lámparas, cortinas, cuadros, cojines, mesas… Las peonías. En la tradición china también son buenos activadores de la suerte en

el amor las imágenes de peonías rojas, como éstas de la izquierda, pintadas por el artista chino Yun Shou-ping, que vivió en el siglo XVII. Los chinos consideran la peonía como la reina de las flores. La llaman “mou tan” y creen que simboliza el amor puro y eterno. Pero advierten que no deben ser utilizados si uno está ya casado, porque podría incitar a uno de los miembros de la pareja a buscar nueva compañía.

Un consejo final: no exagere con la utilización de símbolos. No crea que es beneficioso emplearlos todos. El equilibrio siempre es necesario. Escoja sólo los que más le gusten. Cualquiera de ellos por sí solo se encargará de emitir suficiente energía romántica. Qué hacer si falta el suroeste Hay que considerar también la posibilidad de que en una casa falte la zona suroeste. Seguramente las personas que vivan en ella adolecerán de una vida amorosa fallida o de pésimas relaciones entre hermanos o amigos. La mayoría de las casas tienen planta cuadrado o rectangular, pero a menudo “faltan” zonas completas porque en ellas se halla el hueco del ascensor, un patio de vecinos o, simplemente, porque el solar donde se construyó la finca tenía una forma poco armoniosa. En caso de vivir en un chalet que nos permita actuar también en el exterior de la casa (jardín), colocaremos en la zona que falta algún elemento grande y poderoso que ofrezca protagonismo: un árbol, una fuente, un farol que ilumine bien, una gran planta, una roca o una hermosa estatua coronando la esquina que debería estar presente y en realidad no existe. Esto dará presencia simbólica a una zona inexistente. Si vivimos en un piso o apartamento tendremos que limitarnos a ejercer algunos



remedios desde el interior. Lo más sencillo es destacar la pared que da a la zona ausente con algún elemento querido, hermoso y llamativo: un cuadro, una fotografía, una escultura… y preferiblemente elegir una imagen que dé impresión de profundidad, de perspectiva, de que el espacio se alarga hacia ahí donde en realidad falta. Será también perfecto aquí un espejo que abra visualmente el espacio hacia la zona ausente (evite este remedio si se trata de un dormitorio matrimonial y el espejo viene a reflejar la cama).

Un remedio del Feng Shui que algunos consejeros recomiendan es utilizar una bola de cristal facetado colgándola desde el techo para que atraiga grandes cantidades de benéfica energía Chi hacia el rincón del área que falta. Se dice que lo ideal es colgarlo con una cinta roja (que activa la energía yang) cortada en una medida que sea múltiplo de 9 para potenciar sus cualidades beneficiosas (el número 9 tiene propiedades amplificadoras) y en un área donde reciba directamente la luz del sol, que será la que genere pequeños destellos de luz y de energía. Otra solución para potenciar la energía de la tierra en un rincón suroeste que no existe es aplicar la técnica del pequeño Bagua, es decir, localizar el suroeste de una habitación en la que podamos actuar libremente (el salón, el comedor o el dormitorio, por ejemplo) y situar allí los símbolos propicios para el amor. Qué hacer si el suroeste es problemático En la zona de la casa que rige nuestra vida sentimental no son bienvenidos el baño, el trastero o la cocina, porque se consideran problemáticos. Si observamos que el suroeste de nuestra casa recae precisamente en una de estas estancias, no podremos cambiarlo, así que en caso de ser así habrá que extremar la higiene, el orden y la calidez de estas habitaciones para compensar el desequilibrio.

Pintemos quizá las paredes de un cálido color melocotón, decoremos con objetos en pareja e intentemos iluminar bien la zona. No será conveniente utilizar demasiados elementos para activar la zona, porque tal vez lo que consigamos será activar las malas energías de los trasteros y los cuartos de baño, así como la energía “quemadora” de las cocinas. En estos casos es preferible limitarse a actuar escuetamente en el sector suroeste y establecer un pequeño Bagua

para potenciar la zona del amor en otro rincón de la casa menos conflictivo (en el rincón suroeste del salón, por ejemplo). Se dice que cuando hay un cuarto de baño situado al suroeste de la vivienda, las mujeres de esa familia tendrán una vida amorosa decepcionante o, directamente,



desastrosa. Se trata entonces de limitar la energía de tierra distorsionada por la presencia del cuarto de baño. Lo lograremos colocando un carillón de seis tubos de metal (tienen que ser huecos) capaz de “agotar” la energía de la tierra. Echar una mirada al noroeste Por último, recomendaré también echar una miradita atenta al noroeste, que es la zona tradicionalmente asignada al hombre de la casa. Si usted es un soltero que está harto de la soledad, debe cuidar este rincón de energía metálica. Si es una mujer que busca compañía, el noroeste representa al hombre que está buscando. Así que ordene, limpie y decore con los elementos propicios esta zona metal.



VII

TERCER SECRETO: EL DORMITORIO El dormitorio es la habitación más importante de la casa cuando hablamos de asuntos amorosos. Así como el salón, el comedor y la cocina de la casa son ambientes de energía predominantemente yang —zonas activas, donde se reciben visitas y se realizan actividades animadas— en el dormitorio deberemos prever un ambiente yin que favorezca el reposo, el descanso y la renovación necesaria cada noche. Será perfecto pues que el dormitorio se ubique en la zona trasera de la casa, lejos de la fachada, donde puede estar abrumado por el tráfico constante, el ruido y la iluminación de la ciudad, con el derroche de energía yang que todo eso genera. Si esta habitación da a un patio trasero o a un jardín su atmósfera será mucho más pacífica.

Por lo mismo elegiremos aquí colores tenues, una iluminación acogedora —no brillante ni deslumbrante— y texturas sensuales. En el Feng Shui se observan además toda una serie de tabúes que conviene respetar a la hora de colocar la cama —el elemento más importante de un dormitorio— en esta habitación. Como se puede comprobar al

estudiar los siguientes párrafos, es prácticamente imposible cumplir todos estos preceptos, pero hay una prueba básica que nos indicará si nuestro dormitorio tiene una energía acorde con nosotros o no. Si usted duerme a pierna suelta y no tiene problemas importantes de salud, está claro que el Feng Shui de su cama y de su habitación le favorecen. Cómo y dónde colocar la cama La mayoría de las viviendas actuales tienen unas dimensiones tan ajustadas que los dormitorios sólo admiten una ubicación única de la cama, especialmente cuando se trata de un dormitorio doble con cama de matrimonio. Sin embargo, no está de más, conociendo nuestras orientaciones más favorables a través del número kua, intentar colocar el cabecero de la cama en alguna de ellas. Si nuestro problema es la soledad deberemos orientar la cabecera de la cama hacia nuestra orientación del amor (nien yen). Si no es posible, poco se puede hacer en estos casos. Intente, como mínimo, no situar el cabecero de su cama orientado hacia la más funesta de sus direcciones desfavorables (pérdida total). Consulte de nuevo



las páginas 19 y 20 para comprobarlo. Si tiene que dormir con la cabeza orientada hacia una dirección de mala suerte, procure pasar durante el día muchas horas orientado de manera correcta, por ejemplo en el trabajo o en su tiempo de ocio. Pero ahora observemos los tabúes respecto a la cama para intentar cumplir al menos algunas de las recomendaciones. No situar la cama en línea directa entre la puerta y la ventana si éstas están enfrentadas, pues por encima de nuestro cuerpo durmiente pasará una corriente de Chi a toda velocidad. Si es inevitable, hay que poner gruesas cortinas en las ventanas y algún elemento que ejerza de distracción al Chi, como un cuadro, una escultura o una planta artificial situada en el camino entre la puerta y la ventana. La cama debe tener un solo colchón aunque sea una cama enorme, porque la presencia de dos colchones individuales (como es costumbre en algunos países nórdicos por el clima) simboliza la separación entre los dos miembros de la pareja que duermen en esa cama. La cama debe tener el cabecero apoyado en una pared y procure que ésta no sea la pared que comparte con el cuarto de baño. Hay que evitar que la cama "flote" en medio de la habitación o que sobre nuestra cabeza cuando dormimos haya una ventana. Si éste es su caso, ponga una cortina pesada que ejerza de barrera por la noche. La cama debe tener cabecero . A ser posible de madera, porque denota firmeza y apoyo. Los de hierro forjado pueden causar sensación de inseguridad, mientras las camas que carecen de cabecero quedan demasiado expuestas. De cualquier modo, según sea su signo zodiacal habrá unos materiales más acordes a su propia energía que otros. Veamos esta tabla.

No es bueno que la cama esté arrinconada contra la pared , de forma que sólo se pueda acceder a ella desde uno de los lados. Es preferible que haya al menos medio metro de separación entre cada lado de la cama y las paredes más cercanas, especialmente si duermen dos personas juntas. Si solamente duerme

SIGNO ELEMENTO TIPO DE CAMA EVITAR Serpiente- Caballo

Fuego Madera Ropa de cama azul

Perro-Dragón Buey-Cabra

Tierra Pintada de rojo Cabecero de madera

Cerdo-Rata Agua De latón o hierro Textiles en amarillo

Tigre-Conejo Madera Pintada de azul Cabecero de hierro o latón

Mono-Gallo Metal Pintada de blanco Ropa de cama roja



una persona, prever ese espacio al otro lado de la cama será, simbólicamente, una invitación para que otra persona entre en nuestra vida. Los pies de la cama no deben estar orientados hacia la puerta , pues es la posición tradicional de las personas muertas. Tampoco conviene que los pies apunten hacia la ventana. Si no hay más remedio que hacerlo así por cuestiones de espacio, interpongamos un elemento entre la cama y la puerta. Puede ser un pie de cama, un baúl o una banqueta que separe simbólicamente la cama de la puerta. Si no hay suficiente espacio para ello, podemos buscar una sencilla escultura o una planta artificial. Intentemos situar el cabecero de la cama apuntando hacia una de nuestras cuatro direcciones favorables : Sheng Chi (riqueza), Tien Yi (salud), Nien Yen (amor) o Fu Wei (crecimiento personal). Cuando resulta del todo imposible, intentemos al menos que la puerta de nuestro dormitorio apunte hacia alguna de ellas (mirando siempre desde dentro hacia fuera). Eliminemos cualquier elemento decorativo que cuelgu e sobre nuestras cabezas mientras dormimos. Son pésimas las estanterías, los cuadros, los tapices o cualquier adorno que en un momento dado pudiera desprenderse y caer sobre nosotros. Si le gusta decorar la habitación, ponga estos adornos a cada lado de la cama. Sí se considera auspiciosa una cama con dosel porque sugiere un extra de protección y apoyo. No se considera favorable, en cambio, dormir a la a ltura del suelo , en una especie de tatami, porque nos deja desprotegidos. Es mejor que la cama tenga patas. Tampoco son buenas las camas de agua por su inestabilidad. Si lo que buscamos es una pareja será preferible tener una cama de tamaño medio, dejando de lado las extragrandes, donde se pierde calidez, y, por supuesto, las individuales, porque simbólicamente no habrá sitio para nadie más. Cosas que debemos evitar El dormitorio debe mantener siempre su atmósfera yin. Así que conviene eliminar de la vista cualquier referencia a asuntos como el trabajo, el gimnasio o las obligaciones . Tener presentes estas cuestiones, aunque sólo sea a nivel inconsciente, puede alterar la calidad de nuestro descanso y desde luego cualquier ambiente sensual o romántico. Eliminemos el aparato de hacer abdominales, la bicicleta estática, el ordenador, las facturas pendientes o las carpetas que nos hemos traído de la oficina. Si no hay otro lugar en la casa para dejar estos aparatos, compremos un bonito biombo que pueda ocultarlos durante las horas de sueño o dividamos la habitación en dos partes mediante una cortina que esconda todo lo que no esté relacionado con el descanso. Tampoco es positivo situar en el dormitorio una tel evisión , pues emite ondas electromagnéticas poco adecuadas para la renovación de energía que llevamos a



cabo mientras dormimos y además llena la habitación de energía yang. Los radio-despertadores, estéreos y demás aparatos electrónicos tampoco son bienvenidos en el dormitorio. Las mantas eléctricas también pueden resultar nefastas porque envuelven el cuerpo por completo. Naturalmente, debe impedir que el teléfono móvil se recargue al lado de su cabeza durante toda la noche. De hecho, es mejor que el teléfono esté bien alejado de su cama. Procuremos hacer de nuestro dormitorio un oasis de tranquilidad donde poder no sólo dormir y reponer fuerzas, sino también desarrollar una creativa vida sexual lejos de las interrupciones y las preocupaciones del mundo exterior. La chimenea no es bienvenida en el dormitorio , a pesar de que resulta muy romántica y cálida en las frías noches del invierno. Su energía es demasiado yang y, además, puede desprender humos y olores que no son aconsejables en la habitación donde dormimos. Tampoco resulta estético el almacenamiento de leña y otros enseres que conlleva el uso de la chimenea.

Traslademos a una zona yang de la casa los elementos acuáticos: peceras, acuarios, tortugas… Aunque nuestro dormitorio esté situado en el norte de la casa, no es el lugar indicado para este tipo de símbolos potenciadores de la riqueza. Es mejor utilizar el rincón norte del salón, por ejemplo, para colocar estas cosas. Evite en general

cualquier alusión al elemento agua en el dormitorio. Está relacionado con la antigua creencia de que el agua en el dormitorio puede condenarnos a perder todo nuestro dinero o bien a sufrir robos. Preste atención a la presencia del elemento agua de forma más sutil: cuadros o fotografías donde se ven paisajes de playa, marinas, ríos o lagos, así como tapicerías o ropa de cama con diseños en forma de ondas (o adornos con elementos náuticos como anclas, faros, barcos, estrellas de mar, peces … ) o bien la presencia de colores azules profundos o negro. Llevemos también a otras habitaciones las represent aciones de animales, de niños y familiares y las fotos en las que se vea n fiestas , celebraciones o situaciones demasiado yang. Busquemos algunos recursos decorativos que simbolicen el amor romántico o la tranquilidad para promover un buen descanso y un lugar lleno de sensualidad para las noches de pareja. Evitemos también los colores brillantes, fuertes y luminosos , que están cargados de energía yang que no favorecerá en absoluto nuestro descanso. Optemos por los tonos pastel o las tonalidades más suaves del color más adecuado en función del elemento dominante en la habitación. Busquemos en el mapa Bagua qué colores corresponden a esta zona. Si el dormitorio está en el sur, olvídese de pintar las paredes de rojo (demasiado yang), es preferible el rosa o un romántico tono melocotón (la versión yin del color rojo).



No es aconsejable destinar a dormitorio una habitac ión con una forma irregular . Cuanto más regular y simétrica sea la habitación, mejor. Es perfecta la forma cuadrada o rectangular. Cuando ocupemos estancias en forma de L, conviene diferenciar visualmente las dos zonas que componen la habitación con los muebles, las alfombras o, directamente, separándolas mediante biombos, cortinas o medios tabiques para así convertir la estancia en dos "habitaciones", ambas de forma regular. No es bueno situar el dormitorio justo encima de l garaje , donde se producen gases tóxicos a todas horas y donde el ir y venir de los vehículos y el sonido constante de la puerta que se abre y se cierra podría alterar nuestro descanso. Algo similar ocurre cuando nuestro dormitorio está situado justo debajo de un cuarto de baño o una cocina, donde a primera hora de la mañana ya se producen ruidos y olores. Es cierto que el tamaño de la mayoría de los apartamentos impide que dispongamos de espacio suficiente para todo lo que necesitamos guardar. Pero debemos evitar convertir el dormitorio en un almacén de libros, zapatos, ropa, cajas etc. Se impone la tarea de revisar cuanto tenemos para deshacernos de lo que apenas usamos. Guardemos ropa y zapatos en armarios y cajones, traslademos los libros a otra zona (quizá una estantería de poco fondo en el pasillo nos sirva a la perfección) y saquemos las cajas de debajo de la cama. Son proclives a cargarse de Chi estancado que pasará a nuestro cuerpo mientras dormimos.

Preocúpese de recoger cada día el dormitorio , especialmente de ropas, papeles, zapatos y objetos de arreglo personal. Hay que ventilar a diario para que entre energía yang fresca por las mañanas después de una larga noche yin. Si por la noche al acostarnos hallamos una habitación llena de cosas pendientes, no podremos conciliar un sueño reparador, porque inconscientemente todos esos objetos nos estarán reclamando atención. Y tampoco favorecerá nuestra vida sexual.

Revise periódicamente cómodas y armarios . Suelen ser proclives a engordar de forma dramática, llenándose de cosas que ignoramos que existen. Cuando tenga unos días libres y una buena carga de paciencia y buen humor, dedíquese a revisar el contenido de sus armarios. Descubrirá toneladas de ropa, zapatos, bolsos, bisutería y demás que han sido almacenados durante años y que apenas tienen uso. Mucha de la ropa se habrá pasado de moda, otras prendas ya no le sentarán bien o, simplemente, no le apetecerán. Es bueno desprenderse de todo lo sobrante regalándolo, donándolo a entidades benéficas o tirándolo. Cuando haya reordenado y reorganizado sus espacios de almacenamiento se sentirá como



nuevo (y su casa, también). Observe durante las semanas siguientes a ver si se produce algún hecho novedoso, ilusionante y renovador. Puede que la magia del Feng Shui ya esté actuando. Tenga presente el estado de su colchón, almohada y ropa de cama. Produce sensación de pobreza, de falta de higiene y de mezquindad el hecho de dormir rodeado de elementos desgastados, sucios y, peor aún, que hayan sido ocupados por otras personas anteriormente. Tenga en cuenta que todos los objetos textiles absorben grandes cantidades de Chi y es fácil que éste se descomponga y se convierta en energía estancada y enferma si no nos cuidamos de renovar, airear y limpiar periódicamente sábanas, alfombras, cojines, cortinas, mantas, edredones y demás. Ojo con comprar objetos de este tipo de segunda mano, nunca sabremos qué clase de energías habrán estado absorbiendo durante años. La vida máxima de un colchón es de diez años. Cámbielo en cuanto compruebe que falla su firmeza o cuando detecte manchas, agujeros o bultos. Saquemos fuera de la habitación las flores y las pl antas . Por la noche se dedican a absorber oxígeno por falta de luz y eso hace que nos lo roben a nosotros durante las horas de sueño. Incluso las representaciones artísticas de flores y las de plástico o seda deben marcharse a otra habitación (en el salón y en la cocina serán perfectas). Evite tener enfrente malos recuerdos . Dedique un fin de semana a revisar cada uno de los objetos que pululan por su dormitorio. Quizá lo decoró hace años y ya no recuerda por qué eligió determinados objetos, colores o tejidos. Se dan casos de parejas divorciadas que siguen conservando el mismo edredón de cuando estaban casados y este simple hecho les viene a recordar, cada día y cada noche, los problemas y el dolor que sufrieron durante el proceso de separación. Tal

vez haya llegado el momento de renovar algunas cosas: fotos, telas, muebles o cuadros que ya no nos inspiren sentimientos positivos deben desaparecer de nuestra vista. Pasamos demasiadas horas en el dormitorio como para tener que compartirlo con cosas que ya no nos agradan. Hay determinados momentos en la vida en los que se impone la necesidad de hacer “borrón y cuenta nueva”. No se considera oportuno, a pesar de la tradición, tener imágenes religiosas en el dormitorio . Por un lado, porque pueden “alterar” nuestra tranquilidad haciéndonos recordar algún asunto que nos remuerde la conciencia. Por otro, porque “espantan” la atmósfera erótica que a veces

deseamos recrear en nuestro dormitorio. En cuanto a los símbolos religiosos de otras culturas, es mejor abstenerse de colocarlos cerca de donde dormimos porque muchas veces ignoramos las connotaciones que estas imágenes puedan conllevar, quizá en relación con el culto a los muertos, a la fertilidad o asuntos que no



deseamos “despertar” precisamente en el lugar donde debemos relajarnos. Llévese a otra habitación los símbolos Feng Shui de la buena fortuna . Si alguien le ha dicho que es bueno llenar el dormitorio de dragones, dioses de la riqueza o cosas por el estilo, no le haga caso. El dormitorio debe mantener su atmósfera yin y dedicarse a dos cosas: el descanso y el amor —en algunas

ocasiones, además, al restablecimiento de la salud—. La simbología activa demasiado la energía y eso es bueno para otras partes de la casa, especialmente el salón y el comedor. Sí puede contar en su habitación con una sutil referencia a los símbolos que potencian la longevidad, como un cuadro con melocotones o grullas si son de su agrado. Busquemos todas las “flechas envenenadas” que puedan estar atacándonos cuando dormimos. Las esquinas de los muebles, las vigas en el techo, los ventiladores, las estanterías, las columnas o pilares… hay que eliminarlo todo en la medida de lo posible o bien camuflarlo o girarlo unos centímetros para desviar su nefasta influencia. A la hora de

decorar el dormitorio, evite los diseños agresivos, puntiagudos o con esquinas y salientes que puedan causarle daño cuando se levante por la noche a oscuras. Los mismos criterios se pueden aplicar a la lámpara de techo, si la hay. Evite las de diseños pesados y complicados y todas las que parezcan estar apuntándonos mientras dormimos con agujas, pinchos o puntas afiladas. Huelga decir que la exhibición de armas, cuchillos o espadas en el dormitorio es completamente desaconsejable. Si su dormitorio es una suite con un cuarto de baño adosado, asegúrese de que la puerta está siempre cerrada y, por supuesto, el baño está siempre impecable, perfumado y con la tapa del retrete cerrada. Si tenemos problemas de pareja o bien nos encontramos solteros y deseamos encontrar a nuestra media naranja, busquemos cualquier elemento decorativo que denote sensación de soledad : adornos solitarios, cuadros con retratos de un hombre o una mujer a solas, paisajes en los que se vea una única figura humana… llevémoslos a otra estancia o, mejor aún, guardémoslos una temporada dentro de un armario. En su lugar hemos de integrar imágenes que representen la felicidad de una pareja enamorada y colocar adornos de dos en dos (dos candelabros con velas, dos figuras, dos cajas…) Evitemos también en este caso tener una sola mesilla en uno de los lados de la cama, una sola alfombra y una sola lamparita. Están hablando de soledad a un nivel simbólico. Es preferible que todo vaya en pareja. Asegúrese de que ningún espejo refleja la cama . Si necesita un espejo de



cuerpo entero para arreglarse por las mañanas, colóquelo en el interior del armario o bien sitúelo de forma que no le refleje cuando está en la cama. Contemplar o percibir sutilmente el reflejo de las personas y sus movimientos cuando estamos en posición relajada o durmiendo simboliza la presencia de más gente en la habitación. Esa idea nos remite al dicho “tres son multitud”, lo que puede significar que haya alguien que se está metiendo en su matrimonio. Tampoco es bueno en caso de que sea usted soltero y duerma habitualmente solo, porque puede generar, inconscientemente, inquietud o desasosiego. Si al lado de su cama hay todo un frente de armarios con puertas cubiertas de espejos, instale una cortina que pueda correr durante la noche. Si elige una tela especialmente hermosa, tendrá además un elemento decorativo más para su dormitorio (elija colores o motivos adecuados según el ciclo de los cinco elementos y la orientación de su dormitorio). Las habitaciones de techo inclinado, tipo buhardill a, resultan opresivas mientras dormimos, sobre todo si la cama se encuentra situada justo en la zona más baja del techo. Si hay vigas vistas la sensación es todavía más acusada y, por tanto, más negativa. Haga lo posible por colocar la cama en otra posición más aireada, instale un techo falso para ocultarlas o bien píntelas del mismo color que el techo para que visualmente se "fundan" con él, coloque una tela para disimularlas, elija una cama con dosel que le proteja simbólicamente del peso de las vigas o juguemos con la iluminación para “alejar” visualmente el techo de nuestras cabezas (se consigue con lámparas que orienten su haz de luz hacia arriba o pintando el techo con colores fríos, que lo “alejan“ visualmente).

Asegurar unas buenas vistas Como en la deliciosa novela de E.M. Foster ‘Una habitación con vistas‘, es importante asegurarse de que uno ve algo hermoso cada día antes de levantarse y cuando va a acostarse. Desde luego el cesto de la ropa sucia, el montón de ropa de la noche anterior tirado de cualquier manera o la bicicleta estática no son las vistas que deseamos tener. El arte tiene aquí una función significativa. Olvidémonos de cualquier referencia especialmente yang —como hemos dicho antes— y por supuesto eliminemos fotos, pósters o cuadros con motivos horribles, agresivos, terroríficos o similares.

Si nos interesa fortalecer el ámbito erótico o amoroso podemos optar por imágenes que nos recuerden la belleza de una hermosa relación. Si este aspecto no nos interesa particularmente, siempre podemos optar por paisajes relajantes, que nos hagan soñar con el paraíso terrenal justo antes de irnos a dormir, aunque teniendo siempre en cuenta que la presencia de agua —



aunque sea simbólicamente en un cuadro— está desaconsejada en un dormitorio. Para fomentar aún más la calidez, la relajación, el bienestar y el espíritu positivo que merecemos encontrar al llegar la noche, podemos crear en nuestro dormitorio un santuario dedicado a exaltar los sentidos. Probemos con el color, el olor, el sonido y el tacto, siempre con suavidad. La habitación se presta a incluir sutiles detalles —no hay que exagerar porque nos impedirá conciliar el sueño— en los tejidos de texturas agradables, unas velas aromáticas, música relajante y colores sensuales que conviertan nuestro dormitorio en un santuario. La orientación de la habitación Cada uno de nosotros tendrá su dormitorio ocupando una dirección concreta dentro de la casa. De ella dependerán varias cosas: la luz solar que reciba durante el día, el grado de humedad, la temperatura… y si seguimos las recomendaciones del Feng Shui en función de esa orientación deberemos decorar y organizar la habitación de una manera u otra porque cada dirección está regida por un elemento que destacaremos sobre los demás y, además, por un área de la vida que tendremos que potenciar de un modo o de otro. Repasemos el mapa Bagua y el ciclo creativo de los cinco elementos para localizar materiales, colores y formas que no son acordes con la orientación de nuestro dormitorio. Lo mejor es sacar esos objetos fuera del cuarto y sustituirlos por otros que sí generen energía positiva en esa dirección. Por ejemplo, si nuestro dormitorio se encuentra en el sureste de la vivienda estará regido por el elemento madera, de forma que le perjudica el elemento metal. No será aquí, pues, conveniente un cabecero de hierro, las paredes pintadas de blanco o una lámpara de forma esférica, que representan el metal. No será necesario salir corriendo a hacer todo tipo de compras para adaptar nuestro dormitorio a los nuevos conocimientos de Feng Shui que estamos adquiriendo. Es preferible recorrer toda la casa con ojos atentos y dividir mentalmente los muebles, cuadros, adornos, etcétera en distintos grupos dependiendo del elemento al que representen. Luego será muy fácil distribuirlos por las distintas habitaciones en función de la dirección que ocupen. Imaginemos que en el salón, situado al sur, tenemos unos bonitos cojines azules. El azul representa al elemento agua, que no es compatible con el sur, donde rige el elemento fuego. Bastará con llevar esos cojines azules al dormitorio de los niños, situado al norte y colocar en el salón algún adorno rojo o naranja, de forma triangular o que represente animales o personas, pues cualquiera de ellos representa al elemento fuego, acorde con el sur.



VIII

CUARTO SECRETO: LA FLOR DE MELOCOTÓN Con el poético nombre de "flor de melocotón" se conoce en China a una venturosa combinación de signo zodiacal y dirección que favorece un final feliz para la búsqueda del amor. Es una técnica que se recomienda a las personas solteras que pretendan encontrar una pareja estable. No es aconsejable, por tanto, para las personas que ya tienen pareja y atraviesan por dificultades, porque activar su flor de melocotón podría conducir al adulterio, al propiciar la aparición de una nueva pareja. Para comenzar hay que repasar los datos sobre el signo zodiacal de cada uno. Volvamos a las tablas del capítulo 2, en las páginas 14, 15 y 16, para comprobar a qué signo corresponde nuestra fecha de nacimiento. El signo astrológico chino viene designado por el nombre de un animal. En total hay doce y para la cuestión de la flor de melocotón se agrupan en cuatro grupos, cada uno con una dirección favorable, tal como se muestra en el gráfico.

Con estos datos, ya sabemos en qué dirección se encuentra nuestra flor de melocotón. ¿Cómo se activa? La forma más sencilla consiste en colocar en esa zona de la casa un jarrón con flores frescas y agua limpia. Es mejor que las flores sean rojas o de color rosa, por su poderosa energía yang. Otra fórmula consiste en utilizar imágenes o representaciones —pueden ser fotografías, cuadros, figuras o esculturas— de ciertos animales para activar la dirección de su flor de melocotón. El animal que debe utilizarse dependerá de su signo zodiacal. Veamos cómo hacerlo.

SIGNO DIRECCIÓN DE LA FLOR tigre - caballo - perro este

conejo - cabra - cerdo norte

rata - dragón - mono sur

buey - serpiente - gallo oeste

SIGNO DIRECCIÓN ANIMAL tigre - caballo - perro este conejo

conejo - cabra - cerdo norte rata

rata - dragón - mono sur gallo

buey - serpiente - gallo oeste caballo



Busquemos la flor de melocotón de Carla, la habitante de nuestra casa del ejemplo. Sabemos que Carla nació el 22 de junio de 1980, por lo tanto su signo zodiacal es el mono. Comprobemos en qué dirección se encuentra la flor de melocotón del mono: el sur. Así que Carla deberá colocar en el sur de su apartamento, que está en el salón, un jarrón con flores frescas o bien, siguiendo el segundo método, colgar allí un cuadro que representa un gallo, que es el animal simbólico que despertará la flor de melocotón de un individuo nacido en el año del mono (también para los años rata y dragón).

He aquí tres ejemplos de figuras representativas de animales que pueden utilizarse para potenciar su flor de melocotón. En la mentalidad occidental la figura de la rata no es popular, así que si no desea tener frente a sus ojos la representación de este animal tan poco amistoso, será buena idea limitarse a emplear el método del jarrón con flores.



IX

PROBLEMAS FENG SHUI

Hasta ahora hemos visto lo más básico del estudio Feng Shui de una vivienda. Pero en ocasiones encontramos algunos problemas que es necesario resolver, más allá de coordinar las áreas con la energía del elemento que las rige. Hay que tener los ojos atentos a esta clase de problemas, más sutiles, pero capaces de generar una energía letal. Las flechas envenenadas El Feng Shui llama “flechas envenenadas” a todas las aristas, puntas, esquinas y filos que nos “atacan” simbólicamente. Preste atención a su entorno y rápidamente localizará decenas de ellas. Son, por ejemplo, las esquinas de una mesa que nos

apuntan directamente mientras vemos la televisión o dormimos, los estantes rectilíneos de una alacena que nos apuntan mientras comemos, los afilados accesorios del cuarto de baño que nos apuntan cuando nos acicalamos por las mañanas. Simbólicamente se considera que todas estas “flechas” están enviándonos energía negativa y transformando un entorno sereno y fructífero en un caldo de cultivo para el conflicto y la enfermedad. Resulta difícil eliminar o suavizar estos efectos porque el moderno diseño de muebles y estructuras se basa precisamente en la línea recta (observemos cómo los muebles tradicionales chinos tienen todos sus contornos redondeados y sus esquinas se giran hacia arriba

formando un rizo que disipa la energía negativa). La primera medida consistirá en localizar estos puntos negros en cada una de las habitaciones, prestando especial atención a los puntos clave para el amor: esto es, la dirección nien yen, el sudoeste de la casa, el dormitorio y nuestra flor de melocotón. Cualquier flecha envenenada en estos lugares podría echar por tierra nuestros esfuerzos para garantizar el correcto fluir de la energía en nuestras áreas propicias para el amor. Algunos son más evidentes que otros, pero deberemos entrenar la vista para ser capaces de ver hasta los más ocultos. Si, por ejemplo, en el salón descubrimos muebles con puntiagudas esquinas que apuntan directamente al sofá donde conversamos, descansamos, leemos o vemos la televisión, bastará con girar



algunos grados la posición del mueble “agresor” para evitar que sus esquinas nos señalen a nosotros. Hay, sin embargo, esquinas y “flechas” imposibles de mover, como las que proceden de las columnas y las vigas, es decir, de los elementos estructurales de la edificación. Ambos viene a representar simbólicamente los obstáculos que nos aguardan en nuestro camino por la vida. Se considera más perjudicial un pilar exento, que se encuentra en medio de una habitación (muy habituales en oficinas de gran tamaño), que uno que va pegado a la pared, sobresaliendo de ésta sólo una parte. Una solución consiste en cubrir de espejos las columnas para que “desaparezcan” visualmente. Otro remedio, más sencillo, sería colocar delante de ellas plantas que “redondeen” el espacio a su alrededor y absorban al mismo tiempo las energías nefastas que emiten. Siempre que sea posible (cuando la vivienda se encuentra todavía en fase de construcción o de diseño), conviene transformar las columnas cuadradas en redondas, que sí permiten el fluir suave de la energía. Si observamos la imagen que acompaña a estas líneas, veremos que una pesada viga en el techo "ataca" a todo aquel que entre en esta vivienda, pues enlaza el recibidor con el pasillo. En estos casos es difícil deshacer el efecto negativo de su presencia. Lo mejor sería poner un falso techo que iguale el perfil, aunque eso suponga bajar bastantes centímetros el techo del pasillo o bien construir en ese punto una pared con una puerta, de forma que la viga "desaparezca" de la vista, fundiéndose con la pared. Evite, desde luego, dormir (pasamos más horas en la cama que en cualquier otro lugar), comer y trabajar debajo de la influencia directa de una viga. Haga lo necesario para ello. La cosa es todavía peor si coincide sobre la cama, la mesa o el escritorio un cruce de vigas. Cuanto más grandes, bajas y oscuras sean las vigas, más perjudicial será la energía que nos envían. La fuerza negativa de esta influencia es todavía mayor cuando ocupamos un piso bajo en un edificio alto, porque la misma viga que nos oprime sobre la cabeza se repite en cada una de las plantas de la casa, transmitiendo la enorme presión que soportan desde el ático hasta nosotros. El Feng Shui cree que la persona expuesta permanentemente a una de estas nefastas vigas desarrollará problemas de salud. Si resulta imposible cambiar de ubicación la cama (ojo con su puesto de trabajo, donde también invierte muchas horas), encargue un falso techo que haga desaparecer esa horrible sensación de poder ser aplastado en cualquier momento. Si cualquier eliminación del problema resulta imposible (o si, a pesar de todo, nos siguen gustando las vigas sobre la cabeza), es mejor pintarlas del mismo color que el techo, para que al menos pasen desapercibidas al inconsciente. Otra posible solución es colocar en nuestra cama un elegante dosel cuya vaporosa tela constituya una barrera entre la perniciosa viga y nuestro sueño reparador. La iluminación también puede jugar a nuestro favor. Pongamos lámparas o focos que dirijan su haz de luz hacia el techo, eso lo “alejará”



visualmente y difuminará el peso de las vigas. El mundo simbólico del Feng Shui recomienda colocar dos flautas de bambú en forma de V sobre la viga, dejando separadas las dos boquillas hacia abajo y enlazadas con un lazo rojo. El significado es el siguiente: del mismo modo que el aire penetra en la flauta y ésta lo convierte en música, el Chi negativo que emana de la viga atravesará el interior de la flauta transformándose en energía positiva. La cinta roja (el color más energético de todos) tiene la capacidad de potenciar el efecto transformador. El desorden, el amontonamiento y el estancamiento Otro clásico obstáculo que solemos encontrar en todas las casas es la presencia de rincones (o habitaciones enteras) desordenados, utilizados como almacén de desechos u olvidados por el desuso. Son, generalmente, rincones bajo la escalera, en el garaje, el desván, el interior de algunos armarios, la despensa, el trastero o el cuarto de las escobas, aunque hay personas que tienden a acumular desorden a su alrededor allí donde estén.

Si queremos trabajar el Feng Shui de nuestro hogar deberemos concebirlo como un todo. No vale potenciar una zona y dejar el resto en el mismo lamentable estado que tuvo siempre. Recordemos cómo nos hemos sentido alguna vez al entrar en una casa lúgubre, sucia, oscura y que no ha sido ventilada en años. Nadie querría vivir ahí, con un olor a cerrado que provoca un profundo rechazo, un aspecto descuidado y anticuado que sólo causa deseos de salir corriendo.

Repasemos con el mapa Bagua en la mano qué áreas de nuestra vida están afectadas por el desorden, el amontonamiento de trastos o el estancamiento de la energía por falta de limpieza, uso o ventilación. Es probable que hallemos una concordancia entre lo que señala el mapa Bagua y la realidad de nuestra existencia. Allí donde encontremos desorden (zona de la carrera profesional, la familia, la salud o la riqueza…), probablemente tendremos un problema, retraso o atasco en la vida real. Nuestro hogar debe respirar, ventilarse, renovar su energía a diario. El aire fresco de la mañana es perfecto para este cometido. La limpieza constante, el orden y las tareas de mantenimiento y reparación deben ser una prioridad si queremos que el Chi se mueva a gusto por todos los rincones de la casa.



Así que hagamos una inspección a fondo de los lugares que puedan crear conflicto en este sentido. Seguro que descubrimos más de uno. -Un pequeño rincón aprisionado entre dos grandes muebles es perfecto para el estancamiento del Chi (y para la acumulación de polvo y pelusas): coloquemos ahí un cuadro colorido y alegre, luminoso; o un jarrón con flores. -Ese armario donde se guardan las prendas que ya no usamos porque pasaron de moda o ya no nos caben: regalemos o deshagámonos de ellas.

-La despensa donde se quedaron alimentos que no hemos consumido en meses: tiremos lo que sabemos que no nos apetecerá nunca, ordenemos el resto y vayamos consumiéndolo poco a poco para dejar sitio a otros productos más nuevos. -El armarito del baño, donde caducan cremas y otros cosméticos: tiremos lo que está en mal estado, organicemos mejor el resto.

En fin, repasemos bien la casa de arriba abajo y vayamos deshaciéndonos de todo lo que no hayamos usado en un año (dos años, seis meses, el plazo lo pone usted mismo). Es, además, una excelente terapia. Si encontramos objetos en perfecto estado que ya no deseemos retener (juguetes, ropa, libros, bisutería, material deportivo…) podemos ofrecerlo a alguna organización benéfica o regalarlo a amigos o parientes. En el Feng Shui hay una vieja creencia que dice que no entrarán cosas nuevas en nuestra vida a menos que les hagamos un sitio retirando las cosas viejas que nos sobran. Aprovechemos la limpieza a fondo para pintar el interior de estos cuartos y armarios olvidados, que resucitarán como nuevos, limpios y en perfecto estado de revista. Si se da la circunstancia de que somos nuevos en la casa (acabamos de comprarla o alquilarla), tendremos que desinfectar cada rincón y, para quienes crean en la vertiente espiritual del Feng Shui (al final del libro hablaremos más extensamente de ello), es una excelente idea hacer una limpieza ritual con incienso, por ejemplo. Es también una buena decisión instalar luces en el interior de despensas y armarios, así como algún carillón metálico en los cuartitos menos utilizados para que con su afinado tintineo renueven la energía cada vez que alguien abra la puerta. Para contrarrestar el influjo negativo del amontonamiento de objetos es obvio que el remedio es evitarlo. No guardemos periódicos viejos creyendo que algún día los leeremos, no atesoremos cosas innecesarias, no seamos urracas recogiendo toda



clase de cosas que sabemos que, a la larga, supondrán un lastre y una carga para nuestras aspiraciones de progresar y mejorar. Si de verdad deseamos conservar todas esas cosas y estamos convencidos de que algún día leeremos esa revista, arreglaremos esa silla rota o adelgazaremos hasta caber de nuevo en aquellos vaqueros de hace veinte años, hagamos un esfuerzo real por conseguirlo. Una buena idea puede ser elaborar una lista de prioridades cuya finalidad sea acabar con el desorden. Recorramos nuestra casa con detenimiento libreta en mano. Anotemos todo lo que reclama nuestra atención, desde desperfectos hasta desorden, ideas que nos vayan surgiendo y anhelos que hayamos dejado por imposibles. Habrá en nuestra lista tareas de fácil cumplimiento y otras que requieran mayores inversiones de dinero, de esfuerzo, de tiempo o de fuerza de voluntad. Comencemos por lo más sencillo. Así, empezando por la tarea número uno iremos cumpliendo nuestros objetivos (leer esa revista que espera nuestra atención desde hace meses, reparar un mueble que cojea, organizar mejor el interior de un armario, volver a utilizar la bicicleta estática … lo que sea) hasta deshacer el terrible caos en el que podemos llegar a vivir. Analicemos nuestro propio interior para averiguar qué tipo de emociones nos conducen a promover el desorden. Recordemos que el afán de acumulación puede asociarse a sentimientos de temor o inseguridad. El equipaje en un largo viaje, cuanto más ligero, mejor. Las habitaciones de forma irregular Al flujo energético del Chi no le gustan las formas irregulares, porque generan sensación de desequilibrio y la energía, en su natural fluir ondulado, se choca, se atasca y se disgrega al encontrarse con zonas de bruscas alineaciones. Siempre es mejor lo circular, lo cuadrado o rectangular, igual que la simetría y las suaves curvas. Sin embargo, hay remedios para equilibrar una habitación de forma caprichosa, algo que suele suceder a menudo en viviendas antiguas. Cuando nos enfrentamos a una habitación en forma de L, tendremos que “dividirla” visualmente en dos cuadrados o dos rectángulos mediante biombos, puertas correderas, cortinas de separación suspendidas del techo o, simplemente, utilizando un mueble que separe ambas zonas o alfombras divisorias. Cuando el problema es una habitación triangular, deberemos “eliminar” visualmente el pico del triángulo, donde sin duda se estancará el Chi. Lo ideal sería cerrarlo con una pared de pladur y una puerta para convertirlo en un armario o cuartito trastero. Si se prefiere una solución más económica y sencilla, pondremos ahí un mueble rinconero que dé sensación de continuidad a las paredes; o bien un mueble corriente que “cierre” el rincón con un espejo o cuadro encima que suavice a su vez la esquina del triángulo. Una planta frondosa hará el mismo efecto, ocultando detrás la esquina conflictiva.



Las paredes y los techos inclinados La moda de habitar los áticos y buhardillas ha convertido en corriente el hecho de tener los techos inclinados sobre la cama o paredes inclinadas para dar forma al tejado que está sobre nuestras cabezas. En Feng Shui (y mentalmente también en el inconsciente de todos nosotros) esto crea sensación de desequilibrio, inseguridad e incluso de peligro. Una solución práctica y común es aprovechar las zonas más bajas del tejado para crear armarios cuyas puertas se conviertan en “paredes” regulares. Será imprescindible en estas zonas prever una iluminación adecuada, porque sótanos y buhardillas tienden a la oscuridad, lo que deprime el Chi y, con él, también a nosotros. Junto con luz suficiente, orientada hacia el techo para alejarlo visualmente del suelo, la pintura puede obrar milagros, así que no estaría mal pensar en colores yang, claros y alegres para “iluminar” esta zona. Nuevamente aquí el orden y la pulcritud serán imprescindibles, porque amontonar cosas en una habitación que ya de por sí crea sensación de desequilibrio puede ser un desastre. Estas habitaciones nos ofrecen una preciosa oportunidad para desarrollar nuestras dotes decorativas. Prestémosles la debida atención y cuidemos su aspecto. Eso sí, sin abarrotarlas de objetos.

Los espejos Los espejos siempre han tenido un halo de misterio en el inconsciente humano. Reflejan nuestro mundo pero, a la vez, parecen contener un mundo propio. No son pocos los relatos de fantasía o terror que tienen a un poderoso espejo por protagonista. En Feng Shui se consideran valiosísimos instrumentos para corregir algunos errores en las estructuras de las casas. Pero como suele ocurrir con todo, también tienen su “lado oscuro”. Su reflectante superficie provoca que la energía Chi choque contra ella y rebote de forma rápida y desfavorable. Esto es especialmente negativo cuando nada más

entrar en una casa hallamos frente a la puerta principal un gran espejo enfrentado a ella, algo ciertamente común. El Chi que acaba de entrar rebota y sale directamente afuera otra vez, dejando la vivienda sin nutrición energética. Evitaremos siempre esta posición del espejo en el recibidor, aunque no hay ningún



inconveniente en colocarlo en cualquiera de las otras paredes de la entrada, siempre que no refleje directamente la puerta. Lo mismo ocurrirá con cualquier espejo que esté directamente enfrentado a una ventana, sobre todo si ésta es grande. En el dormitorio la presencia de un gran espejo que refleje la cama es especialmente delicada, pues de noche vernos reflejados en él puede sugerir la presencia de una tercera persona. Es decir, simbólicamente aparece el fantasma de la infidelidad, de una tercera persona que comparte nuestra cama. La solución es sencilla. Evitar que el espejo refleje la cama. Ocultémoslo en el interior de la puerta de un armario, detrás de la puerta de acceso o, si todo ello resulta imposible, cubrámoslo con una tela (quizá una cortina suspendida sobre él) cuando no necesitemos mirarnos en él. Tampoco son recomendables en la cocina, donde pueden reflejar el fuego donde se está cocinando y provocar accidentes.



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LA PARTE ESPIRITUAL DEL FENG SHUI

He dejado deliberadamente este capítulo para el final del libro porque en general no debe contemplarse el Feng Shui como una práctica religiosa o mística. De hecho puede hacerse uso de este viejo arte chino como una mera herramienta lógica de ordenación de la energía en el espacio, sin darle ninguna otra trascendencia, tal como el médico chino tradicional ordenará la energía del cuerpo de un enfermo a través de las agujas de acupuntura. No será necesario “creer” en nada ni rendirle culto a nadie. Hay, naturalmente, ese “algo” invisible con el que trata el Feng Shui, el Chi, la energía de la creación, que a muchos puede parecerles algo misterioso, esotérico e incluso mágico. No lo es. Es más, parece ser que las investigaciones más recientes en el campo de la física cuántica vienen a reforzar ideas presentes ya en el Feng Shui desde hace milenios. De cualquier forma, uno puede acercarse a este arte con la actitud que mejor le parezca. Por eso habrá también quien se sienta inclinado a ahondar en los aspectos más espirituales del Feng Shui. No olvidemos que la simbología tiene aquí mucho que decir, así como la energía de los números y de las formas, asuntos todos ellos tratados desde la antigüedad en ciencias de tipo místico o sagrado. Si desea profundizar en estos ámbitos el campo es prácticamente infinito y abarca distintos tipos de prácticas.

¿Deseamos progresar? Luego tenemos el “alma” del Feng Shui. Éste sí es un aspecto que debemos tener en cuenta para reforzar nuestros objetivos a la hora de utilizar el Feng Shui. Pero no desde el punto de vista de una práctica religiosa, sino desde la perspectiva de la salud, el bienestar y el desarrollo óptimo de nuestras capacidades y posibilidades. Y ahí es donde entra con fuerza el concepto de “intención”. ¿Quién desea quedarse estancado en la vida, repitiendo una y otra vez las mismas pautas de rutina, sin progresar en el trabajo, en lo sentimental o en la familia? Aunque nos resulte sorprendente, la respuesta es: mucha gente. Demasiada.

Antes de enfrentarnos a esta pregunta podríamos pensar que la mayoría de las personas desea mejorar, progresar, escalar posiciones y alcanzar metas, sean



económicas, físicas, amorosas o profesionales. Sería lo lógico (y en el fondo de su corazón, así es), pero cuando observamos atentamente el mundo que nos rodea (ésta es la mejor de las herramientas del Feng Shui, un ojo atento) nos damos cuenta enseguida de que en la vida de la mayoría de las personas entran en juego muchos componentes que no han sido invitados y que tienen un enorme poder: el miedo, la vergüenza, la ira, el rencor, el estrés, la resistencia, la postergación (dejarlo todo para mañana), los complejos, las viejas heridas, la culpa, la tristeza, el sentimiento de inferioridad, la falta de decisión… la lista podría ser casi tan larga como el número de habitantes que ocupan el planeta.

Por eso cuando una persona concreta, con nombre y apellidos, se acerca al Feng Shui con la sana intención de reorganizar su casa para disfrutar de mayor bienestar, comodidad y una atmósfera más saludable, con ella viaja toda una carga representada por su historia personal, su pasado, sus fracasos, su educación, su familia, sus temores y esperanzas y todos los bloqueos inconscientes que le han impedido alcanzar sus sueños. Naturalmente, podríamos obviar toda esta información (de hecho, probablemente ni siquiera el propio sujeto conozca a fondo esta información porque tendemos a enterrar en lo más hondo del corazón nuestras amarguras) y

acercarnos al Feng Shui con espíritu científico. Sin duda mejorará el tránsito de la energía por nuestro hogar y seguramente nuestra casa lucirá más bonita, vibrante y armoniosa, pero tarde o temprano las energías renovadas perderán su carga positiva si la persona que vive allí no logra desprenderse de sus sentimientos negativos. No olvidemos que la principal fuente de energía en una casa son sus habitantes y allí donde reina la discordia, donde se enfrentan hermanos, esposos, padres o hijos por cuestiones irresueltas del pasado, o donde vive una persona que se siente sola y está deprimida será difícil imponer la paz y la alegría solamente cambiando los colores de las paredes o la disposición de los muebles. Resultará, pues, fundamental realizar un trabajo personal para mejorar la propia energía. Son numerosas las herramientas para ello: prácticas como el yoga, el tai chi, el chi kung y la meditación, técnicas de relajación y de respiración o, simplemente, adoptar una serie de actitudes y costumbres más saludables —¿qué tal empezar a cuidar la calidad de nuestra alimentación, optimizar nuestros horarios, acercarnos un poco más a la naturaleza y darle un lugar en nuestra vida al ejercicio físico?— nos servirán para “limpiarnos” también por dentro, para



albergar pensamientos positivos, para eliminar las cargas que nos impiden avanzar y para sanar los corazones heridos. Será estupendo acostumbrarse a poner un firme "stop" cada vez que nuestro pensamiento se deslice hacia la negatividad, el rencor, la furia o cualquiera de los miles de sentimientos negativos que pueden asaltarnos a lo largo del día. Debemos entrenar el cerebro para detectar inmediatamente los pensamientos "negros" para darles el alto y reconducirlos hacia sentimientos más positivos. Con un poco de entrenamiento la negatividad acabará por escapar de nosotros porque nunca le abriremos las puertas. Recuerde que si emitimos energía positiva, sentimientos de alegría, de bienestar y de relax, eso mismo será lo que llegue a nosotros. Claridad mental Otra cuestión importante en este aspecto es la claridad mental. Es la mejor herramienta si lo que pretendemos con el Feng Shui es corregir algún aspecto negativo de nuestra vida o bien alcanzar alguna meta concreta. Y en este sentido, también, aunque nos parezca mentira, la mayoría de la gente no lo tiene claro. Es decir, a la hora de definir objetivos y estrategias, reina la confusión.

Así que será buena idea dedicar unos minutos al día a pensar, sencillamente, en cómo nos gustaría que fuera nuestra vida. Sorprende comprobar la cantidad de gente que está insatisfecha con su vida actual y, en cambio, ni siquiera se plantea la posibilidad de cambiarla mientras les pasan los años anclados a una vida que no les gusta. El lastre

que les mantiene unidos a una rutina que detestan, a una esposa a la que ya no quieren o a un trabajo que aborrecen suele ser el miedo. Recordemos cuántas veces hemos contemplado en la televisión al feliz ganador de un boleto millonario de la lotería diciendo que se limitará a tapar agujeros y a seguir trabajando, cuando a nosotros se nos abren los ojos como platos al pensar en todas las cosas que podríamos hacer con ese montón de dinero y la libertad que proporciona. Estamos, sencillamente, ante el pánico al cambio. Pensemos en ello. Con tranquilidad, sin ansiedad. Intentemos visualizar como en una película que protagonizamos nosotros cuál sería nuestra vida soñada: imaginemos cómo seríamos nosotros mismos (más delgados, quizá; mejor vestidos; más sanos; con aspecto menos cansado; más cultos o sabios; más aventureros; más sofisticados…); cómo distribuiríamos nuestro horario; cómo sería la casa donde soñamos vivir; cómo serían nuestras relaciones con la pareja, con



los padres, hijos, amigos, familiares, compañeros de trabajo, jefes, etcétera; cómo nos gustaría que hablaran de nosotros, cómo quisiéramos que nos vieran los demás; a qué actividades dedicaríamos el tiempo y la energía; cuánto dinero nos gustaría tener… En fin, elaboremos nuestro proyecto de vida ideal en el campo de la imaginación. Parece fácil, pero no lo es. Porque la mayoría de las veces diseñar una vida diferente implica enormes cambios y esos cambios afectan a las personas que nos rodean y podrían, a su vez, generar nuevos conflictos que nos dan miedo. Pero de momento dejémonos llevar por la seguridad y la libertad que sentimos en el mundo de los sueños para ir colocando las piezas de este puzzle que podría ser nuestra nueva vida. Fijemos el objetivo Podemos dedicar todo el tiempo que deseemos al diseño de nuestra nueva vida. Con el paso de los días, si dedicamos un rato cada jornada a pensar en ello —se suele recomendar tres veces al día—, veremos que hay algunos aspectos que sobresalen por encima de los otros. Quizá nuestra prioridad actual sea aprobar un examen, conseguir un trabajo, lograr tener un hijo, pagar una deuda, encontrar el amor, recuperar la salud… o nuestra vida sea razonablemente buena y lo que queramos sea alcanzar la excelencia, el lujo, la libertad de no tener que trabajar, los viajes de placer, la riqueza extrema… Cada persona es un mundo y por eso el objetivo en la vida de cada uno puede parecerle absurdo a su vecino y viceversa. Intentemos no juzgar, simplemente soñemos. Aquí es donde entra en acción el Feng Shui. Si prestamos atención, veremos que cada una de las ocho áreas en las que se divide el Bagua fija su atención en un aspecto de la vida y, entre todas ellas, conforman lo que podría definirse como una vida de ensueño: aquélla en la que reina 1.- el éxito profesional; 2.- una vida amorosa plena; 3.- una familia que nos arropa y una salud de hierro; 4.- riqueza abundante; 6.- personas influyentes que respaldan nuestros actos y viajes que nos permiten conocer y valorar el mundo en que vivimos; 7.- una enorme creatividad, unos hijos maravillosos y la capacidad de poner en marcha y culminar toda clase de proyectos; 8.- una gran cultura, el conocimiento de uno mismo y la capacidad de aprendizaje que nos permite alcanzar metas intelectuales; y 9.- la fama y la reputación que coronan toda vida exitosa. Recordemos que hemos obviado el 5, que corresponde a la zona central de nuestra casa y que está destinada al almacenamiento de la poderosa energía positiva que posibilitará que todo eso se haga realidad. Así que ya podemos establecer prioridades. Para quien ha perdido el empleo, sin duda su prioridad será mirar hacia la zona de su carrera profesional (el norte) y a la de la riqueza (el sureste), donde deberá poner particular cuidado en mejorar todos los aspectos que encuentre descuidados o perjudiciales, asegurándose de que no reina allí el ciclo destructivo de los elementos. Deje para más adelante otros asuntos, aunque también podría hacer hincapié en el sector de los mentores (noroeste) y en el de la fama (el sur), porque combinando estos cuatro aspectos sin



duda la mejoría no tardará en llegar. Si el problema es que un hijo no logra alcanzar sus objetivos académicos, preste atención al área de la creatividad y los hijos (oeste), al sector de la cultura (noreste), la habitación del chaval y el sector de la familia (este). Busque en el mapa Bagua qué área corresponde a ese hijo (el mayor, la pequeña, etcétera) y busque allí un posible obstáculo para eliminarlo de inmediato. Y así con cada problema que uno pueda hallar en el desarrollo de su vida.

Seguramente su mayor preocupación ahora es reconstruir su vida amorosa. No se lo tome como un problema. No lo es. Al contrario, piense en ese asunto cargado de optimismo, lleno de esperanzas y con la absoluta confianza en que sus deseos se harán realidad, incluso con mayores y mejores resultados de los que se atreve a fantasear. Pongamos alegría y concentración al aplicar cada “cura”, al colocar un símbolo, al cambiar un mueble de sitio, al pintar la pared. No lo hagamos de cualquier manera, deprisa y sin pensar. No lo hagamos concentrándonos en el "problema". Es imprescindible "cargar" de intención y de energías óptimas cada paso que demos a favor de un mejor Feng Shui en nuestra casa y en nuestra vida. Mentalicemos qué es lo que queremos lograr con ese pequeño cambio. Intentemos visualizarnos en esa posición ideal que anhelamos (la oposición aprobada, un nuevo trabajo, un embarazo en marcha, esa pareja perfecta… lo que

sea). Si ponemos interés e “intención” a nuestro trabajo Feng Shui, el resultado será mejor. Por supuesto, cuando haya colmado una de sus ambiciones, aparecerá otra en un ámbito distinto de la existencia, así que tendrá que prestar atención a otras zonas de su casa y ampliar sus conocimientos de Feng Shui para ir cada vez más allá. La resistencia Muchas veces las respuestas del Feng Shui implican enfrentarse a algunas incomodidades o cambios a los que la mayoría de la gente se resiste. Es una opción respetable, pero es más recomendable intentarlo, dejarse llevar, ser menos rígidos, hacer experimentos que pueden llegar a resultar divertidos o enriquecedores. En el peor de los casos serán, sencillamente, engorrosos. Por ejemplo, si su esposo ha perdido la salud o el trabajo y su dormitorio se encuentra en un área de la casa que no le beneficia, puede probar a dormir durante una



temporada en otra habitación. Es incómodo, pero es necesario si queremos darle una oportunidad al Feng Shui. Quizá pueda intercambiar su dormitorio durante unas semanas con alguno de sus hijos o trasladarse al salón. Si este cambio mejora la suerte de su esposo, obtendrá la respuesta: necesita cambiar la distribución de su casa. Si comprueba que nada ha cambiado y el problema persiste pasadas unas cuantas semanas, olvídese del cambio y busque otras posibles soluciones. Plantéese que tal vez su resistencia se deba, simplemente, a la pereza y el temor inicial que provoca cualquier cambio. Y reconozca que quizá ese pequeño sacrificio inicial produzca excelentes resultados, así que ¿por qué no intentarlo? A veces incluso puede sentirse un poco idiota confiando su futuro a un gesto aparentemente tan banal como colocar un cuadro aquí o pintar una pared de otro color. No se lo tome a la tremenda. Intente verlo como un experimento divertido, un cambio refrescante en su vida. Luego limítese a observar qué ocurre. El trabajo espiritual En este contexto es donde entra en acción el trabajo espiritual relacionado con el Feng Shui. Tome la costumbre de reflexionar cada noche, antes de acostarse, sobre sus miedos, sus deseos más íntimos y los sueños que ha ido aparcando a lo largo del camino de su vida. Comprobará que muchos de ellos los ha superado porque con el paso de los años se han tornado pueriles, pero hallará algunos que

seguirán tan firmemente anclados a su corazón como un roble centenario. Recupere estos sueños de adolescencia —riegue y alimente a ese roble que se resiste a morir—, pues seguramente esos sueños le corresponden a la esencia de su alma mucho más que lo que tiene ahora. Cuando somos muy jóvenes, casi niños, es cuando se forjan los sueños de un determinado tipo de vida. Hay quien sigue su instinto y va cumpliendo etapas directamente hacia su sueño, con una loable determinación y espíritu de sacrificio, convencido de que llegará a la cumbre. Pero la mayoría, por desgracia, suele conformarse con seguir un camino distinto, incluso contrario, marcado muchas veces por otros (los padres, las circunstancias, el azar), que le conducen a un tipo de vida que en el

fondo no le corresponde y, por tanto, no le satisface. Muchos logran cierto grado de felicidad o bienestar por ese camino, pero interiormente se encuentran hambrientos de otras cosas. Quizá sea una persona cautelosa y prefiera no hacer nada por el momento. Perfecto, pero sí haga una cosa: mantenga vivos esos deseos, sus sueños, lo que



verdaderamente anhela. No lo haga con ansiedad o rencor, no se moleste en culpar a otros de sus fracasos, limítese a dejar el pasado donde está y piense siempre en tiempo presente; simplemente cultive esos sueños como si fueran flores en un jardín, con placer, con calma. Deléitese al contemplarlos en el terreno de la imaginación. Tal vez descubra que se casó con el hombre equivocado, que su profesión no le satisface, que no gana suficiente dinero, que preferiría estar en África, ayudando a los más desfavorecidos, o que desearía recuperar las buenas relaciones con su madre. Cualquier cosa que sea, anótelo mentalmente. O mejor aún, anótelo en un cuaderno, en un diario, donde sea. Allí donde pueda consultarlo cuantas veces quiera para recordar cuáles son sus verdaderos objetivos en la vida. De nuevo es recomendable mirar tres veces al día la lista de los deseos. El mapa de su vida Un ejercicio estimulante y muy clarificador consiste en crear un mapa de su vida. Puede elaborarlo en una gran cartulina a modo de collage o en un cuaderno más discreto con varias hojas en blanco o incluso bordarlo sobre un mantel si sabe cómo hacerlo. Coloque fotos o dibujos de lo que ha sido hasta ahora lo más determinante de su existencia. Apunte las fechas y añada símbolos —corazones, lágrimas, sonrisas, signos de interrogación, aplausos, lo que se le ocurra— que le digan cómo se sintió entonces, qué significó ese acontecimiento para usted. Puede utilizar fotos, recortes, palabras, letras de canciones, dibujos, planos, mapas, lo que desee. Descubrirá que hay acontecimientos a los que le cuesta enfrentarse, que le harán llorar; otros los tenía medio olvidados y los recuperará con una sonrisa; ahí habrá personas a las que ha dejado de lado, otras que ya no volverán. Puede tardar tanto tiempo como necesite. Es una fantástica terapia para ver con cierta perspectiva la trayectoria de su propia vida, donde su actual posición central y protagonista tiende a desenfocar algunos aspectos y distorsionar otros. Luego elabore otro mapa, el de su vida soñada. Qué hechos de los que han acontecido le gustaría borrar, qué caminos que ha elegido le parecen hoy equivocados, qué meta es la que desea alcanzar todavía. Quizá le hubiera gustado estudiar otra carrera, vivir una temporada en otro país, adoptar un niño, tener perro, hacer deporte… Si coloca el mapa de sus sueños sobre el mapa de su vida se dará cuenta de cuánto se ha desviado del camino inicial. En algún momento de su vida puede que decida que es hora de retomar la ruta primitiva para llegar a donde realmente quiere. Las etapas de la vida Puede que llegue un momento en el que decida que va a perseguir sus sueños. Muchas veces ocurre que es necesario un momento adecuado para tomar este tipo de decisiones. Para algunos, ese momento no llega nunca. Otros lo ven claro de pronto, sin previo aviso, y toman la decisión más arriesgada de su vida casi sin pensarlo, en un arrebato que a las personas de su entorno les resulta una locura: montar una empresa, hacer un viaje, divorciarse, cambiar de trabajo, mudarse al otro lado del mundo, adelgazar veinte kilos, empezar a hacer deporte, adoptar un niño, escribir un libro, comprar un terreno para cultivar tomates… lo que sea.



Hay teorías psicológicas que dicen que la vida humana se va desarrollando en etapas de aproximadamente siete años. Puede ser divertido mirar hacia atrás y comprobar si alrededor de los siete años tuvo lugar algún acontecimiento determinante en nuestra vida —normalmente es el final de la primera infancia, cuando se empieza a perder la inocencia y el niño aprende a vivir menos apegado a sus padres—; si lo hubo alrededor de los catorce —marca el inicio de la juventud, cuando empezamos a independizarnos de nuestros padres y hermanos para abrazar a los amigos—; los veintiuno —cuando emprendemos el camino hacia nuestra vida profesional—; los veintiocho —cuando elegimos una vida en pareja—; los treinta y cinco —cuando nos convertimos en padres—; los cuarenta y dos —cuando nos entregamos en cuerpo y alma a nuestro trabajo—; los cuarenta y nueve —cuando nuestros hijos se hacen independientes o se marchan—; los cincuenta y seis —cuando nos enfrentamos a lo que hemos hecho en la vida, a la culminación de hallar un sentido a la existencia—, etcétera. Observe cuánta gente (especialmente hombres) mueren súbitamente poco después de jubilarse. Si centraron todo el sentido de su existencia en su trabajo, al desaparecer éste su vida deja de valer la pena y se extingue. Algo parecido les ocurre a muchas mujeres alrededor de los cincuenta, cuando sus hijos, a los que han consagrado su vida entera, se marchan de casa. Estas mujeres se sienten tan inválidas que entran en una profunda depresión o desarrollan graves enfermedades.

Según estas teorías, cada una de estas etapas cumple un cometido en el desarrollo personal y cada una es más adecuada para un tipo de actividades que para otras. Por eso muchas veces consideramos ridículo a un hombre de cincuenta años vestido y comportándose como si tuviera dieciocho. Y, al revés, nos produce tristeza una jovencita de veinte años que se arregla y tiene un estilo de vida como si tuviera setenta. Piense en ello y tal vez descubra que acaba de entrar en una nueva etapa de su vida y por eso necesita cambiar algún aspecto que ya no le llena como antes. Quizá por eso se acercó al Feng Shui, para propiciar un cambio. Ocurre, por ejemplo, que llega un momento en el que deja de satisfacernos la vida juvenil que nos llenaba de alegría a base de

compartirlo todo con los amigos, salir de noche cada fin de semana y no comprometernos con una pareja para que no estropee esa fiesta de libertad. Hay una edad en la que la mayoría tiende a emparejarse, dejando “en la estacada” a los amigos que aún se resisten y prefieren continuar con la juerga. Cada uno sigue su propio ritmo, pero sí que existe la tendencia natural a hacer las cosas en un orden más o menos lógico.



Será su propio interior, un pálpito del corazón, el que le indicará si su vida le llena, qué aspectos de ésta ya no le gustan y si está preparado para dar el salto hacia un cambio o prefiere esperar. O conformarse. La meditación La meditación es una práctica que está cada vez más de moda, aunque está lejos de ser algo moderno. La gente ha meditado siempre, desde que empezamos a ser humanos en la más antigua de las prehistorias. Claro que la meditación, tradicionalmente, ha estado reservada a unas personas concretas, las que dedicaban cuerpo y alma a la espiritualidad, las que ejercían el papel de guías espirituales en las comunidades más antiguas: los chamanes, los brujos, los sacerdotes… No es pese a ello la meditación una práctica mágica o religiosa. Es una práctica espiritual, que trata de conectarnos con nuestro yo más interior, aquel que solemos mantener bien oculto, abajo, enterrado, tanto que a veces es un completo desconocido para nosotros mismos. A través de técnicas accesibles a todo el mundo podremos ir desbrozando el bosque que es nuestro propio interior hasta hallar los tesoros más escondidos: la paz, la sabiduría innata, nuestras mejores potencialidades. Tal vez el proceso nos resulte difícil o pesado, e incluso puede que no nos interese alcanzar nada de eso: de cualquier modo, si aprende a meditar y lo hace con regularidad, tendrá su recompensa: se sentirá más ligero y relajado y tendrá una visión mucho más clara de las cosas. Aprender a enfocar Cuando haya tomado la decisión de aceptar los cambios e incluso esté bien dispuesto a provocarlos, habrá llegado el momento de enfocar. Puede que ya haya solventado con la ayuda del Feng Shui algunos problemas concretos que le preocupaban. Pero siente que aún le falta algo. Ese algo puede ser lo que ha estado buscando siempre: lo que más desea en su interior. Nadie podrá decirle qué es lo que está buscando. Sólo usted lo sabe, aunque tal vez le cueste enfocar el objeto de su deseo. Está dentro de su cabeza, dentro de su corazón, pero no logra verlo con claridad. Lo único que tiene que hacer es pensar en ello, meditar y, finalmente, enfocar el objeto o, si prefiere llamarlo así, el objetivo. Muchos sabemos con antelación, con claridad diáfana y desde siempre, lo que deseamos. Pero tampoco logramos alcanzarlo. ¿Por qué? Porque preferimos mantenernos en un cómodo stand by a la espera de que algo, el destino, quién sabe, se decida a ponerlo en nuestro camino y nos ahorre el esfuerzo y el riesgo que supone salir a buscarlo. Es fácil comprender que la rutina, aunque no sea lo que deseamos en nuestros sueños, resulte cómoda y tranquila. Recordemos ese nefasto refrán que refleja con claridad una mentalidad demasiado extendida: más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Ojo, porque dice claramente que



lo que vamos a conocer será BUENO. Y en cambio muchas veces preferimos no perseguirlo, quedarnos envueltos en eso MALO que ya conocemos porque nos resulta familiar, conocido, cómodo y sencillo. Es una paradoja, pero ocurre a menudo. Me atrevería a decir que es casi la realidad común y corriente de la mayoría de las personas. De cualquier forma nadie puede asegurarnos que el cambio será traumático, difícil o brusco. No tiene por qué serlo. Puede que sea un cambio fácil, fluido y divertido. Intentémoslo, no tenemos nada que perder. Cuando hayamos descubierto cuál es la sal que le falta a nuestra vida pongámosla en el pedestal que le corresponde. Veamos. Hay quien anhela convertirse en una actriz de éxito; otros quisieran hacer el viaje de sus sueños; algunos desean una vida familiar feliz y plena; y hay quien aspira a ganar un premio literario o batir una marca deportiva. Existen tantos deseos íntimos como personas hay en el mundo. Para cada cual el suyo es sagrado, así que tratémoslo como tal. Encendamos sobre él el foco que lo haga brillar. ¿Desea usted llegar a tener ese Ferrari rojo que ha visto en la televisión? Busque una foto de ese coche. ¿Le gustaría hacer un crucero romántico con su pareja? Busque el folleto del viaje y coloque sobre él una foto de usted y su pareja como si estuvieran en el barco. ¿Quiere ganar un Oscar? Recorte la foto del ganador de ese premio y ponga su cara en él. Es un ejercicio sencillo, un poco tonto, pero que sirve de permanente recordatorio para su mente. No es magia, es simplemente darle la oportunidad a su cerebro para que enfoque el verdadero objetivo de su vida, evitando la dispersión mental a la que la vida moderna nos tiene acostumbrados con tanta velocidad, tanto ruido y tantísimas distracciones banales. Coloque esa imagen (hágalo con fotos, recortes, dibujos o lo que quiera) en un lugar donde pueda verla constantemente —preferiblemente en su dormitorio, sobre el cabecero de la cama, en su despacho delante de su escritorio o en el centro de su casa— para evitar que sus esfuerzos mentales y su energía se dispersen hacia metas que no le interesan y le llevan a desperdiciar su valioso tiempo, esfuerzo y energía. Sea positivo Luego dedique unos minutos cada día a recordar ese deseo, a formularlo. Puede hacerlo en voz alta si le resulta más poderoso. Tenga especial cuidado en eliminar cualquier acepción negativa en sus deseos. No empiece a pedir algo con un NO, un NUNCA, un ODIO o cosas por el estilo. Oblíguese a transformar en energía positiva todo aquello que tenga tendencia a enfocar con negatividad, porque eso sólo produce resultados negativos y una energía envenenada. Por ejemplo, si piensa “odio tener siempre tantas deudas”, gire el sentido de la frase hacia un brillante “deseo acumular riqueza suficiente para vivir con tranquilidad”. Si pensó “no quiero estar siempre tan estresado”, gire hacia “me encanta vivir con relajación y tranquilidad”. Con el tiempo se sentirá mejor sólo con pensarlo y eso generará una poderosa



energía de confianza en sí mismo y en el futuro que irá llenado su casa e incluso alcanzará a las personas que le rodean. Todos tenemos en mente la imagen del clásico avaro almacenando cada moneda como si fuera un tesoro mientras vive como un desgraciado. Es la representación del espíritu mezquino y negativo, de la ansiedad y la amargura. Esfuércese por alejar de usted cualquier rasgo que le recuerde esa imagen. Ninguna persona así puede alcanzar ni un solo gramo de felicidad porque envenena el aire a su alrededor con sus emanaciones de negatividad.

Haga un recuento mental de las personas más felices que conozca. Y también repase la lista de las personas desgraciadas, las que parecen soportar una maldición sobre sus hombros. Muchas veces quienes constantemente hablan de la muerte, la enfermedad, el dolor y la desdicha viven inmersos en ello. Quizá conozca a un tipo de persona que no ambiciona nada, que valora el aire puro, el sol, la brisa y una nube preciosa que cruza por el cielo luminoso. Esa suele ser una persona feliz y completa a la que la vida otorga sus regalos a pesar de que no los codicie. No lleve el odio a su casa Recuerde cómo se siente cuando entra en contacto con una persona triste, repetitiva, aburrida, seca, pesada, insistente, negativa o pesimista. ¡Acaba por contagiarle toda su carga de negatividad! En cambio, qué bien nos sentimos después de hablar con alguien que encarna el espíritu mismo de lo positivo y el optimismo. ¡Nos infunde un montón de esperanza y de fe en el futuro! Lo mismo ocurre con las energías de su casa. En cuanto usted penetra en casa cargado de pesimismo, abrumado por los problemas y odiando al mundo, está llenando su casa de todo eso. Estoy segura de que no querrá vivir rodeado de



semejante marasmo de negatividad. Así que antes de abrir la puerta de su casa deténgase, respire hondo tres veces, quítese los zapatos si le parece bien —es una fantástica costumbre en algunos países europeos y en Oriente— y entre en su hogar agradecido por contar con este refugio cargado de energía positiva donde podrá hallar la solución a sus problemas.



Sobre la autora Amy Michelena descubrió el Feng Shui en 1999, a través de su pasión por el interiorismo y le cautivó de inmediato, porque desde niña se había sentido interesada por las filosofías orientales. Periodista de profesión con una larga trayectoria en prensa diaria y suplementos semanales, compagina esta actividad con sus otras pasiones: sus dos hijas, la escritura, la decoración y por supuesto el Feng Shui. Entusiasta siempre con la idea de seguir aprendiendo y mejorando en lo personal y en lo profesional, acaba de adentrarse en el infinito universo de internet y en 2010 ha

estrenado su página web sobre Feng Shui —www.fengshuifacil.com— y un blog —fengshuifacil.com/blog— en el que irá dejando sus ideas, tips, reflexiones y consejos de Feng Shui para que vayamos mejorando, día a día, la energía que nos rodea. En su afán por hacer accesible el Feng Shui a toda clase de personas de habla hispana, ha comenzado a publicar e-books prácticos y asequibles sobre los aspectos del Feng Shui más demandados. Empezando por éste que tiene en sus manos —Feng Shui para enamorar—, la serie proseguirá abordando temas como la riqueza o la salud, hasta culminar con un completo curso práctico de Feng Shui. Si desea ponerse en contacto con ella para contar su caso personal, sugerir ideas para sus próximas publicaciones o plantear cualquier duda, hágalo a través de la dirección de correo electrónico [email protected] Feng Shui para Enamorar

Créditos

El texto, los planos, las tablas y los gráficos pertenecen a Amy Michelena

Las fotografías pertenecen a:

Alicia Mitxelena (página 64)

Amy Michelena (páginas 5, 9, 21, 22, 38, 39, 40, 41, 43, 45, 48, 49, 50, 51, 55, 56, 58, 59, 61, 65 y 73)

Arantxa Mitxelena es la autora del cuadro ‘Jardín de Euripe’ en la página 52

Arvind Balaraman (página 8 - foto 2)

Dan (página 10)

Djcodrin (página 9 - foto 1)

Gustav Klimt es el autor del cuadro ‘El Beso’ en la página 36

José Antonio Vázquez (portada y páginas 4, 63, 68 y 70)

Pablo Ruiz Picasso es el autor del cuadro ‘Mujer leyendo’ en la página 27

Paul Brentnall (página 8 - foto 1)

Pierre Auguste Renoir es el autor del cuadro ‘Baile en Bougival’ en la página 67

Yun Shou-p'ing es el autor del cuadro ‘Peonías’ en la página 42

Feng shui para enamorar

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