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    HOR CIO

    C PEL

    M RIO

     R Y

    M NOLIT

    RUNET

    JULI

    MELCON

    FR NCESC N D L

    LUIS

    URTE G

    K

    S NCHEZ

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    2/123

    Lo

    libro

    de

    geograffa

    y

    sus

    autores

    121

    itinerarios

    descriptivos

    sobre

    Esp

    ana

    0

    sus

    regrories,

    coma

    el

    de

    Labor

    de(29)

    0

    el

    de Tom

    as Bertran

    (30)

    .

    Los

    autores

    No

    podemos

    en un estudio coma

    éste hacer

    un

    analisis

    exhaustivo

    del

    perfil

    sociologico

    de

    los

    autores

    de

    obras de texto

    para

    la

    ensefianza

    de

    la

    geografia

    en

    la

    primera

    mitad

    del

    siglo

    XIX. Por

    un lado

    superaria

    los

    limites

    de

    nuestro

    empefio;

    por

    otro,

    carecemos

    de

    la

    inforrnacion

    de

    base

    necesaria

    que

    podria proporcionar

    un buen

    diccionario

    biogra

    fico

    nacional,

    hoy

    inexistente.

    Incluso, pese

    al

    avance

    que supone

    la

    publicaci6n

    de

    alguna

    obra

    recienter ,

    la

    historia

    intelectual

    de

    la

    Es

    pana

    del

    XIX,

    esta

    atm en buena

    medida

    por

    realizar. No

    obstante,

    al

    hilo

    de nuestra

    indagaci6n

    hemos

    podido

    recoger

    una nutrida

    informa

    ci6n

    biografica

    sobre

    los

    redactores

    de

    textos

    de

    geografia

    (ver

    Apéndi

    ce no

    I),

    que

    yale

    la

    pena

    considerar.

    Entre

    1814

    y

    185710calizamoscasi

    un

    centenardeautores

    quereali

    zaron

    obras

    de

    geografia

    para

    la

    ensefianza.

    De ellos menos de

    la

    décima

    parte

    son

    extranjeros'V',

    Mas

    de i

    50

    por

    ciento

    enfocaron

    su

    trabajo

    hacia

    los

    textos

    de ensefianza

    primaria;

    entre

    los restantes

    predominan

    los

    dedicados

    a

    los n ive les

    secundarios

    de

    la

    docencia . Hemos

    de

    admitir

    que

    nuestra

    pesquisa

    puede

    ser

    incompleta.

    A la

    dificultad

    de

    encon trar

    fuentes

    fiables

    para

    este

    periodo,

    se

    afiade

    el hecho

    de

    que

    algunos

    auto

    res ocultasen

    su

    personalidad

    tras

    seud6nimos.

    Este es

    el

    casa de

    Pedro

    Felipe

    Monlau, que

    utiliz6

    el

    seud6nimo

    de

    Felipe

    Londero en

    varias

    de

    sus

    obras(33),

    concretamente en la

    Geografia

    astronomica

    0

    elemen

    tos

    de

    Geografia

    matemdtica

    (Barcelona, 1831).

    Y también

    el del

    presti

    gioso

    poeta

    Juan

    Nicasio

    Gallego(34)

    que

    se

    ocult6

    tras

    el

    nombre de

    José

    Ulanga y Algocin

    para

    f irmar

    su

    Manual

    geogrdfico

    0

    compendio

    de

    Geografia

    Universal

    (Barcelona,

    1828)

    que

    fue declarado

    obra de

    te x

    to

    para

    la

    ensefianza

    primaria.

    (29)

    (30)

    (31)

    (32)

    (33)

    (

    34)

    It inerario

    descriptivo

    de

    las

    Provincias

    de

    Espana y

    de

    sus

    islas

    y

    posesiones

    en el Medite

    rrdneo

    ,

    traducciôn

    libre

    dei

    que

    publiee

    en fra nc és A .

    de Laborde

    ...

    (segùn

    Serrano

    Mora

    les esta

    primera

    traducciôn

    se debe

    al P. Jaime

    Villanueva), Madrid,

    1815;

    traducida

    po r

    D. Mariano

    Cabrerizo,

    Valencia,

    Morn

    p

    liè

    , 1816;

    2a

    e

    diciôn

    :

    Valencia,

    José Ferrer

    de

    Orga,

    1826.

    It inerario

    descrip

    tivo

    de

    Ca

    ta

    lu

    fia. Obra util

    a

    lo s

    viajeros

    y

    a

    lo s militares

    y

    también a

    lo s

    na

    tu ra

    les

    de i

    pa

    ïs,

    Barcelona, Imprenta

    de

    Oliveres

    H.,

    1847.

    Fn

    tr e

    otros,

    puede

    consultarse

    F.

    VILLACORTA,

    1980.

    No

    siempre

    he mos

    podido

    encontrar

    la

    procedencia geografica

    de

    los

    autores

    que

    aquf

    t ra tamos. De

    los

    que

    hemos

    podido

    saber

    noticias resulta

    que:

    seis nacieron en

    Catalufia,

    cinco

    proceden

    de

    Castilla,

    tres de

    Andalucia,

    dos

    de

    Aragon,

    do s

    de

    Galicia,

    uno de

    M ur

    cia,

    uno de

    Canarias,

    uno

    dei

    Pals

    Vasco,

    uno de Valencia

    y

    uno nacido

    en

    La

    Haba

    na.

    De

    los

    autores extr

    anjer

    os ,

    cinco

    son

    franceses,

    uno

    i tal iano

    y

    otro

    inglés.

    Corno

    pue

    de

    verse,

    y

    exce�tuando

    a

    los

    extranjeros,

    la

    procedencia geogrâfica

    es

    muy

    diversa,

    aunque

    como es

    logico

    ?ado

    el

    peso

    de

    m

    ogr

    afico de

    Madr id

    y

    Barcelona,

    Cataluf ia

    y

    Cas

    tilla

    anor

    ta n el

    mayor

    numero

    de

    autores.

    Sobre la

    pasmosa

    inclinaciôn

    dei

    higieniesta

    P.F. Monlau

    a

    ocultar su verdadera

    persona

    l idad debe

    consultarse a

    A.

    RAMSPOTT

    y

    J.

    MALUQUER

    DE

    MOTES,

    1976.

    cer ca de este

    punta

    véase

    el

    trabajo

    de

    A. K.

    SHIELDS,

    1940.

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    122

    Ciencia

    para

    la

    Burguesia

    De este

    grupo

    de au

    tores,

    mas

    de un

    70

    por

    ciento desarrolla

    su

    acti

    vidad

    duran te

    el

    reinado de

    Isabel

    II .

    Esto

    tiene facil

    explicaci6n

    si

    tene

    mos

    en

    cuenta

    el

    marco

    historiee de

    las

    primeras

    décadas de

    la

    pasada

    centuria.

    Tras la

    relativa

    estabilidad

    de

    la

    etapa

    final

    de

    la

    Ilustraci6n,

    marcada

    ya

    por

    un

    cierto

    conservadurismo

    anti-revolucionario

    en el

    plano

    cultural

    y

    cientffico,

    la

    guerra

    de

    la

    Independencia

    y

    el

    reinado

    de

    Fernando VII

    suponen

    un

    colapso

    total

    de la

    actividad

    cient

    ïfica

    en

    nuestro

    pais.

    Exceptuando

    el

    breve

    parén

    tesis

    del

    Trienio

    Liberal,

    la

    Espafia

    que

    tiraniza el

    Deseado

    es una

    auténtica

    ruina

    cultural.

    La

    cien

    cia,

    coma

    actividad

    organizada

    dej6

    de

    existir,

    truncandose la

    tradici6n

    ilustrada

    que

    qued6

    sin

    con

    tinuadores;

    se

    cortaron

    los

    lazos

    con la

    cul

    tura

    europea

    debido

    a

    las

    prohibiciones

    y

    cortapisas

    que

    pesaron

    sobre

    la

    difusi6n

    de

    revistas

    e

    impresos

    extranjeros.

    La

    ideologia

    liberal

    y el

    talante

    critico

    de

    la

    intelectualidad

    fueron

    reprimidos

    sin

    contemplacio

    nes. Las

    universidades

    se

    desorganizaron

    y

    la

    ensefianza

    en los

    niveles

    in

    feriores

    qued6

    en

    manos

    de la

    Iglesia,

    atrincherada

    en

    posiciones

    cada

    vez

    mas

    conservadoras.

    Si

    a

    esto

    unimos

    el

    desastre

    econ6mico,

    la

    desorganizaci6n

    social

    y

    las

    fuertes

    tensiones

    poIiticas

    de

    la

    época

    ten

    dremos

    una

    imagen

    aproximada

    del

    diffcil

    marco

    que

    ofreci6

    el

    primer

    tercio

    del

    siglo

    XIX

    para

    el

    cultivo de

    la

    ciencia

    y

    su

    difusi6n.

    Retengamos

    dos

    elementos de

    este

    triste

    panorama, que

    afectan

    di

    rectamente

    a

    los

    cultivadores

    de

    la

    geografia.

    En

    primer

    lugar,

    la

    con

    yuntura

    politica.

    El

    reinado de

    Fernando

    V II

    discurre

    en un

    largo

    enfrentamiento

    entre

    absolutistas

    y

    liberales. En

    este

    contexto

    politico

    cierto

    numero de

    los

    au

    tores

    de

    te x

    tos

    de

    geografia

    adoptaron

    posturas

    comprometidas

    con

    los

    acontecimientos,

    tomando

    partido por

    una

    u

    otra

    tendencia,

    hecho

    que

    m

    arcara

    sus

    vidas

    e

    influirâ

    en

    sus

    obras. Al

    gunos

    de

    ellos

    adoptaron

    una

    decidida

    actitud

    progresista, que

    les

    en

    frent6

    directamente

    a

    la

    represi6n

    del

    absolutismo. Un

    casa

    extremo es

    el de el

    gran

    ge6grafo

    ilustrado

    Isidoro de

    Anti1l6n,

    que

    fuc

    miernbro

    de

    la

    Junta

    de

    Defensa

    contra

    la

    invasi6n

    francesa.

    En

    1809

    Antill6n

    fund6

    con

    Quintana

    el

     Seminario

    Patriotico

    (que pasa

    por

    ser

    el

    primer

    pe

    ri6dico

    pol

    itico

    espaüol).

    De

    su

    talante

    liberal

    nos

    habla

    claramente

    su

    pionera

    disertaci6n

    en

    la

    Academia de

    Derecho

    contra

    la

    esclavitud de

    los

    negros, y

    su

    pugna

    por

    abolir

    la

    pena

    de

    azotes

    en

    las

    escuelas.

    Elegi

    do

    diputado

    para

    las

    Cortes de

    Càdiz

    en

    1813,

    Anti116n

    fue

    encarcelado

    y

    victima

    de

    malos

    tratos

    muriendo

    un

    afio

    después.

    Para

    darnos una

    idea

    del

    encono

    y

    cainismo

    de

    las

    luchas

    politicas

    de

    la

    época,

    basta

    citar

    el

    hecho

    de

    que

    en

    1823

    una

    partida

    realista

    desenterrase

    y

    quemase

    los

    restos

    de

    su

    cadaver(35).

    Otros

    autores,

    que

    contribuyeron

    al

    quehacer

    geogrâfico

    y

    redactaron

    obras

    de

    texto,

    sufrieron

    asimismo

    exilios

    y

    persecuciones

    por

    su

    ideologia

    politica.

    Gabriel Ciscar

    y

    Ciscar,

    que

    llego

    a ser

    regente

    entre

    1810

    y

    1814,

    fue

    encarcelado

    por

    Fernando

    V II

    a

    su

    (35)

    La

    macabra

    h

    az afia

    contra

    lo s restos de An tillôn

    apenas

    fu e

    re p

    ar

    ada

    26

    afios

    mas

    tarde

    por

    Isabel

    II , que

    concediô

    a

    la viuda de

    éste una

    pensi6n

    vitalicia

    y

    el

    tït

    ulo

    de

    con

    desa

    de

    Antillôn

    (DICCIONARIO

    ESPASA-

    CALPE,

    s.

    d.,

    To m

    o

    V, pâgs.

    778-779).

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    DOS

    INSTRUCCIONES

    QUE

    SE

    PH

    OTEJEN

    l

    1

    -

    ,

    ..

    1

    U

    Fig.

    13. La

    depauperada situaciôn de

    los

    maestros de

    escuela

    dia

    lugar

    a

    grabados

    en

    los

    q i

    satirizaba el

    penoso

    estado

    de

    la

    educaciôn.

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    124

    Ciencia

    para

    la

    Burguesia

    regreso

    a

    Espafia

    y

    confinado

    hasta

    1820.

    Juan

    Nicasio

    Gallego

    (que

    co

    mo

    autor de

    obras de

    geografia

    hay

    que

    identificar

    como José

    U1anga)

    también

    fue

    arrestado

    por

    el

    absolutismo

    femandino,

    teniendo

    que

    exi1arse

    en

    Montpellier.

    También

    Fermin

    Caballero,

    que

    era

    miembro

    del

    partido

    liberal,

    tuvo

    que

    abandonar

    Madrid

    en

    1823

    y

    no

    regres6

    hasta

    la

    muerte

    de

    Fernando

    VII.

    Resulta

    facil advertir

    c6mo

    los

    vaive

    nes

    politicos

    1esionaron

    la

    posibilidad

    de

    proseguir

    la obra

    iniciada

    por

    la

    Ilustracion,

    En

    segundo

    lugar,

    debemos

    tener en

    cuenta la

    estructura

    organizati

    va de la

    actividad

    cientifica

    y

    docente.

    Esta,

    salvo

    en

    contadas

    excepcio

    nes,

    simplemente

    no

    existia en

    el

    primer

    tercio

    del

    siglo

    XIX.

    Muchas

    instituciones

    cient ïficas

    desaparecen,

    otras

    llevan

    una

    languida

    vida

    entre

    el

    desamparo

    oficial

    y

    la

    voluntad

    de

    unos

    pocos

    para

    seguir

    trabajando.

    La

    actividad

    educativa

    adolece

    asimismo

    de

    graves

    problemas

    de

    desor

    ganizaci6n

    e

    improvisaci6n.

    Al

    considerar el

    conjunto

    de

    autores de

    obras

    de

    texto de

    geografïa

    en es os

    anos,

    10 mas

    significativo

    no

    es

    ya

    la

    ausencia

    de

    ge6grafos

    profesionales

    -que

    no

    apareceran

    coma

    corpo

    raci6n

    hasta

    el

    siglo

    XX-

    sino

    que

    muchos

    de

    ellos

    ni

    siquiera

    tenian

    coma

    dedicaci6n

    principal

    la

    docencia.

    Las

    profesiones

    de

    los

    redacto

    res de

    textos de

    geograf

    ïa

    forman

    un

    grupo

    realmente

    heterogéneo.

    asi,

    podemos

    encontrar

    religiosos

    (6),

    profesores (4),

    pedagogos (3),

    pol

    iti

    cos

    (3),

    escritores

    (3),

    periodistas

    (2),

    poetas

    (2),

    matematicos

    (2),

    abo

    gados

    (2),

    y

    también un

    médico,

    un

    marino,

    un

    historiador,

    un

    gramatico,

    un

    literato

    y

    un

    ge6grafo

    -el

    ya

    citado

    Isidoro

    de

    An

    ti1l6n-. No

    resulta

    nad a

    facil

    encuadrar

    a

    este

    abigarrado

    conjunto.

    En

    élla

    predominan,

    seguramente,

    los

    temp

    oreros de

    la

    divulgacion,

    es

    decir,

    un

    género

    de

    intelectual con

    una

    informaci6n

    relativamente

    amplia

    y

    sin

    excesiva

    autoexigencia

    respecto

    a

    la

    originalidad

    de

    su

    aportaci6n, que

    por

    razo

    nes de

    oportunidad

    se

    aplica

    a

    confeccionar

    alguna

    obra

    de

    texto. Su

    dedicaci6n a

    la

    geo

    grafïa

    es

    epis6dica y

    esta

    relacionada

    con

    aficiones

    personales,

    con

    azares

    profesionales

    0

    con

    mandatos

    imperativos

    de

    los

    superiores.

    La

    mayor

    ïa

    pertenecen

    al

    nutrido

    ejército

    de

    los

    eruditos

    humanistas,

    y

    algunos

    seguramente

    se

    vieron

    obligados

    a

    coger

    la

    pluma

    acuciados

    por

    necesidades

    econ6micas

    nada

    envidiables.

    La

    relaci6n

    tradicionalmente

    aceptada

    entre

    geografïa

    e

    historia

    y

    la

    asociaci6n

    de

    estas dos

    materias

    en las

    catedras

    de

    ensefianza media ex

    plican

    que

    aparezcan

    un

    gran

    numero

    de

    autores

    con

    manuales

    de una

    y

    otra

    asignatura.

    Es

    el

    casa

    del

    Padre

    Florez 0

    de

    Tomas de

    Iriarte

    entre

    los

    autores mas

    antiguos; y

    los de

    Patricio

    Palacio,

    Bernardo

    Monreal

    y

    ,Ascaso

    0

    el

    catcdratico

    de

    geograf'ïa

    e

    historia

    de

    la

    Universidad

    de

    La

    Habana

    José

    Marïa de

    la

    Torre,

    entre

    los

    que

    realizaron su

    obra

    después

    de

    la

    Guerra

    de

    la

    Independencia.

    Pero la

    amplia

    demanda

    existente

    de

    libros

    de

    texto

    y

    la

    escasa

    exigencia

    del

    publiee

    consurnidor

    decidieron

    a

    algunos

    -no

    sabemos

    si

    con

    mayores

    conocimientos

    0

    menores

    escrù

    pulos-

    a,

    emprender

    la

    realizaci6n

    de

    manuales

    sobre

    las

    mas

    diversas

    materias.

    Es el

    casa

    del

    escolapio padre

    Juan

    Cayetano

    Losada

    de la

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    6/123

    Lo

    l ibro

    de

    geografia

    y

    su s

    autores

    125

    Virgen

    del

    Carmen,

    au

    to r

    de un

    difundido

    tratado

    de esfera

    y geograf'ïa

    universal,

    y

    que

    realizo

    también

    unos elementos de

    poética,

    un manual

    de

    cronologfa,

    otro de

    historia

    y

    otro de

    aritmética,

    ademàs

    de

    un

    die

    cionario

    latino-espanol,

    todo

    ello

    para

    uso

    de

    los

    colegios

    de

    los

    es

    cola

    pios.

    También

    el

    del

    Abate

    Inocencio

    Maria

    Riesco-Le

    Grand

    que

    se

    movio

    en el

    resbaladizo

    campo

    situado

    entre los

    pron6sticos

    astrol6gicos

    y

    la

    redacciôn

    de textos

    de

    l6gica,

    aritmética

    y

    geografia.

    El de Juan

    Miro,

    autor

    de un

    Compendio

    de

    geograf

    ïa,

    un manual

    para

    ninos,

    un

    curso de

    mitologïa

    para

    universidades

    e

    institutos,

    una

    cartilla

    métrico

    monetaria

    y

    un

    cuadro

    sin6ptico

    de

    la

    ortograffa

    castellana.

    0 el dei

    sevillano

    José

    Herrera

    Davila,

    que

    entre

    1827

    y

    1830

    public6

    en

    Sevilla

    una

    serie

    de

    textos dedicados a

    la

    enseüanza de

    cuestiones ta n

    diversas

    como

    la economia

    politica,

    la

    aritmética,

    la

    cronolog ïa,

    las

    antigueda

    des

    griegas

    y

    romanas,

    la

    biograf'ïa

    antigua,

    la

    industria

    rural

    y

    dornésti

    ca ,

    la

    geografra general

    y

    de

    Espana,

    la historia deI

    imperio chino,

    la

    mitolog ïa,

    la

    heraldica,

    la

    gramatica

    castellana,

    la

    moral,

    la

    logica,

    la

    retorica

    y

    poética

    y

    la

    historia

    naturalv= .

    Aunque

    quizas

    el

    casa

    mas

    espectacular

    fue el

    deI

    catalan

    Esteban

    Paluzie

    y

    Cantalozella

    que

    a

    par

    tir

    de 1835

    redacto

    0

    plagi6

    una

    gran

    can

    tidad

    de

    textos

    escolares con

    los

    que

    fundo

    una

    casa

    editorial

    que

    ha

    continuado

    sus

    ediciones

    hasta

    el

    siglo

    XX.

    Al

    lado

    de

    estos

    autores

    hay

    sin

    duda otros

    cuy

    as

    incursiones

    en

    el

    campo

    de

    la

    geografia

    se

    hacen

    desde

    una solida

    forrnacion cient ïf ica.

    Es

    el

    caso,

    sobre

    todo,

    de

    figuras

    coma Isidoro

    de Anti1l6n

    (1778-1814),

    que

    desde

    su catedra

    del

    Seminario

    de Nobles

    de

    Madrid

    realiz6

    una

    fecunda tarea de

    ensenanza de la

    geograf'ïa

    y

    elaboraci6n

    de libros de

    texto

    y

    de

    mapas

    para

    la

    docencia;

    del

    catedratico

    de

    Maternaticas

    de

    la

    Universidad

    de Salamanca Juan

    Justo Garcia

    (1752-1830),

    que

    después

    de

    haber

    publicado

    unos valiosos

    Elementos

    de

    Aritmética.

    Algebra

    y

    Geometrïa

    (Madrid,

    1782)(37)

    dedico

    el

    tiempo

    que

    le

    dejaba

    su

    jubi

    laci6n forzosa

    de

    la

    catedra a

    la

    redacci6n

    de

    unos

    Nuevos

    Elementos

    de

    Geografia

    (1818);

    0

    el

    de José

    Mariano

    Vallejo,

    (1779-1846),

    catedratico

    de

    Maternaticas

    del

    Seminario de

    Nobles de Madrid

    y

    una

    de

    las

    figuras

    fundamentales de

    la

    renovaci6n

    cientifica

    y

    pedagogica

    emprendida

    tras

    la

    muerte de

    Fernando

    VII(38).

    A otro nivel mas

    modesto,

    es

    también

    el

    casa

    de l

    historiador

    manresano José

    Maria

    de Mas

    y

    Casas

    (1803-

    1883)

    que

    abord6

    la

    realiz

    acion de

    su

    Curso

    completo

    de

    Geografïa

    (1834)

    apoyado

    en un

    solide

    y

    sostenido interés

    por

    las

    cuestiones na

    turales.

    Pero,

    en

    general,

    dei

    mismo

    modo

    que

    en otros

    campos

    de i

    saber,

    debi6

    predominar

    mas

    la

    oportunidad

    que

    la

    profesionalidad

    ;

    y

    ello

    no

    s

    nada

    ex

    trafio

    en

    un

    momen to de

    incipiente especializaci6n

    de los

    (36)

    (37)

    Véase re l ac

    io n

    de

    las

    obras de

    estos

    autores en

    Bibl

    iog

    raf'ia.

    Lo s Etementos

    de,

    J. J.

    Garda

    han si do

    valorados

    muy

    positivamente

    por Santiago

    G AR M A

    (1980, pag. 66)

    que

    destaca

    su

     profundo

    conocimiento

    de

    la

    mate

    ria

    y

    de

    los

    problemas que

    planteaba .

    Segûn

    él

    J. J.

    Garcia  debiô de

    hacer

    un

    esfuerzo

    considera

    ble

    y

    un buen

    trabajo

    para

    poder lIegar

    a

    la

    claridad de

    conceptos expuestos

    en su

    obra

    Sobre

    este

    autor véase

    tarnbién

    CUESTA

    DUTARI

    1974.

    .

    Sobre

    José Mariano

    Vallejo

    véase

    GARMA,

    197.

    '

    (38)

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    7/123

    126

    Ciencia

    para

    la

    Burguesia

    saberes

    y

    de

    ausencia

    0

    debilidad

    de

    las

    corporaciones

    cientificas

    profe

    sionales.

    En

    el

    segundo

    tercio

    del

    siglo,

    aunque

    la

    situacion

    no

    cambia

    radi

    calmente,

    el

    panorama

    cient ïfico

    y

    cultural

    es

    ya

    mas

    esperanzadortê? .

    El

    reinado

    de

    Isabel

    II

    se abre

    con

    el

    regreso

    de

    los

    exiliados

    liberales

    que

    pueden

    aportar

    su

    experiencia

    y

    conocimientos a

    la

    reconstruccion

    intelectual

    del

    pais.

    Se

    autoriza

    la

    traduccion

    de

    numerosas

    obras

    ex

    tranjeras,

    se

    editan

    nuevas

    revistas

    y

    las

    Academias

    y

    corporaciones

    cient

    ificas

    inician una

    nueva

    andadura.

    Pero,

    sobre

    todo,

    en este

    periodo

    la

    burguesia

    procede

    a

    la

    reorganizacion

    del

    aparato

    educativo(40)

    segûn

    una

    nueva

    concepcion

    de

    la

    ensefianza.

    Especialmente,

    en

    la

    ensefianza

    media

    se

    inicia

    una

    progresiva

    profesionalizacion y

    especializacion

    del

    personal

    docente,

    que

    encuentra

    en

    la

    docencia

    una

    via

    segura

    y

    estable

    para

    desarrollar

    su

    carrera.

    Esto

    ultimo

    implica

    un

    cambio

    considerable

    en el

    colectivo

    de

    autores de

    obras

    geograficas.

    Por

    un

    lado

    se

    amplia

    la

    demanda

    de

    libros

    de

    texto,

    y

    al

    tiempo

    creee el

    numero

    de

    los

     converses

    por

    la

    geografia.

    Por

    otro,

    el

      intrusismo

    profesional

    de

    las

    décadas

    anteriores se

    reduce

    significativamente.

    En

    el

    segundo

    tercio

    del

    XIX

    aün

    encon

    tramos

    abogados,

    médicos

    0

    religosost+l

    '

    afanados

    por

    la

    difusion

    de la

    geografia

    en

    la

    ensefianza,

    pero

    su

    proporcion

    es

    insignificante

    comparada

    con

    el

    numero

    de

    profesores,

    que

    representan

    mas

    del

    70

    por

    ciento.

    La

    docencia

    pudo

    resultar

    un

    terreno

    atractivo

    para

    gentes

    de

    muy

    distinta

    formacion.

    Como

    ejemplo

    de

    ello

    puede

    aducirse la

    trayectoria

    de J.

    Maria

    Anchoriz de

    Sagaseta,

    que

    después

    de

    ejercer

    coma

    abogado

    de

    prestigio,

    se

    dedico

    a

    la

    ensefianza,

    desempefiando

    catedras

    en

    Ovie

    do,

    Valencia

    y

    Zaragoza.

    En el

    periodo

    isabelino,

    la

    actividad

    editorial

    relacionada

    con

    las

    clases

    de

    geografia

    se

    convierte

    progresivamente

    en

    un

    campo

    dominado

    por

    autores

    que

    aün

    careciendo

    de

    una

    formaci6n

    cientifica

    especializada

    pudieron

    aportar

    su

    experiencia

    pedag6gica

    y

    didactica.

    (39)

    (40)

    ( 41)

    P.

    GONZALEZ

    BLASCO,

    1.

    JlMENEZ

    BLANCO

    y

    1. M .

    LOPEZ

    PINERO,

    1979.

    J.

    L.

    PESET,

    S.

    GARMA

    y

    1. S.

    PEREZ

    GARZON,

    1978.

    Entre

    estos

    profesionales

    hay

    que

    citar

    a

    abogados (5),

    religiosos

    (3),

    médicos

    (2),

    politrcos

    (2)

    y

    un novelista. E l

    resto son

    profesores.

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    8/123

    CAPITULO

    IV

    EL

    CONCEPTO

    DE

    GEOGRAFIA

    y EL

    CONTENIDO

    DE

    LAS

    ENSENANZAS

    La

    geografia

    -que

    segun

    Varenio es la ciencia de la

    Tierra

    que

    trata

    de

    la

    cantidad-

    fue

    considerada durante toda

    la

    edad

    modema

    coma

    una ciencia matem atica

    mixta, y

    coma

    ta l

    explicada

    en

    bis catedras

    de

    matématicas. A

    10

    largo

    del

    siglo

    XVII I

    y

    primera

    mitad

    de l

    XIX,

    sin

    em

    bargo,

    la

    aparici6n

    de

    ciencias

    especializadas

    de

    la

    Tierra

    y

    la

    identifi

    caci6n crecien

    te

    de

    la

    geografia

    con

    la

    parte

    descriptiva

    condujo

    a un

    di

    vorcio

    entre

    geograf'ïa

    y

    maternaticas,

    particularmente

    clara

    en

    las

    insti

    tuciones

    cientïficas

    de

    rango

    superiorvU.

    No

    ocurri6

    10

    mismo

    en

    los

    niveles

    basicos

    de

    la

    ensefianza; aunque,

    sin

    duda,

    existen

    buen

    numero

    de

    hechos

    que

    demuestran

    esta

    misma

    direcci6n en

    la

    evoluci6n de

    la

    geograf

    ïa

    escolar desde

    finales

    del

    siglo

    XVIII(2).

    La

    presencia

    de

    esta

    disciplina

    en la

    ensefianza

    primaria

    y

    se

    cundaria,

    y

    la

    ausencia en éllas

    de

    otras materias

    coma la

    astronomia,

    obligaba

    a

    que

    los

    conocirnientos referentes

    a

    la

    estructura

    del

    universo

    y

    al

    estudio

    de

    la

    Tierra

    coma

    un

    astro

    tuvieran

    que

    impartirse

    a

    través

    de

    la

    geograf

    ïa

    y

    en concreto

    de

    su

    parte

    astron6mica

    y

    matem

    atica.

    Por

    esta

    razon

    esos

    conocimientos

    -que

    eran

    ya

    objeto

    de

    ciencias

    espe

    cializadas

    coma

    la

    astronom

    ïa

    0

    la

    geodesia-

    y

    los

    referentes

    a

    la

    cons

    trucci6n

    de

    mapas

    -que

    bien

    pronto

    constituir

    ïan

    el

    objeto

    de

    una

    ciencia

    nueva:

    la

    cartografla-

    te n

    ïan

    que

    ser

    ensefiados coma

    conoci

    mientos

    geogrâficos.

    Por

    ello,

    la

    geografia

    astronomica

    y

    m atematica

    se

    mantuvo

    coma

    parte

    de la

    geografia,

    y

    aparece

    desarrollada,

    casi sin

    excepcion

    en

    los

    manuales

    generales

    de esta

    ciencia durante

    el

    siglo

    XIX.

    010 hacia

    mediados

    del

    siglo

    se

    hace

    sensible

    una

    tendencia,

    anunciada

    desde

    afi

    os

    atrâs,

    hacia

    la

    separaci6n

    de

    esta

    parte

    tradicional

    de los

    con

    tenidos

    de

    esta

    disciplina.

    (1)

    APEL,

    1981

    y

    1982.

    (2)

    'APEL,

    La

    Geograf

    ia

    en

    [os

    e

    xdm enes

    p

    ublico

    s,

    1981.

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    9/123

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  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    10/123

    El

    concepto

    de

    geograf'ia

    y

    el contenido

    de las ensefianzas

    129

    La

    definiciôn

    y

    divisiones

    de

    la

    geografia

    Normalmente

    la

    geografia

    era

    definida,

    de

    acuerdo

    con

    su

    etim olo

    gia,

    coma

      la

    ciencia

    que

    tiene por

    objeto

    la

    descripci6n

    de

    la

    Tierra

    (3)

    .

    En

    cualquier

    caso,

    los

    ge6grafos aceptaban,

    en

    general,

    que

    la

    descripci6n

    ten

    ïa

    unas

    exigencias

    m uy

    precisas.

    En

    efecto,

    coma

    escribe

    Francisco

    Verdejo

    Paez tras

    proporcionar

    una

    definici6n

    de l

    tipo

    anterior,

     des

    cribir

    la Tierra es

    formar el

    cuadro razonado:

    1

    0,

    de

    los

    objetos que

    tienen relaci6n con

    ella;

    2°,

    de

    los

    que

    constituyen

    su

    masa;

    y

    de

    los

    que

    pueblan

    su

    superficie (4).

    Algo

    s e m e

    jante

    afirma

    Bernardo

    Monreal

    y

    Ascaso cuando escribe

    que para

    hacer la

    descripci6n

    de

    la Tierra  es

    necesario considerarla

    también

    segùn

    su

    relaci6n

    con

    los dem

    às

    cuerpos

    celestes

    y

    segun

    su

    naturaleza'

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    11/123

    130

    Ciencia

    para

    la B

    urguesia

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    ,1'

    Fig.

    15.

    Otro

    ejemplo

    de los

    conocimientos

    geométricos

    incluidos

    en

    los

    manuales de

    geogra

    fia.

    Lamina

    de

    la obra

    de

    Joaquin

    Palacios

    y

    Rodriguez

    (1850).

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    12/123

    El

    concepto

    de

    geografia

    y

    el

    contenido

    de las ensefianzas

    131

    :gllesÎa

    de

    esta

    ciencia con

    el

    de

    la

    geografïa

    fisica

    y

    que

    cont6

    con

    importantes

    representantes

    en

    el

    pasado.

    No

    obstante,

    desde

    el

    siglo

    XVII I

    la

    geograf'ïa

    se

    identifiee crecien

    temente,

    coma

    se

    ha

    dicho,

    con

    la

    descripci6n

    de

    pa

    ïses.

    Algunas

    defini

    ciones

    dadas

    en

    el

    siglo

    X IX

    destacaban

    precisamente

    este

    rasgo y

    10

    convertian

    en

    esencial.

    Cuando

    Tomas

    de Iriarte escrib (a en

    su

    obra

    que

    la

    geografia

    era

      la

    descripci6n

    de

    los

    varios

    pafses

    de

    la

    Tierra'X' ,

    esta

    ba

    explicitando

    una

    concepcion

    corografica

    que adquirïa

    creciente

    im

    portancia

    y

    que

    tendr

    ïa

    luego

    un

    gran

    futuro en

    el

    siglo

    XIX.

    Otros

    au tores a 10

    largo

    de esta centuria fueron

    afirmando una

    concepci6n

    que

    podriamos

    denominar

    ritteriana,

    al considerar la

    Tierra

    coma

    el teatro

    de

    la

    vida

    humana, y

    se

    interesaban sobre

    todo

    por

    esos

    aspectos

    an tro

    picos:

     Geografia

    es

    la

    ciencia

    que

    se

    ocupa de l

    estudio

    y

    descripci6n

    de la Tierra considerandola

    especialmente

    coma

    mansi6n

    del

    hombre

    escribi6 Palacios

    y

    Rodriguezv'vl.

    En

    esta

    lrnea,

    algu

    nos

    acentuaban

    todavïa

    mas

    los

    aspectos

    humanos

    y

    convert ïan

    a

    la

    geograf'ia

    en una

    especie

    de

    an

    tropologïa

    0

    de ciencia

    politica.

    Es

    el

    casa

    del

    poeta

    Juan

    Nicasio

    Gallego,

    bajo

    el

    pseud6nimo

    de José

    Ulanga

    y Algocin,

    que

    la

    define

    coma   la ciencia

    que

    da

    a

    conocer

    los

    diferentes

    païses

    de l

    mun

    do

    y

    su

    gobierno {ll);

    0 el

    de

    Jo

    aqu

    ïn

    Canga

    Argüelles, que

    estima

    que

    sus

    objeto

    es

     describir

    0

    ensefiarnos

    a conocer

    el

    globo

    0 tierra

    en

    que

    habitamos

    y

    la

    especie

    humana

    a

    que

    pertenecemos'v''O

    .

    Las

      divisiones

    naturales

    y

    polïticas ,

    las

     producciones y

    los  habitan tes

    aparecen

    unidas, por

    ultimo,

    en

    otras

    definiciones

    mas

    amplias que

    integran

    todo

    ello

    con los

    aspectos

    astron6micos

    y

    f'ïsicos

    habituales'Jê .

    Algunas

    de

    las

    definiciones

    que

    hemos

    recogido

    de

    jan

    adivinar facil

    mente

    la

    divisi6n

    que

    sus

    autores

    introducen en el

    estudio

    de

    la

    geogra

    fia.

    Asi, por

    ejemplo,

    en la

    proporcionada

    por

    F.

    Verdejo

    Paez las

    tres

    exigencias

    que

    seglin

    él

    posee

    la

    descripci6n

    de

    la

    Tierra

    conducen,

    10-

    gicamente,

    a

    la

    divisi6n

    de

    la

    geograf'ïa

    en

    sus tres

    partes

    fundamentales:

    astron6mica,

    fïsica

    y

    polïtica.

    La

    primera,

    llamada tambien

    cosmograf'ïa

    es

      la

    que

    considera

    la

    tierra coma

    un

    cuerpo celeste,

    hace

    ver

    la rela

    ci6n

    que

    tienen los

    otros

    cuerpos

    con

    ella

    y

    el

    resultado de esta

    corres

    pondencia,

    dàndonos

    a

    conocer los

    fenomenos

    celestes,

    y

    enseüandonos

    a

    deducir

    de

    ellos la

    situaci6n

    de los

    pueblos .

    Por su

    parte,

    la

    geograf'ïa

    f

    isica,

    a

    la

    que

    Verdejo

    identifica

    con

    la

    geologia,

    seria

      la

    que

    mirando

    la tierra

    como un

    globo

    compuesto

    de diversas

    materias

    descubre

    su

    figura,

    su

    divisi6n

    en

    tierra, agua y

    atm6sfera,

    y

    los

    fen6menos

    que

    se

    verifican

    en

    cada

    una

    de

    estas

    partes,

    deduciendo

    de

    aqui

    no

    solo

    el

    conocirniento

    de

    la

    naturaleza

    del

    suelo

    de cada

    pals,

    sino las causas

    que

    in-

    (9)

    IRIARTE,

    1806, p

    ag

    , 3.

    (10)

    PALACIOS y

    RODRIGUEZ,

    1850,

    pâg

    ,

    12.

    La

    misma

    definic

    iôn

    la

    proporciona

    M O N

    REAL

    y

    ASCASO,

    1864,

    p

    âg.

    7,

    aunque

    uti l izando

    la

    ex

    presiôn

      morada en

    lugar

    de

      rn ansiôn

     .

    (II)

    LA

    GAYAL.GOCI

    ,1828,pâg.15.

    (12)

    CANGA

    ARGUCLLES,

    1851,pag.

    3.

    (13)

    omo

    en

    la

    de

    A VE

    DANO,

    1844-45,

    vol.

    III,

    p

    âg

    , 289.

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    13/123

    132

    Ciencia

    para

    la

    Burguesia

    fluyen

    en

    su elima fïsico

    ,

    que

    tanta

    parte

    tienen

    en

    la

    configuraci6n

    y

    carac

    te r de

    los

    habitantes

    yen

    las

    producciones

    naturales .

    La

    ultim

    a frase

    de

    esta

    caracterizaci6n

    muestra

    que

    Verdejo

    era

    un

    claro

    herede ro del

    pensamiento

    ilustrado

    y

    que

    aceptaba

    plenamente

    la

    idea

    ta n

    tïpica

    de

    la I lustraci6n de

    que

    es

    el

    medio f'ïsico

    ,

    y

    en

    particu

    lar el

    elima,

    el

    responsable

    de las

    diferencias

    que

    pod

    ian

    reconocerse

    entre los

    distintos_pueblos

    de

    la

    tierra,

    las

    cuales

    parecîan

    ir

    contra

    la

    igualdad

    esencial del

    género

    hum

    ano.

    A través de esa relaci6n

    explicita

    entre el

    elima

    fisico

    y

    el

      caracter

    de

    los

    pueblos

    se

    establec

    ia

    un

    enlace

    entre

    la

    geografîa

    fisica

    y

    la

    geo

    graf'ïa

    politica,

    que aparecia

    inmediatamente

    después.

    Esta

    es

    definida

    por

    Verdejo

    coma

      la

    que

    examina las diferentes

    regiones

    0

    estados

    en

    que

    los

    hombres

    han

    dividido la

    tierra,

    descubre usos

    y costumbres,

    reli

    gi6n,

    gobierno,

    poblaci6n,

    etc.,

    de

    todas

    las

    naciones

    conocidas .

    A

    su

    vez

    esta

    parte

    se dividia

    habitualmente

    entre los

    ge6grafos

    en

    antigua

    y

    moderna.

    Verdejo,

    hombre

    de

    su

    tiempo

    impregnado

    ya

    de l

    esp

    ïritu

    romantico

    ,

    anade

    otro

    término

    significativo

    a esta divisi6n

    y

    distingue

    entre la

    ge.ograf

    ïa

    antigua,

    que

      describe la tierra coma

    estuvo

    repartida

    desde

    los

    tiempos

    mas

    remotos

    hasta

    la

    destrucci6n

    del

    Imperio

    romano ,

    la

    media,

    que

    estudia

    las modificaciones

    que

    conoci6 la

    tierra desde

    el

    fin del

    Imperio

    romano

     hasta el

    descubrimiento

    de

    Am érica

    ;

    y

    la

    mo

    dema,

    con

    las transformaciones

    acaecidas

    desde

    los

    grandes

    descubri

    mientos

    geograficosv'

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    14/123

    ·_-------- ..---_._-----

    .

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    .

    1

     

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    -0

    .+

    aj

    ....._-------_._._

     

    ---

    -_

    Fig.

    16.

    Representaciôn

    de

    la

    figura

    de la

    tierra

    y

    de

    las

    coordenadas

    geogràficas.

    Lamina de

    las

    Lecciones

    de

    Geografia

    de

    Figueras

    Pe y

    (1848).

    '

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    15/123

    134

    Ciencia

    para

    la

    Burguesia

    asi

    10

    hacia Verde

    jo-

    0

    denominarse

    también

    natural'F')

    , y

    era

    conside

    da

    por

    algunos

    autores

    -junto

    con

    la

    astron6mica-

    coma la

    parte

    esen

    cial

    de

    la

    ciencia

    geograficav'vr:

    mientras

    que

    la

    geograffa

    pol

    ïtica

    es

    designada

    asimismo

    coma

    civil 0

    historica'w)

    y

    también

    de

    manera

    curio

    sa

    y

    verdaderamente

    excepcional,

    como

    general'è ),

    dando

    asï un

    vuelco

    completo

    al sen

    tido

    que

    tenia

    este

    término en

    la

    obra de

    Varenio.

    El

    orden

    en

    que

    se citan

    estas tres

    partes

    de

    la

    geograf'ïa

    tiene

    tam

    bién

    una

    extraordinaria

    importancia.

    De

    forma usual

    se

    enumeran

    como:

    1

    a

    astronornica,

    2a

    fisica,

    y

    3a

    politica.

    En

    algùn autor,

    no

    obstante,

    enc

    on

    t ramos este

    sorprendente

    orden:

    1

    a

    f'ïsica,

    2a

    politica

    y

    3a

    astro

    nomicat- '.

    A

    nuestro

    modo

    de

    ver,

    la

    raz

    on

    de

    este

    significativo

    cambio

    de

    orden

    es

    m uy

    clara,

    y

    puede

    relacionarse

    con el

    impacto

    de

    las nue

    vas

    corrientes

    pedag6gicas

    y

    con

    el

    divorcio

    creciente entre

    geografia

    y

    maternaticas

    al

    que

    antes

    hemos

    aludido.

    A

    10

    largo

    del

    siglo

    XIX la

    astronom

    fa,

    en

    primer lugar,

    y

    mas

    tarde

    las

    ciencias

    f

    ïsicas

    de

    la

    Tierra

    fueron

    adquiriendo

    no

    s610

    una

    creciente

    au tonom

    fa,

    que

    en

    el

    casa de

    la

    astronom

    ia

    es

    bien

    antigua,

    sino

    también

    un'

    notable

    grado

    de

    institucionalizaci6n.

    Los

    especialistas

    de

    estas

    cien

    cias

    reclamaban

    para

    s i el

    estudio

    y

    la

    ensenanza de

    nociones

    que

    an

    tes

    estaban

    entremezcladas

    y

    que

    eran

    muchas

    veces

    impartidas

    a

    través

    de

    la

    ge.ograf

    ïa .

    En

    la ciencia

    geografica

    esta

    tendencia no solo se

    reflejô

    en

    ese

    cambio

    de

    orden

    terrninologico

    ,

    sino

    también en una

    modificaci6n

    fundamental

    del

    plan

    de las

    obras.

    En

    algunas

    la

    geograf'ïa

    astronomica

    pas6

    a

    ser

    expuesta

    al

    final de

    las

    obras

    de

    geografia,

    constituyendo

    una

    especie

    de

    apéndice

    que

    los

    autores

    consideraban

    cada

    vez

    mas

    como

    propio

    de

    otra

    ciencia

    especializada.

    Razones de

    orden

    pedag6gico pu

    dieron

    influir

    también en

    este

    cambio.

    Aunque

    este tema

    sera

    tratado

    mas

    adelante,

    al

    analizar de

    forma

    global

    la

    evoluci6n

    deI

    contenido de los

    manuales de

    geograffa,

    yale

    la

    pena

    constatar

    que

    hacia

    mediados del

    siglo

    XIX

    esta

    tendencia

    quedaba

    ya

    claramente

    reafirmada.

    En

    este

    sentido,

    basta

    citar el

    te x

    to

    de

    B.

    Monreal

    y

    Ascaso,

    seguramente

    el

    manual

    de

    geografia

    mas

    difundido

    en

    la

    segunda

    mitad

    del

    siglo,

    en

    el

    que

    aparece

    la

    parte

    astronornica al

    final

    de

    la obra. Ese

    mismo

    autor

    (17)

    (18)

    En M AS Y

    CASAS, 1834,

    Introduccion.

    As{

    aparece

    en

    MONTENEGRO,

    1828,

    p ag

    ,

    I-I1I,

    al escribir

    que

      s i

    po r

    Ge

    ograf

    ïa

    se

    en

    tien

    de

    la

    parte

    de la

    ciencia

    que

    e nsefia a

    conocer

    lo s

    fenômenos f{sicos

    astronômicos

    y

    de

    historia

    natural,

    basta

    presentar

    esta

    defin

    iciôn

    para

    da r una

    idea de la

    importancia

    y

    necesidad de su estu

    dio

    , pues

    suministrando

    nociones

    exactas de

    la

    reunion

    de

    aquellos

    f'enornenos

    y

    de

    las

    conex iones

    que

    los

    enlazan

    y

    corn binan entre

    sI ,

    es

    ta n

    indispensable

    al f

    ïsico

    coma

    al

    qu

    ir r

    ico

    y

    al

    naturalisr

    a .

    Au

    nque

    él

    es

    consciente

    de

    que

    existen

    tam

    bién otras

    concepciones

    su

    propia

    o bra

    es

    un

    reflejo

    de

    éllo,

    Por

    ejemplo,

    en

    DIAZ

    RUEDA,

    1844,pag.

    237;LETRONNE,

    1845,pag.

    5;AVENDANO

    1844-45,

    III,

    p

    âg

    ,

    289.

    En

    MAS

    Y

    CASAS,

    1834.

    GARCI A

    MALAVEAR,

    1855,

    p

    âg

    , 7. Se

    trata

    quiz

    às de

    un

    lapsus,

    aunque

    de

    todas

    for-

    mas

    significativo;

    en

    la estructura

    de

    cap{tulos

    de la

    o br a

    ,

    la

    Geograf{a

    as t

    ro n

    ôm ica

    con

    tinua

    apareciendo

    en

    primer

    lugar.

    ( 19)

    (20)

    (21)

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    16/123

    El

    concepto

    de

    geografia

    y

    el

    contenido

    de

    las ensefianzas

    135

    incluye

    en

    el

    prologo

    a

    su

    sa

    edicion,

    una

    observaci6n

    que,

    sin

    duda,

    muestra

    10 consisten

    te de la

    evoluci6n

    que

    senalarnos:

      La

    geografia

    astron6mica

    -escribe

    Monreal

    y

    Ascaso--

    que

    recelamos

    desa

    parezca

    en

    los

    nuevos

    programas,

    continua

    insertada

    al fin

    de

    la

    obra

    para

    que

    de

    ella

    puedan

    hacer

    uso

    aquellos

    que

    10

    crean

    necesario (22).

    La

    valoracion

    de

    su

    utilidad

    y

    los

    lamentos

    sobre

    su

    estado

    Era costumbre

    consagrada

    ponderar

    en

    los manuales de

    geograffa

    la

    utilidad

    y

    el valor

    de

    dicha ciencia.

    Los

    argumentos

    que

    se

    usan

    conti

    nüan

    una

    larga

    tradici6n

    que

    se

    remonta

    a

    los

    siglos

    XVI

    y

    XVII .

    El

    tipo

    mas

    corriente

    de

    Laudes

    geographiae

    es

    el

    que

    aparece reflejado,

    por

    ejemplo,

    en

    la

    obra de

    J. Ma

    Mas

    y Casas,

    para

    el

    cual

    el

    conocimiento

    de esta

    ciencia

    es

      indispensable

    a

    toda clase de

    personas,

    al

    respetable

    cclesiastico,

    al

    profun

    do

    diplornatico,

    al

    apreciable literato,

    al valiente

    militar,

    al

    aplicado artesano,

    al astuto

    comerciante

    y

    al

    sencillo

    labrador (23).

    Los

    argumen tos

    que

    se

    dan

    para

    justificarla

    son

    en

    buena

    parte

    puramente ret6ricos,

    y

    no

    afiaden

    nada

    nuevo

    a

    los

    que

    se

    citaban en

    las

    obras

    del

    siglo

    anterior.

    A

    estas

    razones

    sobre el

    interés

    profesional que

    debïa

    tener

    para

    di

    versas

    actividades el

    conocirniento

    de

    la

    geografra,

    se

    une,

    con

    mucha

    fr

    cuencia,

    una

    explicita

    ponderacion

    del

    valor de la

    geograf'ia

    para

    el

    estudio

    de

    la historia.

    Muchos

    manuales

    consideran netamente

    que

    la

    geograf

    ïa es

      un

    prelirninar

    indispensable

    de l

    estudio de

    la

    historia (24),

    y

    en

    algunos

    es

    precisamente

    este hecho el

    que

    se

    valora

    como

    fund

    a

    mental,

    siguiendo

    la

    vieja

    tradicion

    que

    habla

    conducido

    al

    padre

    Florez

    a

    cscribir

    una

    Clave

    geogrdfica

    como

    introducci6n

    indispensable

    a

    su

    Espaiia

    Sagrada.

    Para

    los

    historiadores el

    estudio

    de

    la

    geografia, era,

    de

    de

    luego

    ,

    indispensable

    para poder

    situar las

    batallas

    y

    los aconteci

    m i

    ntos

    historicos.

    La

    geografia

    historica,

    que algunas

    veces era

    sinoni

    ma

    de

    geografia

    politica,

    designaba

    otras

    veces

    una

    parte

    especifica

    de

    a

    ciencia,

    aq

    uella

    que

    describe

    los

    sucesos,

    pueblos,

    opiniones y

    des

    cubrimientos

    que

    han

    tenido

    lugar

    en

    los

    siglos

    anteriores relatives al

    objeto

    de

    esta

    ciencia (2S).

    La

    geografia

    se

    convertia

    asi

    en

    una

    ciencia

    inùi

    olublemente

    ligada

    a

    la

    historia,

    una

    disciplina

     en armonia

    con

    la

    hi

    toria

    a

    quien

    tanto

    auxilia

    y

    de

    la

    que

    es a su vez

    auxiliada (26). La

    union

    de

    e

    as

    dos

    disciplinas

    en las

    câtedras

    de ensefianza

    media,

    y

    a

    ve-

    (22)

    Rt L

    Y

    ASCASO,

    1864,

    prôlogo

    a

    su

    Sa

    ediciôn ,

    (23)

    y

    ASAS,

    1834,

    l,

    l n

    tr o duccion

    .

    (24)

    Véa

    e

    , po r

    ejern

    plo

    Flemen to s

    ,

    s. a.

    (25)

    Il

    LA

    lOS

    Y

    RODRIGUEZ, 1846,

    p

    âg.

    12.

    (2)

    fi

    L

    lO S

    Y

    RODRIGUEZ,

    1846,

    p

    âg.

    13.

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    17/123

    136

    Ciencia

    para

    la

    Burguesia

    ces

    en

    los

    program

    as

    obligaba

    a

    una ordenaci6n

    particular

    del

    plan

    de

    los

    manu ales

    geogrâficosv-' .

    La

    geografia

    te n ïa

    también

    una

    utilidad

    ext rema

    para

    el conocimien

    to

    del

    propio

    pais.

    Los

    intereses

    nacionalistas de la

    burguesfa

    de

    la

    época

    encontraban

    en la

    ciencia

    geografica

    un

    canal de

    transmisi6n

    importan

    t isimo.

    En

    palabras

    de

    Herrera

    Davila,

    la

    conveniencia

    del

    estudio

    geo

    grafico

    era

    grande

    porque

    ayudaba

    sobre todo al

    conocimiento

    del

    pro

    pio

    pais:

      Consoladora noticia

    ha

    de

    se r

    para

    todo

    espaiiol

    ,

    amante

    de su

    patria,

    el

    conocimiento

    circunstanciado

    de la multitud

    de

    canteras

    que

    en las

    en

    traiias

    de

    nuestras tierras se

    encuentran,

    de

    minerales,

    de

    jaspes delicados,

    de

    peJcmal

    y

    de

    pizarras

    ( ):

    los

    mon

    tes

    de

    sal

    y

    de

    carbon

    de

    pied

    ra

    y

    las

    ricas

    minas

    de metales

    ( ),

    la

    variedad

    de

    arboles,

    (

    ...

    )

    los

    abundantes

    pas-

    tes

    de

    que

    se mantienen los

    animales

    que

    nos

    alimentan

    con sus

    carnes

    y

    nos

    cubren

    con

    sus

    pieles y

    sus

    lanas;

    los

    sustanciosos

    granos y

    las

    sabrosas

    hortalizas,

    las delicadas frutas con

    que

    nos brindan

    nuestros

    valles

    y

    llanu

    ra s

    (

    ...

    )

    y

    las mil diferentes

    especies

    de

    peces

    de

    que

    nos surten

    nuestros

    mares

    Pero

    también

    ayudaba

    a

    las

    ansias de

    regeneraci6n

    social

    y

    economi

    ca

    que

    se

    difund

    ïan

    por

    todo

    el

    pais

    después

    de

    la Guerra de la

    Indepen

    dencia, y

    que

    no eran mas

    que

    una

    herencia

    del

    periodo

    f inal

    de

    la

    I lustraci6n. Por eso

    el

    citado au

    to r

    después

    de

    las

    palabras

    an

    teriores

    continua:

     (,

    y

    de

    cuanto

    socorro

    no

    sera

    para

    todo

    empleado

    civil

    que llegando

    a

    ocu

    par

    un

    puesto

    de

    consider acicn

    ,

    en el cual

    pueda

    influir sobre

    la

    suerte

    de

    sus

    conciudadanos,

    ambiciona

    la

    gloria

    de

    fomentar

    la

    riqueza y prosperidad

    nacional,

    el conocer los

    obstaculos

    que

    a

    ella se

    oponen

    corno causas inrne

    diatas

    y permanentes?

    Pues

    la

    gcografia

    natural

    y

    politica

    de su

    pals

    le

    ins

    truira

    de

    estos

    impedimentos,

    y

    le

    servira

    para

    aplicar

    los

    remedios

    conve

    nientes

    (

    ...

    )

    Con estos

    conocimientos

    que prestan

    la

    Geografïa

    polïtica y

    la

    Estadïstica

    del

    païs,

    es coma un

    ministro

    sabio

    aprende

    a

    sacar de

    su abati

    miento una

    naci6n

    a

    quien

    los

    errores

    de su

    antigua

    administracion

    y

    el

    infortunio

    de los

    acontecimientos

    hayan sumergido

    en

    la

    ignorancia

    y

    la

    rusticidad

      (28)

    Sin

    embargo,

    la

    util idad mas frecuentemente

    ponderada

    en

    los

    ma

    nuales

    de

    geografia

    era

    -como

    resulta

    16gico-

    la

    que

    tenia

    esa

    discipli

    na en

    la

    ensefianza

    de la

    juventud:

      E l

    conocimiento

    de

    la

    geografia

    es

    una

    exigencia

    racional de la educaci6n

    se

    escribe

    en

    una

    obra(29)

    ;

    es

    (27)

    ase

    PALACIOS

    y

    RODRIGUEZ,

    1850.

    Advertencia

    preliminar

    en la

    que

    aIude al

     nuevo

    plan

    de

    estudios

     

    que

      ha

    refundido

    en

    una sola las

    asignaturas

    de

    Geograf'(a

    e

    Histor ia .

    H E R R E R A D A

    VILA,

    1829,

    prologo

    ,

    Elementos,

    s.a., pâg,

    6.

    (28)

    (29)

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    18/123

    El

    concepto

    de

    geografia

    y

    el

    contenido

    de

    las

    ensefianzas

    137

    un estu

    dia   ütil

    y

    adecuado

    a

    los

    conocimientos

    juveniles

    de los escola

    res ,

    se lee en

    otra(30);

    y

    similares

    opiniones

    se

    pueden

    ver

    en

    otros

    m

    uchos

    te x tos.

    Los

    geografos

    de la

    época

    consideraban

    que

    su

    disciplina

    era indis

    pensable

    en

    el

    sistema

    de

    ensefianza

    basica.

    A

    través

    de

    ella se

    podia

    facilitar

    un

    amplio

    abanico de

    conocimientos

    sobre

    nuestro

    planeta y

    sobre

    el

    conjunto

    del

    universo

    ,

    a

    la

    vez

    que

    ayudaba

    a ordenar

    las mentes

    de los

    alumnos

    y

    a estim

    ular

    en

    ellos

    la

    capacidad

    de

    raciocinio.

    Segùn

    la

    version

    que

    en

    1818

    hace

    Juan

    Justo

    Garcia del

    sistema

    de

    instruccion

    public

    a,

    éste

    era

    notoriamente

    insuficiente:

      En

    el

    nos

    contentamos comunmente

    con

    que

    cualesquiera

    maestros ensefien

    a los

    nifios

    en

    la escuela

    a

    leer

    escribir,

    la

    practica

    maquinal

    de

    las

    primeras

    operaciones

    de la

    aritrnética,

    y

    a

    que

    reciten

    de memoria nuestro

    catecismo;

    pasan

    inmediatamente

    a

    la

    gramatica,

    en la

    que

    aprenden

    a

    traducir

    al

    caste

    llano las

    palabras

    y

    frases

    latin as.

    Con

    estos solos

    preparativos

    emprenden

    los

    j6venes

    el

    estudio de las ideas

    abstractas

    de nuestra

    filosofia;

    y

    con

    dos

    o tres

    anos

    que

    emplean

    en

    él,

    se les

    aplica después

    a

    cultivar las demis cien-

    .

     

    CIaS

    .

    y

    pregunta:

     �Qué

    progresos podran

    hacer

    en

    ellas cuando

    ignoran

    los mas

    el

    contenido

    dei

    catecismo,

    10

    que

    significa

    la

    gramatica

    ,

    10

    que

    es la filosofïa

    y

    para

    que

    sirve?

     

    Cuaren ta

    anos

    de

    trato

    con

    los

    j6venes

    estudian

    tes de

    la

    Facultad

    de

    Artes en

    la Universidad

    de

    Salamanca,

    hab

    ïan

    convencido

    al

    catedratico

    jubilado

    de

    Matern

    aticas de

    la m ala formaci6n basica

    de

    los

    estudiantes,

    que

    era

    resultado,

    en buena

    parte

    de l

    caracter

    memorist ico

    y

    rutinario

    de

    las

    ensefianzas.

    Por

    su

    parte,

    cre

    ïa

    que

      sin

    ideas

    no

    hay

    conocimien

    to,

    nada

    se

    sabe:

    ellas

    son

    el

    alma

    de

    la

    ciencia,

    coma

    las

    palabras,

    signos

    que

    las

    representan

    son

    el

    cuerpo .

    Por

    esta

    raz6n,

    el

    estudio

    que

    se

    r

    ducia

    simplemente

    a

    atesorar

    palabras

    0

    que

    se

    realizaba con ideas

    mal

    orientadas 0

    no

    bien

    definidas era

    un

    grave

    peligro para

    la

    juven

    tud:

     sobre

    ser

    ingrato

    e

    inspirar

    a

    los

    j6venes

    aversion a

    los

    libros,

    en vez

    de conducirlos a

    amar

    y

    buscar

    con anhelo la

    verdad,

    los

    dispon

    dra a

    abrazar

    cualesq

    uiera

    opini6n

    que

    se

    les

    prop

    onga

    coma

    tal (31) .

    Pues

    bien,

    la

    geografia permitia superar

    todas estas

    insuficiencias

    y

    c

    convertia

    as

    en

    una

    disciplina

    fundamental

    en el

    sistema

    docente.

    Al

    m

    no'

    eso

    pensaban

    los

    ge6grafos:

      La

    geografia

    remedia

    de

    un

    modo

    natural

    esta

    falta

    notable de

    que

    se resiente

    nuestro

    sistema de

    educa

    cion

      ,

    e cribe Juan

    Justo Garcia. Esto 10

    realiza

     proporcionando

    a

    la

    juventud

    abundancia

    de

    ideas

    claras,

    sencillas

    y

    justas

    de

    cuanto

    se

    ofre-

    (30)

    M y

    CASAS,

    1834,I,prologo.

    (31)

    G

    R

    IA,1818,vol.I,prefacio,11.

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    19/123

    138

    Ciencia

    para

    la

    Burguesia

    ce

    a

    los

    sentidos . La

    enumeraci6n

    que

    realiza

    a

    continuaci6n

    permite

    tener

    una

    idea bien

    precisa

    de

    los

    conocimientos

    que

    podian

    impartirse

    a

    través de

    la

    geografia,

    segun

    la

    concepci6n

    de los

    ilustrados

    espafioles

    de

    principios

    del

    XIX.

    La

    geografia

    -escribe

    el

    ex-catednitico

    de

    Sala

    manca-

      le

    muestra

    (al

    nifio)

    10

    que

    es

    el

    cielo,

    las

    estrellas,

    los

    planetas,

    sus

    satélites

    y

    cometas,

    el sol

    y

    la

    luna,

    sus

    volume

    nes,

    sus

    distancias,

    eclipses,

    crepùscu

    los,

    las

    leyes

    que

    observan

    dichos

    cuerpos

    en sus

    movimientos,

    que

    es

    10

    que

    se llama

    sistema

    dei

    mundo. Le

    explica

    10

    que

    es el

    globo

    que

    habitamos,

    el

    sitio

    que

    ocupa

    en el

    espacio

    con

    relacion a

    los

    citados

    cuerpos,

    su

    figura,

    tamaûo

    ,

    estructura,

    volumen,

    superficie y

    sus

    diferentes

    movimientos.

    Le

    da

    después

    ideas

    de

    las

    diversas

    materias de

    que

    se

    compone

    la

    m as a

    de

    la

    tierra,

    del

    orden

    con

    que

    estan

    colocadas,

    del

    giro y

    altura de

    sus

    montafias,

    de

    los

    terremotos,

    volcanes,

    revoluciones

    que

    ha

    experimentado

    y

    su s

    causas,

    la

    configuracion

    de

    las

    cos

    tas

    y

    los

    golfos

    que

    forma

    alrededor

    de

    ambos

    mundos.

    Pasa

    en

    seguida

    a

    describir

    la

    atrnôsfera

    que

    rodea la

    tierra,

    da a

    conocer

    el

    aire

    que

    es su

    base,

    los

    diferentes

    fluidos de

    que

    se

    compone

    y

    los

    saludables

    efectos

    que

    obran en

    animales,

    peces,

    vegetales,

    en

    la

    fertilidad

    de

    la

    tierra

    y

    dernas

    sustancias

    colocadas

    en

    su

    exterior:

    habla

    de

    los

    vientos,

    de

    las utilidades

    y

    estragos

    que causan,

    de

    los

    meteoros

    atrnosféricos,

    y

    de

    los

    efectos

    admirables

    de

    la

    luz

    y

    del

    sonido

    Todo

    éllo

    se

    refer

    ia a

    la

    ge

    ograf'ïa

    astron6mica

    y

    fisica,

    que

    coma

    hemos

    visto,

    algunos

    estimaban

    la

    parte

    esencial

    de la

    geografïa.

    Pero

    adem

    as

    a

    éstos

    se

    un

    ïan

    los

    conocimientos

    impartidos

    por

    la

    geografia

    pol

    ïtica:

      Todo

    10

    referido

    comprende

    las

    dos

    partes

    astronomica

    y

    fisica

    de

    la

    geo

    graf'ïa.

    En

    la

    parte

    politfca

    no

    hay

    en

    ésta

    de

    particular

    sobre

    las

    dernas,

    sino

    el

    método

    y

    la

    concision. Descritas las

    cu

    alidades

    de

    cada

    pais,

    su

    latitud,

    longitud

    ,

    poblacion:

    la

    historia

    sucinta

    de

    sus

    habitantes,

    su

    caracter

    ,

    cos

    tumbres,

    lenguaje,

    religion,

    gobierno,

    industria

    y

    comercio;

    se

    da

    noticia

    de

    las

    producciones

    de su

    suelo,

    y

    hecha

    la

    enurneracion de sus

    provincias,

    se

    pasa

    a

    la

    descripcion

    de

    su

    capital

    y

    poblaciones

    considerables de

    cada

    una .

    En

    Espafia

    se

    dan

    a

    conocer

    todas

    las

    ciudades

    y

    villas

    notables,

    y

    aun

    los

    1

    ugares

    en

    que

    se

    encuen

    tr a

    alguna

    cosa

    digna

    de

    sa

    berse.

    Los

    dernas estados

    se

    tratan

    con

    mayor

    0

    menor

    extension,

    segün

    la

    importancia

    que

    les

    da

    la

    Europa

    y

    en

    proporcion

    a

    las

    relaciones

    que

    tienen

    con

    Espafia (32).

    Por

    todas

    estas

    razones,

    Juan Justo

    Garcia

    considera

    que

     parece

    fuera de toda

    duda

    que

    la

    Geograffa

    debe

    ocupar

    un

    lugar

    distinguido

    en

    nuestros

    establecimientos

    de

    instrucci6n

    püblica

    y

    que

    su

    ensefianza

    deberia

    preceder

    a

    todos

    nuestros

    estudios .

    Habrïa

    también

    que

    esti

    mular

    su

    estudio

     con

    premios ,

    para

    que

    se

    desarrollara

    su

    conocimien

    to  sobre

    todo

    la

    fisica . Con

    el

    estudio

    de

    la

    geografïa

    se

    conseguiria

    adem as

    corregir

    los

    mapas

    terrestres

    y

    mar

    ïtim

    os,

    conocer

    mejor

    los

    (32) GARCIA,

    1818,

    vol, 1,

    pâgs.

    III-V.

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    20/123

    El

    concepto

    de

    geograf'ia

    y

    el contenido

    de las

    ensefianzas

    139

    territorios

    pOCO

    explorados,

    se

    pensarïa

    también

     en

    recorrer

    los

    te

    r renos

    inmediatos

    a

    los

    polos

    y

    los

    inmensos

    del

    interior

    de

    Africa

    que

    todavïa

    no

    conocemos ,

    y

    el

    Rey

    podria

      formar

    por

    rna.ros

    habiles la

    descripcion

    de

    sus

    dominios,

    que

    facilitaria

    la

    de

    la estad

    ïstica

    de

    sus

    provincias (33)

    .

    Desgraciadamente,

    los buenos

    deseos de Juan

    Justo

    Garcia

    y

    de

    otros

    ilustrados

    de la

    época

    interesados

    también

    en

    la

    ge

    ograffa

    ,

    no

    eran

    compartidos

    por

    todos,

    ni

    correspond

    ïan

    tampoco

    a

    la

    realidad

    de la

    ensenanza

    de

    la

    ciencia

    geogrâfica.

    Poco an

    tes de

    que

    se

    escribieran

    esas

    palabras

    Isidoro

    de

    An

    tillon

    hab

    fa

    expresado

    deseos

    parecidos

    sobre la

    necesidad

    de

    desarrollar

    los estudios

    de

    esta ciencia

    y

    lamen taba

    el de

    ficiente

    estado

    de su

    ensenanza,

    jun

    to a una

    cr

    ïtica a la

    excesiva

    atencion

    concedida

    a

    la

    parte

    descriptivav'+'.

    De

    manera

    s em e

    jante,

    Juan

    Justo

    Garcia

    escrib

    ia también

    que

    hab

    ïa

    querido

    denominar

    su

    libro

    con

    el

    t

    ïtulo

    de

    Nuevos

    elementos

    de

    Geografia

    General,

    Astronomica,

    Fisica

    y

    Politica, subrayando

    explicitamente

    10

    de

    nuevos

     para que

    no

    se

    confunda

    con

    tantos

    tratados

    de

    esta

    ciencia

    que

    sin

    los

    principios

    y

    teoria de

    sus

    partes

    esenciales astronômica

    y

    [l'sica,

    se

    ocupan

    solo en la

    descripcion

    practica,

    pueril y

    menos ütil

    de

    pa

    ïses,

    pueblos,

    palacios,

    jardines

    (

    ...

    )

    hacienda

    de

    esta

    ciencia

    preciosa

    una

    vana

    ocupacion

    de

    niüos

    y

    un

    curioso

    entretenimiento

    de los

    grandes .

    Todo

    10

    cual ex

    pli

    caba

    porqué

      no

    se

    la

    ha

    apreciado dignamente,

    ni

    se

    ha

    contado

    con

    ella en

    la

    mayo r parte

    de los establecimientos

    literarios,

    siendo

    la

    mas

    a

    prop6sito

    para

    formar la raz6n

    de

    los

    jovenes (3S).

    En los anos

    posteriores

    todav

    ia

    se

    segu

    ïan

    escuchando

    que jas

    simila

    res. En 1834

    Mas

    y

    Casas

    considera

    que

      las continuas

    revueltas

    de

    que,

    por

    desgracia,

    ha sido

    triste teatro

    la

    Naci6n, imposibilitaron

    a

    su

    florida

    y

    tierna

    juventud

    que

    se dedicase a

    su

    estudio . Con

    la

    llegada

    al

    poder

    de

    los rnoderados

    y

    la.

    implantaci6n

    de un sistema

    unificado

    de

    instruc

    cion

    publica

    las

    cosas

    parecia

    que

    iban

    a

    carnbiar. El

    mismo

    Mas

    y

    Casas

    se

    muestra

    optimista, porque

    ahora

    -escribe-

    esa

    juventud

     émula

    y

    estudiosa

    desea

    ponerse

    no

    solo

    al

    nivel de

    las naciones mas ilustradas

    sino

    también ofrecerles

    un

    aurec

    testim

    onio

    de

    su

    sublime

    genio y

    de

    las

    bellas

    disposiciones

    que

    felizmente la adornan

     (36).

    Pero la

    desorga

    nizacion

    introducida

    por

    las

    guerras

    carlistas

    y

    los

    problemas

    sociales

    y

    econ6micos

    que

    atraves6 la

    nacion hasta

    la

    consolidaci6n

    del

    régimen

    liberal

    hicieron

    que

    estas

    esperanzas

    se

    vieran en

    buena

    parte

    fallidas,

    ta n

    to

    en

    10

    que

    se

    refiere a

    la

    organizacion

    de un eficaz sistema educa

    tivo

    corne.

    en

    10

    que

    aqu

    ï

    nos

    interesa,

    al

    desarrollo de

    la

    ciencia

    geogra

    fica. La

    lamentaciones

    de

    los

    ge6grafos

    continuaron

    escuchândose

    duran te

    todo

    el

    periodo

    que

    estudiamos

    y

    arreciaron

    todavia mas a

    fines

    (33)

    GARCIA,1818,vol.l,pag.V.

    (34)

    Véase

    CAPLL

    1982, p âg.

    336.

    (35)

    ARCIA,

    1818,

    vol.

    l, p

    âg.T,

    (36)

    M AS Y

    CASAS, 1834,1.

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    21/123

    Fig.

    17.

    Los

    limites

    y

    caracteristicas

    de l

    relieve terrestre

    eran

    representados

    a

    menudo,

    de

    forma

    sintética,

    por

    medio

    de

    planisferios.

    Mapa-mundi

    de

    J.

    Avendafio

    (1844-45).

  • 8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf

    22/123

    El

    concepto

    de

    geograf'ia

    y

    el

    contenido

    de

    las

    ensefianzas

    141

    del

    siglo

    X IX

    y

    principios

    del

    XX(37).

    Pero,

    mientras

    tanto,

    la

    geografia

    se hab

    ïa

    convertido

    en una materia

    de

    estudio

    obligatorio

    en

    la

    ensefian

    za

    primaria

    y

    secundaria dando

    lugar

    a la

    aparici6n

    de

    un

    buen numero

    de

    libros

    de

    texto

    y

    a

    una

    generalizaci6n

    de

    los

    conocimientos

    geografi

    cos.

    A

    la

    estructura

    general

    de

    esos manuales de

    geografia

    dedicaremos

    ahora

    la

    atenci6n.

    La

    estructura

    general

    de

    los

    textos

    Analizaremos

    ahora

    la

    estructura

    general

    de

    los

    textos

    de

    geografia

    utilizados

    en

    la

    educaci6n

    primaria

    y

    secundaria. Nos

    valdremos

    para

    ello

    de

    los

    indices

    de

    una

    muestra

    representativa

    de

    obras

    dedicadas

    a

    estos

    niveles

    publicadas

    duran

    te

    nuestro

    per

    ïcdo de

    estudio,

    a

    partir

    de

    10 cual

    trataremos

    de

    obtener

    algunas

    conclusiones

    sobre

    la

    concepci6n

    de

    la

    geograf

    ïa

    y

    su ensefianza.

    Un analisis

    de

    este

    tipo

    nos

    conduce

    necesariamente

    a

    fijar

    nuestra

    atenci6n

    en

    la

    correpondencia que

    existe,

    en este 0 en

    cualquier

    sistema

    educativo,

    entre la

    politica

    educativa,

    la

    naturaleza

    y metodologia

    de

    una

    ciencia,

    y

    los

    contenidos de

    los

    textos

    de ensefianza. Esta

    relaci6n

    general

    presenta,

    seglin

    el

    objetivo

    de la

    ensenanza,

    la

    época

    y

    el

    pais,

    diversas

    peculiaridades,

    asï'

    coma

    no

    pocas

    contradicciones.

    En

    este

    sen

    tido

    t rataremos

    de

    detectar

    el

    impacta

    que

    han tenido en

    el

    plan

    de

    los

    manuales

    geograficos

    el

    desarrollo

    de la educaci6n en

    Espafia

    durante

    el

    siglo

    XIX,

    las innovaciones

    de

    los

    métodos

    de

    ensefianza en

    Europa y

    los

    cambios

    te6ricos

    y

    metodol6gicos

    que

    se suceden en

    la ciencia

    geo

    grafica.

    Como

    indicador

    de

    esos

    cambios

    utilizaremos

    el

    contenido de

    los indices

    de las obras.

    Para nuestro

    analisis

    nos

    valdremos de

    una

    do

    ble

    perspectiva,

    que corresponde

    tanto

    a

    la

    naturaleza

    de

    la

    ciencia

    geo

    grafica

    coma

    a

    los

    métodos de

    su

    ensefianza. Cuales son

    los

    contenidos

    de

    los

    textos

    y

    de

    qué

    manera

    se

    reflejan

    en

    ellos

    las

    innovaciones

    que

    e

    van

    produciendo

    en

    la

    ideas

    pedag6gicas,

    son

    las

    cuestiones

    que

    aqui

    n os in

    teresan.

    Para

    comprobar

    el

    grado

    de

    correspondencia

    que

    presentan

    los

    in

    dices

    de

    los te x tos

    y

    la doble

    perspectiva

    de nuestro an

    alisis,

    nos

    plan

    tearemos

    dos

    hip6tesis

    de

    trabajo.

    La

    primera

    de

    ellas

    puede

    formularse

    coma

    sigue:

    de

    acuerdo

    con

    la

    evoluci6n

    general

    de

    la

    ciencia

    geografica,

    los

    manuales

    geograficos

    reflejaran

    el

    divorcio creciente entre

    geografia

    y

    matem

    aticas,

    desapareciendo

    de

    eIlos

    los

    contenidos

    propiamente

    matern

    aticos

    y

    disminuyendo

    la

    importancia

    de

    los

    temas

    de

    geograffa

    astron6mica.

    (37)

    Corn

    o

    ejemplo

    de

    eUas

    puede

    citarse las

    palabras

    de

    Jerônirno

    Becker en

    1917. Con

    r

    efe

    rencia al

    periodo de

    1845

    éste

    autor

    afirmaba

    que:

      Tan

    escasa

    era

    la

    atericiôn

    qu e

    los

    gobiern,os

    cc:>nsagraron

    a la

    ge

    ograffa

    durante

    este

    periodo,

    que

    en el

    Plan de

    Estudios

    de

    1

    &45

    solo

    f

    ig

    ur

    aba

    esta ciencia

    en

    la

    segunda

    e

    nsefi anza

    elernen

    tal.

    Si

    bien

    en la se cciôn

    de

    c