Capitulo 1_Un Paradigma Para El Analisis de La Clase Obrera

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    1. CIENCIA Y SUJETO REVOLUCIONARIO

    EI problema de como el proletariado dcviene sujeto de la rcvolu-cion ha sido ampliamente debatido. Dentro del campo marxista laspolemicas han pasado por tres grandcs momentos: primero, a prin-cipios del siglo, se realiza el conocido debate entre Lenin y RosaLuxcmburgo; posteriormente, en los ai'l.osveinte, nos cncontramoscon las reflexiones de Lukacs, Korsch, Grarnsci, entre otros y, fl-nalmente esta polemica revive en los ai"iossescnta propiciada por elrompimiento del bloquc estaIinista, la escision del rnovimiento co-munista internacional y un largo periodo de crccimicnto capitalista(iniciado despues de la segunda guerra mundial). Esta iiltima fasede la polernica no ha finaIizado; podernos decir que mas bien ha cs-tado alimentada por nuevos puntos de vista refcridos al surgimicn-to de la conciencia de clase en el proletariado y las dcterminacionesde la accion clasista.Las aportaciones recientes a la polernica que sobresalen son lasderivadas de la Ifnea obrerista, tanto italiana como francesa, entanto abordan la problematica desde nuevas perspectivas. Es nucs-tra intenci6n recuperar estos aportes, problematizarlos y scnalar al-gunas lincas de reflexion que pudiesen ser fructiferas en Ia discu-sion actual.

    DETERMINANTES EN LA CONFORMACI6N DE LA CLASE OBRERA COMO SUJETODE LA REvoLua6N EN PERSPEcnvA HIST6RICA

    En La experiencia del m ovim iento obrero,' Castoriadis scfiala quedos sectores de la realidad social se confrontan y permancccn histo-ricarnente separados: de un lado, el de los obrcros preocupados por

    Son coautores de este capitulo: Javier Melgoza, Ralil Corral, Blanca Ortega,Joaquin Melendez y Enrique de la Garza Toledo.IC. Castoriadis, La experiencia del movimiento obrero, Tusquets, Barcelona,1979.

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    la reivindicacion de sus necesidades inmcdiatas, para 1 0 eual se or-ganizan y luchan en torno a elias; y del otro, cI sector de los rnilitan-tes politicos, definidos por una ideologia coherente y un program amaximo. Esta disociacion ha plantcado al militantc politico la cxi-gcncia de la fusi6n entre el "socialismo cicnufico" y el "rnovimicn-to obrero cspontanco ", 10 que bien puedc traducirse como aquellaactividad mediante la cual se logra la influencia ideologica y organi-zativa en las luchas inmediatas de los obreros, sicndo el objetivo detal actividad el que la clase obrera asuma sus tareas historicas,Esta concepcion, que prescnta a la praxis revolucionaria comopraxis consciente y diferenciada de la cotidiana, prcsupone una se-paracion entre 10 econ6mico y 10 politico, entre 10 inmediato y 10historico.I De este modo se tiende a cireunscribir al proletariado ala sola pcrccpcion de sus intereses economicos inrncdiatos -y a laexclusiva prcocupacion por ellos-, siendo que, al mismo tiempo,se Ie eonsidera como el depositario de la mision historica deconstruccion de la nueva sociedad.La paradoja de una clase destinada a construir una nueva socie-dad y, ala vez, ineapaz de crear su conciencia por ella misma, hasido objeto de multiples analisis, sobresaliendo entre ell os las tesisde la conciencia historico-revolucionaria importada por la cIaseobrera, y la de la teoria del derrumbe del capitalismo. No obstantelas difereneias que entre sf guardan ambas propuestas, cxistc un ni-vel de identidad entre elias, csto cs, permancce la eerteza de que laclase obrera solo se moviliza por cfecto de sus intcrescs inmediatos,siendo estes los derivados ya sea de las eontradieciones cotidianasentre el capital y el trabajo 0 de las impuestas por la crisis cconorni-ca final del capitaismo. Paralclamente, la fundamentaci6n del pa-pel historico del proletariado es sustentada de antemano por la leo-ria que asi 10 establece, encontrandose depositada dicha teorla enun cuerpo especial de profesionales de la revolucion. En cstc senti-do los eontenidos de la teoria sedan los determinantes del caracterde la accion 0brera, es decir, los parametres de la tcoria de la revo-lucien definirian si el prolctariado se eneuentra impelido en una ac-ci6n concreta por 10 contingente 0 por su 'vcrdadero scr'.Esta distinci6n esta estrechamente ligada a la relaei6n de la claseen sf eon la c1ase para sf que planteara Marx en la Miseria de lafllo-sofia y en EI 18 Brumario de Luis Bonaparte.De aeuerdo a las soluciones clasicas, no basta eon que el prolcta-

    ~Considerando "inmediato" 10 cotidiano e "historico" 10trascendente, se des-conoce que ambos son dos caras de la totalidad social, totalidad en con stante rnovi-micnto.

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    riado sea sujeto de la explotaci6n para ser capaz de crigir un pro-yecto viable de reconstrucci6n de la sociedad; asi, por cjemplo, enKautsky y Lenin! la elase obrera es incapaz por ella sola de erigirdicho proyecto, en tanto la conciencia de c1ase es exportada a lamasa por los intelectuales del partido, provenientes de la burguesia.Lo que implica que la conciencia de c1ase no es engendrada por elproletariado ni tampoco este la asume facilmcnte. De esta forma,la historia del proletariado es principalmente la historia de sus ilu-siones, en donde el limite entre ilusion c historia es una teo ria enposesion del cuerpo intelcctual, Ilusion como falsa conciencia, co-mo acci6n contrapuesta a la accion trasccndentc; historia comotrascendencia, trascendencia que implicaria la poscsion de una teo-ria sobre la trascendcncia hist6rica y, finalmente, tcoria que en sucxpresion maxima tam bien le estaria negada a la c1ase obrcra,En cstc sentido, cl apoyo del proletariado al reformismo 0 al es-talinismo es interpretado como falsa conciencia de la masa obrera:esta masa, incapaz de generar en forma autonoma su concicncia declase, descargaria SllS errores en quienes tiencn la misi6n de expor-tar dicha conciencia y, en ultima instancia, los errorcs historicos se-rian, por tanto, responsabilidad de las direceiones. En csta mcdida,la historia de la humanidad seria la historia de las direcciones acer-tad as 0 erroncas, capaces 0 incapaces te6ricamente.

    En el contexto del xx Congreso del reus -don de se pone al des-cubierto la crisis del movimiento comunista internacional, as! comola incapacidad de los partidos comunistas para explicar cl auge ea-pitalista de la posguerra y la presencia del Estado social! comonueva forma estatal capitalista-, la vieja discusion referida ala re-lacion entre el partido y la masa se plantea en el contexto europeo,10 que conduce ados concepciones encontradas no s610 en cI nivelte6rico, sino tarnbien en cuanto a las implicaciones pcliticas.

    Tres grandes problemas se hallaban en eI fondo de la rcactiva-cion de la polcrnica. En primer lugar, el anquilosamiento del mar-xismo en el estalinismo y su conversion en doctrina sistematica, 16-gicamente consistcntc, pero incapaz de dar cucnta de lastransformaeiones capitalistas. En segundo lugar, la cntica al estali-nismo hizo concebir la posibilidad de que las "dcformaciones" delos soeialismos reales no fueran primordialmentc cI producto de los

    3 Es necesario reconocer que no hay en Lenin una sola concepcion de la relacionpartido-masa; dicha concepcion se fue transformando en la rnedida en que cl bolche-visrno dcjo de scr una sccta socialista separada de! movimiento real. Al respecto,cfr.: Marcel Liebman, Ef leninismo bajo Lenin, 2 vols., Grijalbo, Mexico, 1977.

    4 Veasc E. de la Garza, Contribucion al estudio del Estado social autoritario,UAMI, 1984.

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    errores de las direcciones, sino de determinaciones mas profundasen las que el proletariado no fuese inoccntc protagonista; y, final-mente, en la fase de auge del capitaJismo de la posguerra, el prole-tariado se mostraba cada vez menos preocupado por atcnder a losrecIamos de los partidos revolucionarios para subvertir el orden im-perante. Esta situacion fue sintetizada en la categoria de integralis-mo, entcndida como la integracion funcional del proletariado alsistema capitalista, incluyendo en esto la institucionalizacion delconflicto interclasista. S

    Es cste contexto en el que se reeditan las antiguas polcmicas en-tre Lenin y la izquierda de la socialdcmocracia, referidas al procesoque lIeva aJ proletariado a convertirse en sujeto de la revolucion.A partir de la relectura de esta polemica, y de la reconsideracionde las aportaciones del segundo momento de la discusion (Gramsci,Korsch, etc.), surgen, como sei'ialamos, dos concepcioncs sobre elpartido de la revolucion: la del partido-guia, depositario de la teo-ria de la revolucion, teo ria nucleo de la conciencia de cJase en la quela concicncia se convierte mas bien en teo ria que en accion y, espe-cificamente, en una tcoria de las contradicciones c1asistas y de susolucion, Mientras que desde otro punto de vista se afirma la con-cepcion del partido no como gula, sino como instrumento de la cJa-se en sus luchas. Esta ultima concepcion resurge despues del xxCongreso del PCUS, yes Panzicri, en Italia, uno de los primeros enplantearla.

    La corriente de Panzieri desarrolla su concepcion del partido-instrumento de la clase no solamente por medio de una reaparici6nde los argumentos de la izquierda de la socialdemocracia de princi-pios de siglo, sino que, ante todo, impulsa tres lfneas de investiga-cion ineditas en la historia del pensamiento rnarxista:" una rclectu-ra de EI capital que tiene como eje la contradiccicn capital-trabajodentro de la fabrica, el analisis de la nueva composicion de la c1aseobrera y la critica a la ideologia del ncocapitalismo. EI caractcr po-litico mas que academico de estas tres lineas de investigacion es ma-nifiesto, ya que detras de elias se encontraba el problema del inte-gralismo de la cJase obrera.La respuesta que Quaderni Rossi creyo encontrar, senalaba queen el fondo del integralismo esta presente una permanente conflicti-

    S De igual modo qucdaron sobre el tapete de las discusiones los problemas dela burocratizacion de los partidos y demas instituciones obreras, como los sindicatosy confcdcracioncs.

    6 Los resultados de tales investigaciones se cncucntran, principalrnente, enQuaderni Rossi, Sapere Edizioni, Milan-Rorna, ltalia, 1970-1974.

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    vidad entre el capital y el trabajo -expresada especialmente en elproceso de trabajo- conflictividad que habla de un despotismo delcapital y de una violencia fabril que, de manera callada, mantieneun constantc choque entre ambos facto res de la produccion. El ca-racter permanente de este enfrentamiento se manifiesta en el hecho deque, ante el uso capitalista de la maq uina, surge una resistenciaobrera continua dentro del mismo proeeso de trabajo.?La conflictividad permanente en la Iabrica perrnitiria convcrtire) espacio del proceso de trabajo en un espacio de lucha politica,en tanto se diese no solo por el reparto de la plusvalia, sino princi-palmcnte por el poder en el propio proceso de trabajo. ASI, la dife-rcncia entre lueha econornica y lucha politica podria diluir sc Y . conello, esbozarse toda una concepcion difcrente de las clasicas encuanto a los problemas de la relacion partido-rnasa, a la distincionentre cJase en si y clase para si y en cuanto al mismo problema dela generacion de la conciencia de c1asc.

    Para efectos de una mayor delimitacion de las aportaciones delobrerismo a la polemic a en cuestion, as! como para la definicionmas exaeta de 10 especifico de las rnismas, resumiremos algunos delos puntos de vista clasicos sobre la relacion partido-masa, sinpretension de exhaustividad, indicando especial mente los puntos entome a los cuales gira la polcrnica y reconociendo la cxistcncia deconcepciones diferentes a las aqul referidas, como por cjemplo lade Mao.La relacion partido-masa en Lenin antes de la Revolucion de 1905Lenin, en sus escritos I.Que hacerr, Un paso adelante dos pasosatrds y El trabajo del partido entre las masas, puntualizo sus con-cepciones sobre la adquisicion de la eoneiencia de c1ase por el prole-tariado. En el Lenin de esta epoca dicha adquisicion se cxprcsa, enun primer momento, mediante la lucha y la organizacion sindicales;en esta etapa la lucha se da, fundamentalmente, mediante rcivindi-caciones de caracter econornico, siendo por tanto cl papcl Iunda-mental del sindicato la defensa de las condiciones de trabajo y dela vcnta de la fuerza de trabajo.Para Lenin era necesario que la conciencia de la clasc trabajado-ra no quedara limitada al nivel economico, sino que adcmas acce-dicra a la lucha en la csfera politica. Este transite de la cconorniaa la politica, 0 de la conciencia de clase a la conciencia politica de

    7 Cfr , Toni Negri, Del obrero masa al obrero social, Anagrama, Barcelona,1980.

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    clase, cs en Lenin responsabilidad del partido, en tanto sus cuadrosespccializados ensenarian a los obreros que la lucha de clascs no secircunscribe solamente al ambito gremialista, ni se reduce a los en-frentamientos can un patron particular.Asi pues, Lenin escribe:El cornetldo de la socialdemocracia (el partido) es presentar los interesesde todo el movimiento en su conjunto, senalar el objetivo final, las tare-as politicas, y salvaguardar su independencia politica e ideologica (... )Las tareas de la socialdemocracia son: llevar las ideas socialistas y laconciencia politica a la masa del proletariado y organizar un partido re-volucionario Jigado con el movimiento obrero indisolublemente.f

    No obstante Ia definicion primera de las funcioncs propias tantodel partido como del sindicato, este "puede convcrtirsc (... ) en unauxiliar de la mayor importancia para Ia agitacion politica y Ia or-ganizacion rcvolucionaria'"?Segun Lenin, eI partido debe apoyar cualquier movimicnto obre-ro y, en su caso, puede aportar sus puntas de vista Call respccto acomo enfrentar determinada eventualidad; sin embargo, deja muyclaro que en ultima instancia es la base de la organizacion sindicalIa que decidira hacia donde, como y cuando moverse. En este senti-do, Lenin senala cuales son las tareas inmediatas del partido .... Formar una organizacion revolucionaria capaz de unir todas las fuer-zas y de dirigir el movimiento no solo nominalrnente, sino en realidad,es decir, capaz de estar siempre dispuesta a apoyar toda protesta y todaexplosion. aprovechandolas para multiplicar y reforzar los efectivosque han de utilizarse en el combate declsivo.J?En suma, eI partido tiene en Lenin, como una de sus funciones,el apoyo a tipos diversos de movimiento obrero; apoyo que debeampliarse a todas las capas de la sociedad para as) ascgurar el incre-mento de sus adeptos: "Y cuanto mas amplias sean cstas organiza-ciones tanto mas amplia sera nuestra influencia en elIas, influencia

    ejercida no solamente par el desarrollo 'espontanco' de la luchaeconomic a, sino tambien par Ia accion directa y consciente de losmiembros socialistas de los sindicatos sabre sus camaradas".!'S V.I. Lenin, Tareasurgentes de nuestro movimiento, Editorial Progreso, Moscu,9 V.I. Lenin, lQue hacer?, Obras escogidas ell 12 tornos, Editorial Progreso,

    Moscu, to III 0 II, p. 112.10 V. I.Lenin, lPo/" donde empezar", Obras escogidas, ed , cir., torno I, p. 477.IIV. I. Lenin, Un paso adelante, dos pasos atrds, Editorial Progreso, Moscu,p. 59.

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    EI partido, para poder cumplir con sus "tarcas inmcdiatas", re-quicre estar internamcnte organizado, entendicndo por clio no solocontar con concicncia de cIasc sino especfficamente concicncia polf-tica de clasc, as! como tener una prcparacion tal que lc perrnita ac-cionar en cualquicr eventualidad y scr capaz de dirigirla.En la concepcion de Lenin, la direccion del partido pucdc cstarintegrada por obreros, estudiantcs, profcsionalcs y, en "algunasocasiones", por inteiectualcs; dicha dircccion debe tencr una largay probada trayectoria de participacion consecuentc y constante enla lucha politi ca. Sin embargo, sefiala Lenin, la integracion de losintelcctualcs al partido resulta problcmatica, ya que su condicion-ser una cap a especial dentro de las sociedades capitalistas=- seearacteriza, en conjunto , prccisamente por su individualismo y porsu ineapacidad para some terse a la disciplina ya la organizacion.'?

    .. en esto reside una de las razones que explica la flojedad y vacilaci6nde los intelectuales, que tantas veces ha sentido el proletariado. Yestapropiedad de los intelectuales esta inseparablemente ligada a sus condi-ciones habituales de vida, a sus condiciones de salario, que en muchisi-mos casas se acercan a las condiciones de existenciapequenoburguesas.PEste conjunto de tesis lcninistas refcridas al papcl y a la activi-

    dad del partido de la rcvolucion Iueron ampliamentc discutidas porla izquierda de la socialdcmoeracia, especialrnentc por Rosa Lu-xcmburgo.

    Relacion partido-masa en Rosa LuxemburgoUno de los puntos principales de la conccpci6n del partido politicoen Rosa Luxcmburgo indica que cste requicre ser un instrumentode c1ase en sus luchas y no cI gufa dc las mismas, es decir, sc invierteas! la relacion tradicionalrnentc considerada.Para Rosa Luxernburgo, una adecuada organizacion rcvolucio-naria no precede a la accion sino que es producto de ella, alcanzan-do aquclla un mayor desarrollo en los periodos de lucha que en losde calma. Segun Rossana Rossanda, Luxernburgo "no teorizo enningtin momento acerca de la posibilidad de que las masas prescin-dan de una vanguardia organizada, que para ella sc idcntificaba

    12 Ibidem.IJ Ibid . p. 64.

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    con cI partido", 1 4 pero el origen de esta necesidad no se encuentraen la auseneia de la dimension politica de la lueha obrera, sino ensu fragmentacion objetiva yen la neeesidad de una cstratcgia unifi-eadora. Son, en suma, las necesidades politicas directas de la c1aselas que exigen en cierto momento la unidad estrategica,Al referirse a la huelga de masas en Rusia, Luxcmburgo reeono-ce explicitamente que, si bien es verdad que la coyuntura rcvolucio-naria imprime su propia dinamica a la direccion de la huclga -enc 1 sentido de su desencadenamiento-, no es mcnos eierto que ladircccion de la huclga de masas eorresponde ala socialdemoeraciay a sus organismos direetivos. Asi pues, la uni6n entre espontanei-dad y organizacion se encontraria en las "leyes del desarrollo histo-rico de la lueha de c1ases".

    Sin embargo, sen ala Rosa Luxemburgo, "la falsa apreciacion 0la sobreestimaci6n del papel de la organizacion del prolctariado enla lueha de c1ases esta vineulada generalmente a una subestimaci6nde la misma de los proletarios no organizados y de su madurez't.P

    Cuando se concibe al sujeto revolucionario en el seno de la clasecomo 10 haee Rosa Luxemburgo, el partido apareee como uninstrumento al servicio de esta, sobre el que la c1ase siernpre debedebe tener un control, impidiendo la tendencia autolegitimadora dela vanguardia extern a con la que se trata de imponer una dinamicaajena a la propia de la masa. En este sentido, Luxemburgo senalaque, "unicamcnte euando la gran masa de trabajadores tome en susmanos con mas vigor las armas del socialismo cientifieo, todas lasinc1inaciones pequefioburguesas, todas las corrientes oportunistasse nulificaran. EI movimiento pisara entonees terreno seguro y fir-me. La cantidad 10 hara".16En csto terminos -en nuestra opini6n los fundamentalcs=- seestablecio ia polernica entre Lenin y Luxemburgo. Una aportacionmas a esta .tiscusion fue la de Gramsci, la cual abordaremos a eon-tinuaci6n.Antonio Gramsci y fa relaclon partido-masaLas preoeupaciones fundamentales de Gramsci -Ia derrota delmovimiento obrero europeo, la espeeificidad de la reeonstrueei6n

    14 En "De Marx a Marx: clase y partido", en Teona marxista del partido poltti-co - J, Cuadernos de Pasado y Presente, num, 38, Mexico, 1981, p. 9.15 Rosa Luxernburgo, Huelga de masas, partido)' sindicatos, Cuadcrnos de Pa-sado y Prcsente, num, 13, Espaila, 1974, p. 62.16 Rosa Luxemburgo, Reforma 0 revoluclon, Grijalbo, colcccion 70, nurn. 10,

    p. 12.

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    del capitalismo y las limitaciones de la experiencia del movimientoobrero socialista- son producto de nuevas condiciones historicas,tales como el afianzamiento del fascismo en el aparato estatal, lagran crisis del 29 y la reorganizacion capitalista "dcsde arriba", a10que se suma el proceso de desarrollo del Estado estaJinista y lamodificacion de las relaciones entre Occidente y Oriente.Estes aspectos estan reflejados en la historia tcorico-subjctiva deAntonio Gramsci, en su apego ala huclla de la critica y su renunciaal PSI, en la fundacion del PCI, en la perdida de la carrera concicnti-zadora de las masas =-principalmente pequefio burgucsas ycampesinas- ante la accion del partido fascista y. por ultimo, enla producci6n gramsciana en el relego carcclario.En las criticas al PSI y en el periodo de formaci on del PCI, los es-critos politicos de Gramsci estan impregnados del triunfo de la Re-volucion rusa; sus conceptos son menos elaborados quc en elperiodo carcclario, donde su trabajo teorico deja de ser una alaban-za a las estrategias y voluntades colectivas rusas para convertirse encritica a la especificidad del Estado zarista en oposici6n al cada vezmas moderno y arnplio Estado de mundo occidental.Pas ado este momento, la rcflexion gramsciana tiene como obje-tivo la critica ala fun cion del PSI en la coyuntura de la posguerra,denotando un planteamiento mucho mas fino de la relaci6npartido-masa, que seguramente prcparaba para su manifiesto delPCI:

    PoHticamente las grandes masas no existen sino encuadradas en los par-tidos politicos: los cambios de opini6n que se verifican en las masas ba-jo el empuje de las fuerzas econ6micas determinantes son interceptadaspor los partidos, que se dividen primero en tendencias y despues en unamultiplicidad de nuevos partidos organicos, A traves de este proceso dedesartlculacion, de fusi6n entre los hornogeneos, se revela un profundoproceso interior de descomposici6n de la sociedad democratica, hastallegar a la alienaci6n definitiva de las clases en lucha por la conservaciono la conquista del poder y del aparato producuvo.!?En esta etapa del trabajo de Gramsci, se percibe ya una visionm a s profunda en cuanto a los conccptos fundamentalcs de su cstra-tegia: el conseio obrero, el sindicato y el partido.Durante su retiro carcelario sigucn vigentes los mismos concep-tos, pero ahora entrcmezclados con una "filosoffa de la praxis" yuna concepcion de la conciencia en sl y para sf. Elementos impor-17 L 'Ordine Nuovo, 2S de septiembre (f e 1921.

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    tantes de esta conceptualizacion son las nociones de hegemonia yvoluntad objetiva.Por voluntad objetiva se entiende en Gramsci la voluntad cons-ciente de las masas y el partido sobre la situacion y posibilidadesde acci6n para transformar la realidad; conocirnicnto sobre el fin

    que se desea; nocion exacta y concisa de la fuerza propia y de losmedios 0 metodos para desarrollar la accion.EI concepto gramsciano de hegemonia pasa a ser, al igual queel de voluntad objetiva, uno de los conceptos basicos que da fuerza,continuidad y especificidad a su propuesta, al mismo tiempo quepermite la construccion de una metodologia articuladora de la rea-lidad historico-nacional. Paralelamente, haec posible el corte

    diacronico entre los componentes del poder y la sociedad civil, des-pejando as! la relacion especffica que guarda cI Estado con las cIa-scs sociales.En Gramsci, el concepto de hegemonia adquiere especificidadesque marcan las claras diferencias entre su concepcion del partido

    y la de OtTOSmarxistas, espeeialmente la de Lenin. En este sentido,la critica gramsciana a la estrategia militar de los generales rusos"Ilich" y "Krasnov=P indica que, mientras para Lenin cl partidoes instrumento de la dictadura, en Gramsci 10 es de la hegemonia.Queda claro, por tanto, que si en Lenin la "hcgemonia ampliada"puede ser posible solamente despues de la toma del poder, enGramsci esta posibilidad -y exigencia- se invierte.

    En un intento de especificar su propuesta, Gramsci elabora nue-vos conceptos como, por ejemplo, "bloque hegemonico", El con-cepto gramsciano de "bloque" incluye una amplia gama de organi-zaciones sociales, entre elias el partido, de manera tal que la laborcontrahegem6nica no recae solamente en este, apareciendo en cam-bio la posibilidad de una pluralidad organizativa en la conforma-cion de dieho bloque.

    En este proceso de la conforrnacion de la hegemonia obrera apa-reee redefinido el papel de los intelectuales. Gramsci 10 senala dela siguiente manera: todos los hombres son intelectuales -no sepuede separar el homo faber del homo sapiens-, de ahf que la fun-cion del intelectual sea pasar del conocimiento folkl6rico al conoci-miento ordenado y sistematizado de la realidad, De este modo, elcampo de actividad de los intelectuales revolucionarios no queda

    18A la cual Gramsci opone la estrategia para la conforrnacion de la hegemonfaobrera 0 el respaldo creciente en la retaguardia, enfrentando as! al cnemigo desdevarios angulos, "pucs este cada vez m a s se diversifiea".

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    restringido a los propios de la ciencia, sino que tal actividad es am-pliada a la csfera mas inclusiva de la cultura. Asi, para Gramsci,el sentir de la clase y el saber intelectual se alimentan recfprocamen-tc y, mas aun, el primero aparece aqui como base indispensable delsegundo.Para Gramsci, cultura es el conocimiento social general que unasocicdad tiene de su legado hist6rico y social, manifcstado a traves

    de las costumbres, el desarrollo cientifico y tecnico, los habitos so-dales y las instituciones pollticas y civiles propias. Relacionando cs-to con los intelcctuales -y parafraseando a Mosca-, para Grams-ci un intelectual es un fil6sofo de su tiempo, ya que poscc lasuficiente capacidad y solidez teoricas para discriminar entre los co-nocimientos de fondo y los superficiales; es quien tiene noci6ncxacta del momenta prcciso de cualquiera de las areas del conoci-miento en que se desenvuelva. En suma, el intelectual en la concep-cion gramsciana es aquel que logra decantar los sedimentos cultura-les esencialcs sobre los superficiales.En la polernica clasica sobre la relacion partido-mas a, la neccsi-dad del partido nunca llega a cuestionarse; sin embargo, en la cuali-dad cspontaneidad-direccion consciente, se subrayo la importanciade uno u otro de los elementos; en Gramsci el problema no se redu-ce al enfasis en alguno de los polos, ya que introduce determinantesno considerados hasta entonces en la moderna estructura social co-mo, por ejemplo, las llamadas organizacioncs socialcs y no simple-mente la csfera de la sociedad civil. Cabe aclarar que desdc la opti-ca gramsciana, entre estas organizaciones civiles hay una rclacioncompleja que dista de ser una vision organicista ya sea como reali-

    dad 0 como proyecto.De la escueta exposici6n que hemos realizado de las concepcio-nes leninistas, luxemburguista y gramsciana sobre la rclaciorpartido-masa, se puede observar que existen diferencias muy im-portantes; sin embargo, esta polernica se extiende a una serie deproblematicas tales como el analisis de la praxis y su referenciaepistemologica, A ello nos referimos a continuacion.

    PROBLEMAS EPISTEMOLOGICOS EN RELACION CON LA GENERACrON DEVOLUNTADES COLECfrVAS

    Engels dice en su Ludwig Feuerbach que "el problema cardinal detoda filosofia, especialmente la moderna, es el problema de la

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    relacion entre el pensar y cl ser" ,19 esto es, "el problema de saberque es 10 primero, si el espiritu 0 la naturaleza" .20 A partir de estaproblematica, continua Engels,Los tlloscrcs se dividian en dos grandes campos, segun la contestaci6nque diesen a esta pregunta. Los que afirmaban el caracter primario delespfritu frente a la naturaleza, y por tanto admitfan, en ultima instan-cia, una creacion del mundo bajo una u otra forma ( ... ) formaban elcampo del idealismo. Los otros, los que reputaban la naturaleza como10 primario, figuraban en las diversas escuelas de materialismo.P

    Pero el problema de la relacion entre el pensar y el ser encierra otroaspecto, a saber: i,que relacion guardan nuestros pensamientos acercadel mundo que nos rodea con este misrno mundo?22

    En este debate entre el idealismo y las diversas ecuclas del mate-rialismo, Hegel agrcgo un elemento mas al problema de la relaci6nentre el pensamicnto y el ser: la concepcion del devenir, la que, sibien expresada de manera especulativa por el, contiene la idea dela realidad como proceso, realidad incompleta. En csta concepciondel mundo, los objetos no son considerados acabados, sino enconstante proceso de transformaci6n, esto es, "las cosas que apare-cen estables, al igual que sus reflejos mentales en nuestras cabezas,los conceptos, pasan por una serie ininterrumpida de cambios, porun proccso de genesis y caducidad ..... 23Porque el mundo "no es algo directamente dado dcsde una eter-nidad y constantemente igual a si mismo, sino el producto de la in-dustria y del estado social, en el sentido en que es un producto his-torico, el resultado de la actividad de toda una serie degcneraciones ... ' '24Pero segun Engels, este devenir no obedece al acaeccr cicgo dela naturaleza, sino que en la historia de la sociedad, "los agentesson todos hombres dotados de conciencia, que acnian movidos porla reflcxion 0 la pasion, persiguiendo determinados fines; aqui, na-da acontece sin una intencion consciente, sin un fin propucstot'.P

    19 En Obras escogidas en 3 tomos, Editorial Progreso, Moscu, 1980, t. III,p.363.20 tua., p. 364.21 Ibidem.22 Ibid., p. 365.23 Ibid., p. 331.24 Carlos Marx y Federico Engels, La ideologta alemana, Obras escogidas en 3

    tomos, ed. cit., t. I, p. 24.25 F. Engels, op. clt., ed. eit., p. 385.

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    sin que clio implique que las causas ultimas del movimicnto se idcn-tifiquen con los fines individuales de los sujetos.A esta cuestion Marx y Engels agregaran:La producci6n de las ideas, las representaciones y la conciencia apare-cen, aI prlnciplo, directamente entrelazadas con la vida material y el [ra-tamaterial de los hombres ... La moral, la religion, Ja metafisica y cual-quier otra forma de ideologia y las de conciencia que a eliascorresponden pierden asf la apariencia de su propia sustantividad, notienen su propia historia ni su propio desarrollo, sino que los hombresque desarrollan su produccion material y su trato material cambiantambien, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los productos deeste pensamiento. No es la conciencia la que deterrnina la vida, sino lavida la que determina la conciencla.PCon esta serie de elementos que introducen la concepcion de larealidad social como proceso, y la considcracion de las voluntadesy sus proyectos en su transforrnacion, la simple dualidadmaterialismo-idealismo se problematiza.Marx lIega a superar el antiguo dualismo materialismo-idealismo sobre todo en sus Tesis sabre Feuerbach, donde la pro-

    blernatica sc plantea en nuevos terminos, es decir, mientras rue po-sible concebir estaticamente la realidad social, el problema apareciacristaIino -0conciencia 0er como determinantc ultimo-, pero encuanto se concibe esa realidad en constante movimicnto entre laconcienciay el ser, aparece lapraxis como elcmen to motor del cam-bio, no reductible a uno ni a otro polo, sino como una dimensionnueva que los abarca y los desborda. "EI defecto fundamental detodo el materiaJismo anterior -sei'lala Marx- es que s610concibelas eosas, la realidad, la scnsoriedad, bajo la forma de 'objeto' 0de 'contemplacion', pero no como 'actividad sensorial humana',no como 'practica', no de un modo subjetivo " .27 Aparece con elloun nueva concepcion de la realidad social, en donde objeto y sujetono se confunden, pero tampoco dicha realidad queda rcducida alobjeto. Asi la praxis como mediaci6n entre el sujeto y el objcto ad-quicrc carta de naturalizacion en el mundo de 10 real desde el mo-mento en que este ya no puede scr concebido sin ella. La practicaes realidad, es apropiaci6n del mundo y creaci6n de este.Esta apropiaci6n del mundo no puedc rcducirsc a una sola mo-dalidad -por ejcmplo la cientifica-; en esta medida la concicncia26 C. Marx y F. Engels, La ideotogta alemana, cd. cit., pp. 20-2l.27 C. Marx, Tests sobre Feuerbach, Obras escogidas en 3 tornos, ed. cit., t. I,

    p.7.

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    humana "debe por ello ser considerada tanto en su aspecto teoricoprcdicativo, en forma de conocimiento explicito, fundado, racionaly tcorico, como en su aspecto antipredicativo y totalmente intuiti-VO";28 "Ia conciencia humana es 'reflejo' y al mismo tiempo pro-yeccion, registra y construye, toma nota y planifica, refleja y antici-pa; es aJ mismo tiernpo receptiva y aetiva". 29 Los hombres creanla historia -dirci Marx- pero en condiciones que no cscogieron,condiciones acotadas por los proyectos viables y las condicionesmateriales, siendo una de las condiciones acotadoras, precisamen-tc, las formas de concepcion historicamcnte determinadas. DiceRossana Rossanda: "La conciencia no es producto de un saber sinode un ser en movimiento, en transforrnacion, de una relacion activacon la naturaleza 0 la sociedad". 30 Es decir, la praxis es generado-ra de concepciones y, a la vcz, resul tado de ell as , en donde el pro-blema de la concepcion del mundo no es reducible al saber racional,ni mucho menos a la cientificidad: cientificidad que tiene tras ellacI viejo dualismo materialismo-idealismo y la separacion mecanicadel sujeto y del objeto,

    Considerando as! el elemcnto praxis en la construccion de la rea-lidad social, queda claro que cl cientificismo no es sino la expresionde la cosificacion del sujcto en la teoria, en tanto la mediacion entrela conciencia y el ser social, la praxis, es conge lad a y parcializadapor la concepcion cosificante del objeto divorciado del sujeto, estoes, Ja "ciencia" del objeto social con pretensiones de objetividaddesligada de la subjetividad y, sobre todo, de la practica,

    La cosificacion cientifica presenta las dos siguientes connotacio-nes: por un lade concibe la rcalidad social negando el componentesubjetivo del objeto y, por otro, congcla a dicha realidad en leyesque ignoran su contenido procesal relativamente abierto, siendoque, como praxis 10 subjetivo es cara de 10 objctivo: es la cara vo-luntaria de los creadores de objetividad. No es que el objeto noexista sin el sujeto, sino que e I objeto social, como producto huma-no, tiene un componente de creacion y voluntad sintetizado con suaspecto objetivo en la accion. En este orden, aparecc una alternati-va para la consideracion de las leyes del mundo social: ver la ley ob-jctiva como ley de tendencia; tendencia que conlleva un espaciopara la accion de los sujetos y ley que marca la viabilidad de la ac-cion. En suma, las leyes objetivas del mundo social no pueden con-ccbirse como unidireccionales, sino como parametres en los cuales

    2R Karel Kosik, Dialectica de 10 concreto, Grijalbo, Mexico, 1980, p. 44.2< ) Ibid . p. 45.)0 Rossana Rossanda, art. cit., p. 4.

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    acontece la accion de los hombres, sicndo aquellos los limitcs entrela utopia Y la viabilidad,La concepcion cientificista del mundo y del conocimiento lleva-da al terreno de la politica es pertinentc en la medida en que partici-pa de la discusion sobre el proceso en el que eI prolctariado llegaa asumir su "papel historico' v, por tanto, a la relacion entre elpartido y la masa. Esta polernica se encuentra cruzada por otrasmas, siendo de entre elias relevante la que lrata de la distincion en-tre la clase en sf y la clase para SI:Marx en Miseria de lafilosofta, esboza los conceptos de elase ensf y clase para si. El desarrollo del capitalismo ha ere ado un gruposocial con una situacion e intereses comunes en cl regimen burgues,siendo este grupo una clase contra el capital pero aun no para sfmisma. Segun Marx: "En la lucha (... ) esta masa se une, se consti-tuye como clase para si, Los intereses que defiende se convierten enintereses de elase. Pero la lucha de elase contra clase es una luchapolitica".31

    No pocos han intcrpretado la distinci6n de Marx de cIase en sfy clase para sf como la referencia a niveles diferentes de abstraccionde la realidad. Por un lado, la c1ase como dato sociol6gico derivadode su situation en determinadas relaciones de produccion; por otro,la clase para sf como movimiento obrero antag6nico al poder bur-gues, De este modo volvemos al problema de la cosificaci6n del su-jeto y a la superaci6n del anti guo dualismo entre conciencia y sersocial: la clase en sf es fundamentalmente una relacion social, comorclacion social es proceso, y como proccso es sintesis de materiali-dad y conciencia. Este proceso lleva implicita la contradicci6ncapital-trabajo y no puede sino generar y verse influido por deter-minadas formas de conciencia, es decir, la elase en si lIeva apareja-da formas de conciencia y de accion que tienen dctras lamencionada contradiccion, yen esta medida es un espacio del mis-mo "nivel de realidad" que la clase para si.En otras palabras, la forma de vida inherente a la clase en sf estodo ese complejo de practicas en las que se ve inserta y a las cualescorrcsponden ciertas formas de conciencia, especificamcnte ciertavisi6n del mundo.Marx proporciona como elemento central de la distincion entrela c1ase en sf y la clase para sf la categoria conciencia de clase. EIproblema de la conciencia de clase es posible que implique dos as-pectos centrales: en primer termino , la conciencia de una cxistenciasocial como clase inserta en los antagonismos estructuralcs de la so-

    3 J C. Marx, Miseria de la filosofia, Editorial Progreso, Moscu, 1981, p. 141.

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    ciedad capnalistaj-" y en segundo, la conciencia de la necesidad yposibilidad de construir un proyecto alternative de sociedad quecorrcsponda a sus intereses y a los del conjunto de la sociedad.Esta ultima concepcion de c1asepara sf como c1asecon una pra-xis politica especifica -caracterizada por ciertas formas de con-ciencia- no se idcntifica con 10planteado por Lukacs respecto dela c1ase para sf. Para este teorico, la conciencia de c1ase se fundaen las propias contradicciones capitalistas, y se adquicre cuando cn-tra en correspondencia con la vida material. Por el contrario, desdenuestro punto de vista, como se ha expuesto, la conciencia de c1aseen sf es simplemente un dato que forma parte de las condiciones pa-rametralcs para la accion voluntaria, en tanto la vialidad de un pro-yccto y una praxis de cIase no se derivan unicamentc de las condi-ciones matcriales ni de las subjetivas, sino que la praxis proletaria,en general, conticne ella misma y en su desarrollo formas de con-ciencia universales y particulares ala c1ase; asi, los elementos con-formadores son a su vez conformados. Ni la conciencia puede deri-varse mecanicamente de la economla, ni tampoco de los alquimistasde la conciencia. La conciencia es producto-productora; productorade materialidad e incluso de alquimistas; producto de la relacionmaterial y tambien de los mismos alquimistas.EI problema de la c1ase en sf y su diferenciacion de la c1aseparasf nos conduce a otro no menos importante: el del caraetcr de la re-voluci6n anticapitalista como revolucion consciente, AI respcctodice Marx que para conformar en masa una conciencia comunistaes neccsaria una transformacion en masa de los hombres, 10 quesolo podra conseguirse mediante un movimicnto practice, median-te una revoluci6n:

    .. .la revoluci6n no s610es necesaria porque la clase dominante no puedeser derrocada de otro modo, sino tarnbien porque tinicamente por me-dio de una revoluci6n lograra la clase que derriba salir del cieno en quese hunde y volverse capaz de fundar la sociedad sobre nuevas bases.U

    Marx no entiende la revolucion en dos fases separadas: una lade adquisici6n de la conciencia como saber y otra la de la accion.Por ejemplo, en la tercera tesis sobre Feuerbach, Marx concluyeque los hombres son producto de las circunstancias y de su educa-cion: en una concepcion no dialectica no podria explicarse el surgi-.32 Metzaros I.,Aspectos de fa historia y fa conciencia de clase, UNAM, Mexico,

    1973, p. 138.33 C. Marx y F. Engels, La ideofog(a alemana, ed. cit., p. 38.

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    miento de hombres modificados producto de una educacion y cir-cunstancias distintas, Ambas son cambiadas por los hombres ("elpropio educador necesita ser educado "), y la coincidencia de la mo-dificaci6n de las circunstancias y de la actividad humana solo pue-de concebirse y entenderse racionalmente como "practica revolu-cionaria" .34La anterior significa que la praxis no depende s610 de lapedagogia, sino que tambien el pedagogo es influido por la praxis;m a s aun, la conciencia de clase es igualmente producto de la praxis.En esta relacion reciproca, la praxis no depende exclusivamente dela conciencia, e incluso el problema de la conciencia de clase requie-re, en este contexto, ser entcndido mas como proceso de conforma-cion de una praxis politica alternativa de clase que como saber cicn-

    tffico.En este ambito epistemologico y politico se inscribe la polemicasobre la relaci6n partido-mas a, que ha tenido como centro la tesisque coloca al partido como el depositario del saber, en tanto quela clase es poseedora del sentir, derivado de su situacion concrctay practice.De entre las criticas a esta vision cientificista, la de Karl Korschpresenta elementos sugerentes, Este teorico afirma que los marxis-tas han tendido a interpretar el marxismo como un sistema cientifi-co sin relacion inmediata conla lucha de clases.t> y por ello conci-ben que el papel del partido de la revoluci6n es llevar ese saber ala masa y hacer coincidir la conciencia como saber con la situaci6nmaterial del proletariado. En esta concepcion criticada por Korsch,nos encontramos nuevamente con la escision epistemokigica entrecl saber y la conciencia social: escision del objeto social y cI sujetode la accion, en tanto el sujeto consciente (el partido) no se debe ensus concepciones tambien al sujeto (la clase), sino tan solo al sabercientifico. La clase, eI objeto, a su vez no es tambicn subjctividadunida a objetividad y la propaganda y la pedagogia harlan variarsu conciencia en la direccion dictada por el saber.La versi6n de Marx es diferente, EI centro del cambio social noson la conciencia ni la racionalidad detras de las acciones, sino lasaeciones mismas -que no niegan la distincion entre concicncia yser social ni entre sujeto y objeto social, pero tampoco los indepen-dizan, sino que los sintetizan dialecticarnente en la praxis-; asl larevoluci6n se concretiza en la prax is revo luc ionar ia mas que en laconciencia revolucionaria. En tal sentido, y reconociendo la necesi-

    34 C. Marx, Tesis sobre Feuerbach, ed. cit., p. 8.3! Karl Korsch, Marxlsmo y fllosofia, Era, Mexico, p. 40.

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    dad de los instrmentos organizativos de la c1ase, la praxis clasistano se hace depender tan solo de una ciencia separada y separablede los sujctos-objetos, El proletariado se convierte de objeto ensujeto-objeto , en parametro y voluntad. A este sujeto-objeto ya nohay forma de cosificarlo.AI otro extremo de la concepcion cientificista se ubica Ia versionespontaneista que tiende a derivar todo el problema del conoci-miento a las meras practicas cotidianas. Esta version del problemadel conocimiento es probable que epistemologicamente se reduzcafatalmcnte al empirismo, el eual por su propio caracter eoneibe demanera homogenea la realidad y tiene una vision de la relacion en-tre el sujeto y eI objeto mas rcceptiva que activa. En cambio, la rea-lidad, desde el punto de vista del proceso del conocer, puedc serpensada como un todo articulado en niveles y procesos de tcmpora-lidad y grados de abstraccion diversos. En este sentido, la practicacotidiana, siendo parte del proceso total, historico, no nccesaria-mente hace posible la captacion inmediata de la totalidad del proce-so, totalidad entendida en el sentido de la realidad expucsto arriba.Adernas la totalidad no se confunde con un sistema teorico, sinoque incluye un espacio de posibilidades para la accion viable.

    EL PROBLEMA DE LAS VOLUNTADES COLEcnvAS

    Dice Gramsci que "los hombres toman conciencia de los conflietosde las estructuras en el terreno de las ideologias", pero que estasideologias son algo distinto a las i1usiones y aparicncias, y que porcl contrario, son "una reaIidad objetiva y opcrativa". En el, el con-cepto de "voluntad colectiva" se encucntra ligado al de "hombrecolectivo", entendido este como un grupo social que se imponc unproyecto. La nocion de voluntad colectiva se refiere al transite deIa pasividad ala actividad colectiva, y en esta medida aI proceso deconformacion de voluntades colectivas.Las voluntades colectivas pueden ser entendidas, en primera ins-tancia, como la determinacion para Ia accion, determinacion queno puede ser eaptada sino en su desenvolvimiento practice, eI cualimplica, a su vez, una ideologfa y un proyecto, asi como la praxissintesis de la voluntad colectiva.En Gramsci la ideologia es entendida en un sentido amplio, nosolo como conciencia cientifica de c1ase, sino genericamente comoIenguajc-sentido cormin-concepcion del mundo. La ideologia -nosdice Gramsci- es una realidad; 10 que equivale a negarla como pu-ra falsa conciencia y considerarla simplemente como forma de con-44

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    cicncia hist6ricamente determinada. La nocion de proyecto esta re-lacionada con la cualidad cspontaneidad-organizacion, en elentendido gramsciano de que la espontaneidad "pura" no se da enla historia, puesto que coincidirfa con la mecanicidad tam bien pu-ra. Es decir, en el movimiento mas "espontaneo" estan siemprepresentes elementos de "direcci6n consciente"; sin embargo, estoselementos de conciencia pueden que dar circunscritos al "sentidocomun". El salto de calidad se darla cuando se lograra generar unanueva visi6n del mundo,36 pero quedando claro que -como decia-mos en el apartado anterior- la lucha social se sintetiza en el en-frentamiento de una clase con otra en el plano practice y no simple-mente en el de la generacion de una nueva concepci6n del mundo.

    Por tanto, los componentes de la voluntad colectiva se puc densintetizar en la praxis, la cual en este caso toma la forma de movi-miento obrero que es movimiento-praxis fundamentalmente, perotambien movimiento-conciencia y movimiento-organizaci6n. Sinembargo no se trata como movimiento obrero de un movimientoen abstracto, sino de un movimiento que en su manifestacion puedeo no dirigirse en contra del movimiento de la cIase antag6nica: laburguesia. Esta especificaci6n nos lieva al concepto de movimientoobrero aut6nomo y, por tanto, al de voluntad colectiva aut6nomade c1ase.Hasta aqui aparece una pregunta fundamental. l,En que senti dopodemos entender la autonomia de cIase? Este concepto aparece,en primera instancia, como eminentemente racional, es decir, unac1ase es aut6noma con respecto a otra, y si se trata de una c1ase su-bordinada (la clase obrera), el proceso de autonornla es, a su vez,el de su insubordinaci6n al poder prevaleciente. Pero, l,como des-pojar al conccpto de autonomfa de cIase de sus connotaciones me-tafisicas, reconociendo la realidad de la lucha de clases y la sustitu-cion del poder de una por otra en la historia?

    La connotacion metafisica tenderfa a definir la autonornla enfuncion de la coincidencia entre la praxis y un supuesto "ser" dela clase, interpretackin que derivarta mas de una teorfa que de larealidad de la c1ase.Para nosotros, la autonomia de c1ase puede serentendida tambien como autonomia polttica, politica en su sentidoamplio, como poder y dominacion. Como dominacion en tanto laclase sea capaz de generar una vision del mundo alternativa a laprevaleciente, y tambien como capacidad de conformar un bloquehistorico hegemonizado por la clase -hegemonia comprendida co-

    36 AI rcspecto, cfr. Antonio Gramsei, Antologia, a cargo de M. Sacristan, SigloXXI, Mexico, 1980, pp. 309-312.

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    mo esa capacidad de direcci6n intelectual y moral para la confor-maci6n de una nueva sociedad, pero en el entendido de que la con-forrnacion de esa nueva sociedad no s610 implica la direccion deuna clase hacia un derrotero especifico, sino tarnbicn la viabilidadmaterial de su conformaci6n; en este sentido, viabilidad material essinonimo de nuevo impulso material. Finalmente, la autonomla decIase es entendida como la capacidad de dicha clase y del bloquesocial conformado para abatir el poder dominante en tanto poder-coercion.En esta concepcion hist6rica de la voluntad colectiva aut6noma,cI problema de la posibilidad de su conformacion en una cIase de-terminada es, ante todo, un problema a solucionar en la practica,pero donde la teoria puede contribuir acotando los cauces de la ac-ci6n viable, es decir, de la vo/untad objetiva: la voluntad cs capazde captar en su acci6n practica los limites objetivos para que estano sea simple voluntarismo, dependiendo tambien (al estar enmar-cada en 10que hemos denominado el espacio de 10posibIc) de suscapacidades subjetivas los resultados concretos del proceso.La problematica de la acci6n viable introduce una nueva especi-ficaci6n al concepto de voluntad colectiva autonorna. No basta conque esta voluntad se genere, sino que tambien sea viable, es decirque, dependiendo de la voluntad de los sujetos colectivos, sus ac-ciones esten enmarcadas dentro de los parametres objctivos enconstrucci6n que fijan los Ifmites de la viabilidad por la propia ac-cion. Esta concepci6n de 10 dado-ddndose marca nuevas tareas alconocimiento en tanto problema del tiempo presente; no se trata yadel conocimiento del futuro como proyecci6n, sino del conocimientocomo autoclevaci6n (del sujeto-objeto), en donde el problema fun-damental no es el de la predicci6n sino el de los Iimites de la viabiIi-dad, limites por demas m6viIes y en funci6n de la propia practica,La voluntad colectiva aut6noma, en tanto proceso, debe ser re-conocida en su parcialidad; este senalamlento IIeva a una nueva es-pecificaci6n: las voluntades colectivas aut6nomas no pueden sercaptadas sino como voluntades colectivas aut6nomas parciales enel proceso de su potencial universalizacion, la cual se identifica conel derrocamiento del orden existente y su sustituci6n por uno nuevo.Esta voluntad colectiva-autonoma-obfetiva-parciat se manifiestaen el movimiento de close autonomo-objetivo-parcial, el cual ha si-do captado metodol6gicamente desde dos grandes perspectivas quetienen tras ellas diferentes concepciones respecto a la gcneraci6n delas voluntades colectivas y, especificamente, ala relacion voluntad-colectiva-conciencia y a la emergencia de esta,En primer lugar, tenemos laperspectiva historiogrdfica, que ob-46

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    serva los movimientos sociales como consccuencia de gran des aeon-tecimientos y, propiamente, como la acci6n de los "grandes maqui-nistas de la locomotora de la historia". Aqui, objetividad ysubjetividad mantienen su divorcio en la medida en que aquella esfunci6n de la cIase y esta cs, como consecuencia, propia de las di-recciones. Esta es la historia de las condiciones objetivas permanen-temente maduras para la revoluci6n, pero constantcmcntc traicio-nadas por las direcciones. Es la historia de los acontecimicntos 0historia episodica; en ella -dira ironicamente Castoriadis- las fe-ehas de las huclgas reemplazan a las batallas y los nombrcs de losJideres a los de los generales.Por otro lado, tenemos la corriente que podriamos dcnominar

    objetivista, donde la c1ase es simplemente un objeto cstructural ysus condiciones de existencia estan ya previstas por el modclo teori-co, as! como tarnbicn su misi6n hist6rica. En esta pcrspectiva, elobjcto esta delimitado de antemano y un problema en ultima ins-tancia practice, como es el de la conformaci6n de las voluntadescolectivas autonornas, se vuclve un problema teorico, un problemaacademico, Aqui la reduccion del proletariado a sus condicionesobj etivas , especificamente a sus rclaciones tecnicas de producci6nya la cxplicacion de la subjetividad de la c1asemediante una cadenalineal causa-efecto a partir del proceso de trabajo, reeditan cI viejorcduccionismo economicista. Pero "Ia cornprension del proletaria-do solo es posible ahora en el vaciamiento de antiguos conceptosy cl cuestionamiento de antiguas lcgalidades; no intcrpretar al pro-letariado en funcion de su misi6n historica, sino tal cual es y las ten-dcncias que muestra ahora", dira Castoriadis.

    Scgun Gramsci, la gcneracion de voluntades colectivas se en-cuentra rclacionada, por un lado, con la expcricncia social y pro-ductiva de la clase y, por otro, con cl papel de los intelectuales enla conformaci6n de una nueva cultura. Sin embargo, cstos dosgran des espacios -que en su unilateralizaci6n condueen a las dosperspectivas analiticas del movimiento obrero referidas arriba- nopueden ser considerados sino como espacios de 10 real a cxploraren sus determinaciones para la generacion de voluntades colectivasaut6nomas. Esto es, la voluntad colectiva solo puede ser recupera-da en todos sus componentes historicos a traves de unaperspectivaque construya a partir de estos grandes espacios las articulacioncsy jcrarquias pertinentes; en una visi6n de realidad como movimien-to, como dado-dan dose, que -por tanto- impone el cuestiona-micnto de conceptos y legalidades; todo esto desdc un punto de vis-ta que atienda a la reconstrucci6n de 10general y 10especifico a los

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    procesos, yen una vision de la rcconstruccion como articulacion denivcles y descubrimiento de dcterrninacioncs.

    L PROBLEMA DE LA GENERACr6N DE LA VOLUNTAD COLECTIVA AUT6NOMAEN MEXICO

    En Mexico los problemas que hemos prcsentado adquieren especifi-cidades que es necesario senalar. EI Estado surgido de laRcvolucion mcxicana cs un Estado que rcconoce ala clase y a susluchas; sin embargo, la dcbilidad econornica y politica del capital is-mo que resurge de la Revolucion imposibilita que Ia lucha de clasespueda ser regulada por el simple juego de las institucioncs, impo-niendose asi un control organico que subordina las cIases al Estado.Especialmcnte e) proletariado es sometido a este control organicopor medio de los sindicatos estatalcs.Esta situacion ha provocado amplias repercusiones en la izquicr-da mexicana, particularmente en las problematicas que hemos es-bozado.

    En un principio se tendio a explicar la no asuncion del pro leta-riado de su "papel historico " por las barreras coercitivas einstitucionales que impedian que se cerrase el cfrculo que Ileva laconciencia a la cIase y a la accion revolucionaria de la misma. Esdecir, el control organizativo del Estado sobre la clase obrera obs-taculizaba la accion del partido-guia y su consecuente accion con-cientizadora; con ello se pretendia explicar la despolitizacion e "in-consciencia" (en tanto no conciencia de clase proletaria) obreras.Particndo de esta interpretacion, la izquierda mexicana se impu-so como tarea central lograr la independencia sindical con rcspectodel Estado; tarea fundamental para garantizar que Ja ansi adafusion entre "socialismo cientifico" y "movimiento obrero espon-taneo " se realice. En este drama, el proletariado seguia aparecien-do como el ingenue instrumento ya sea de los charros 0 de la iz-quierda.Sin embargo, a principios de los setenta el panorama sindicalempezo a presentar importantes transformaciones: se dieron unaserie de movimicntos democratizadores en los sindicatos que des-plazaron a las direcciones charras y lograron generar un espacio delucha obrera no controlado organicamente por el Estado, A partirde ahf, nuevos-viejos problemas practices y teoricos han surgido.

    Inicialmente se tendia a identificar independencia sindical -encuanto ruptura con el control organico-> con autonomia de clase-entendida como la capacidad para generar un proyecto autonomo48

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    de clase-, pcro la rcalidad se nego a obedecer un esquema tan sirn-plista, tantas veces cuestionado en otros ambitos, en tanto laindependencia sindical gencro nuevas formas de subordinacion delos sindicatos al Estado que no garantizaban ni la autonomla declase ni siquiera la dcrnocracia interna en los organismos obreros.Los fen6menos de burocratizacion y de antidemocracia de las di-recciones independientes se volvian una realidad evidente en cI mo-vimiento obrero no controlado organicamente por el Estado.

    EI surgimiento de la "concicncia de c1ase" no se dio tampocomecanicamente con la indepcndencia sindical. Los vieios proble-mas del movimiento obrero internacional cobraban ahora en Mexi-co una realidad practica, Ya no era posible explicar la pasividadobrera 5610 por el control "charro", ni tampoco asegurar con la in-dependencia sindical la independencia de c1ase. Ante la compleji-dad de los fenomenos referidos, surgio una soluci6n en extrernosimple: negar que el verdadero partido prolctario exista (e1 conoci-do "proletariado sin cabeza") y, ala vez, explicar cl rcformismoobrcro en terminos de una "falsa conciencia".En estos momentos de reestructuracion capitalista a nivcl rnun-dial, estan nuevamente en la orden del dia las discusiones sobre larelaci6n partido-rnasa. La reestructuracion capitalista implica rees-tructuracion de la propia clase obrera y del pacto social que habiagarantizado el orden y la legitimidad del Estado capitalista despuesde Ia crisis de 1929. En ellargo periodo de vigencia del Estado so-cial, cl movimiento comunista transite entre el sectarismo y el re-formismo, entre el voluntarismo y el fatalismo, entre la purcza teo-rica traicionada por los falsos partidos comunistas y el rcalismo delconservadurismo obrero.En Mexico, como en el resto del mundo, esta en marcha unaprofunda reestructuracion econornica y po Utica que transforma ala clase obrera y sus relaciones con cl capital y cl Estado. Ante cliose impone la necesidad del analisis de las determinantes de la con-formacion de voluntades colectivas autonomas de cIase, 0mejor di-cho, de la posibilidad objetiva para que la c1ase obrera en Mexicollegue a conformar una voluntad colectiva aut6noma en la coyun-tura actual.

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